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Cuando el Coro Paraguayo de Cámara, dirigido por Teresita Stipanovich, iniciaba sus interpretaciones, la novia comenzó su largo recorrido hasta llegar al altar. Desde que descendió del automóvil que la transportó caminó en medio de velas que se extendían hasta la puerta del templo. A partir de allí formó parte de la decoración un caminero de rosas, margaritas y alhelíes blancos, que se sumó a los tupidos arreglos con las mismas flores en cada columna de la iglesia y en los marcos de las puertas principales, todo un trabajo de Elvira Llano.
Luego de la bendición nupcial los recién casados y sus invitados se trasladaron hasta la residencia de la novia en la ciudad de San Bernardino para la celebración de la boda y en donde a la hora de la cena Juanita Cartasso se encargó de preparar el menú. El desayuno típico que siguió a la noche de fiesta estuvo a cargo de Ña Eustaquia.
Luego de la bendición nupcial los recién casados y sus invitados se trasladaron hasta la residencia de la novia en la ciudad de San Bernardino para la celebración de la boda y en donde a la hora de la cena Juanita Cartasso se encargó de preparar el menú. El desayuno típico que siguió a la noche de fiesta estuvo a cargo de Ña Eustaquia.