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Uno o dos días antes del nacimiento de la nueva reina, la reina madre, seguida de más o menos el 50 % de las obreras y algunos cientos de zánganos, abandona la antigua morada para ir a fundar una nueva colonia en un lugar previamente seleccionado; a este conjunto de abejas se llama enjambre. Si bien el enjambre es la forma natural de la división de una colonia, para una explotación racional es negativa, ya que una disminución importante de la población hará que la capacidad de recolección se reduzca dramáticamente. Una colonia fuerte, con mucha población, puede almacenar una reserva de miel mucho mayor que otra debilitada por la enjambrazón. Por eso es necesario evitar en lo posible que se produzca la división y para eso es preciso que el apicultor tome algunas precauciones en el manejo de sus colmenas. Existen líneas muy proclives a enjambrar, como las africanizadas y sus híbridos que tenemos en nuestro país. Sin embargo, en compensación, estas abejas son bastantes laboriosas, rústicas y se defienden muy bien de los enemigos.
CAUSAS DE LA ENJAMBRAZÓN
La multiplicación de la especie es un mandato de la naturaleza para todos los seres vivos. En el caso de las colonias de abejas, esta tendencia se aviva por las siguientes causas:
1. La colonia está próspera y le falta espacio.
2. La colmena está instalada en un lugar muy soleado y la colonia sufre los calores en forma crónica.
3. La reina está declinando en su postura de huevos por su edad y la floración de la vegetación circundante aún brinda alimentos.
4. Algunas líneas, como las africanizadas, tienden a enjambrar más que otras.
MANEJO PARA AMORTIGUAR LA INCLINACIÓN A ENJAMBRAR
Para obtener buenos resultados en la cría de las abejas melíferas en nuestro país (por razones de clima y del tipo de abejas que tenemos), conviene usar una colmena con dos cámaras de crías y dos medias alzas. Con este sistema, podremos simplificar nuestro trabajo, molestando lo menos posible a las abejas y obteniendo mejores resultado en la cosecha de la miel. Al partir de la segunda quincena de agosto, aunque en algunos lugares podría adelantarse o atrasarse unos 15 días, se debe realizar el trabajo conocido como revisión primaveral.
REVISIÓN DE COLMENAS
Es necesario observar si hay huevos recién puestos, que indiquen la presencia de la reina. Si no existen, es señal de que la reina está ausente o muy vieja; entonces, debemos proveer a la colonia un panal con huevos o larvas pequeñas de otra colmena, para que puedan criar una nueva.
Los panales con cría para obreras se deben dejar en su sitio; los que están llenos de miel los subiremos a la cámara superior y poniendo en su lugar panales vacíos o con cera estampada. Con esto conseguiremos descongestionar la cámara de cría y no faltará a la reina el espacio necesario para depositar sus huevos. Los panales con polen se ubicarán en los costados de la cámara inferior. Panales con celdas para zánganos se deberán cambiar por cuadros con hojas enteras de cera estampada. Este trabajo es muy importante, ya que los panales con celdas para zánganos restarán celdas para el desarrollo de las larvas para obreras; además, cada larva de zángano consume cuatro veces más alimento que una larva de obrera. Panales muy negros y pesados se deben sustituir por cuadros con cera estampada, pues estos no son aceptados por la reina.
Generalmente, una buena cosecha de miel depende de este muy importante pero muy descuidado trabajo, porque los panales con miel bloquearán las celdas aptas para el aovado de la reina.
LUGARES MUY SOLEADOS
Para paliar los problemas que trae el excesivo calor, se tiene que cuidar que las colmenas estén bajo sombra o bien proporcionarles; una buena estera de paja o de otro elemento adecuado para proteger del sol el techo y las paredes de la colmena.
Cuando la protección no es adecuada, en los días de calor, el 50 % de las abejas estarán dedicadas a la ventilación en vez de la recolección y se sentirán muy inclinadas a enjambrar.
Otro factor es la provisión de agua limpia y fresca. Si en las cercanías no hay un arroyo, se debe proveer una fuente artificial del vital líquido, que puede ser un recipiente con agua de pozo, evitando las que tienen cloro, pero con muchos palitos o ramitas secas para que las abejas puedan posarse sin peligro a llevar el agua.
Una colonia fuerte usa en verano entre tres a cinco litros de agua para el acondicionamiento de la temperatura, el mantenimiento de la humedad relativa y la preparación del alimento larval.
REINA DECADENTE
Una colonia que tiene una reina que no satisface la necesidad de una gran postura de huevos al iniciarse la primavera, probablemente tendrá una gran inclinación a enjambrar.
Si se observan celdas reales en el momento de la revisión, significa que las obreras están queriendo cambiar a la reina, que, por lo general, tendrá más de dos años. Lo indicado en estos casos es extraer el panal en que se encuentra la reina con todas sus obreras y ponerlo en un nuclero (una colmena pequeña para dos o tres cuadros) con otro panal de miel; cerrarlo dejando solamente la ventilación y depositarlo en un lugar fresco y oscuro.
Se esperan 15 días y, si todo marcha bien, la colonia a la que se quitó la reina tendrá una nueva reina. Con el núcleo que tiene la reina se podrá formar una nueva familia o bien eliminar la reina y volver el panal a su colmena original. También se la puede usar para normalizar una colonia huérfana, si hay en el colmenar.
ENJAMBRAZÓN SIN CAUSA APARENTE
Cuando una colonia enjambra, a pesar de realizar todos los trabajos mencionados y sin causa visible, significa que se está ante una línea de abejas que tiene lo que se denomina "fiebre de enjambrazón", que se relaciona tal vez con una herencia atávica. En las abejas africanizadas, esta tendencia ha sido incrementada con siglos de persecución por parte del hombre, que, en su afán de apoderarse del dulce botín de la colmena, sencillamente la destruía a hierro y fuego, salvándose las colonias que más rápidamente abandonaban la morada. Tal vez el apicultor nunca llegue a controlar del todo la enjambrazón, pero con solo amortiguarla tendrá muy buenas cosechas.
Una buena práctica para disminuir el deseo de enjambrar es no dejar que los panales del alza estén todos sellados (operculados). Es preferible cosechar cuatro o cinco panales maduros y dejar para luego de unos días los demás. No olvidar el axioma del apicultor alemán Oetl: "Dadme una colonia fuerte y os daré una gran cosecha".
(*) Especialista en Apicultura.