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En esta ocasión, trataremos a la luz de las experiencias de países tradicionalmente productores y exportadores de miel, y también de la nuestra aquí en Paraguay, para aclarar algunos conceptos sobre si conviene usar medicamentos para el tratamiento de algunas enfermedades que atacan a las colonias de abejas melíferas.En más del 90% de los libros de apicultura, se puede leer sobre males o enfermedades que atacan a las colonias de estos utilísimos insectos, su diagnóstico y posible tratamiento.
Las enfermedades más significativas son, indudablemente, la Loque Europea (EFB) y la Loque Americana (AFB). Ambas enfermedades atacan a la cría, es decir a las larvas, que mueren antes de completar su desarrollo.
Un panal de cría sano tiene un aspecto uniforme, con el operculado continuo y parejo; en cambio, las atacadas por la enfermedad de la cría tienen un aspecto salteado como "tiro de escopeta", como dicen los apicultores brasileños, porque a medida que las larvas mueren, las obreras las van retirando de las celdas dando ese aspecto de salteado.
Ambas Loque son de tremenda incidencia en las colonias y, por lo tanto, en la producción.
Según aseguran los entendidos, mientras que la EFB se trata con antibióticos, el tratamiento la AFB por ser mucho más virulento y contagioso su tratamiento era la incineración de las colmenas con sus habitantes.
NOSEMOSIS
Otra enfermedad considerada como factor limitante a la producción, es la Nosemosis, causada por un parásito intestinal, llamado Nosema Apis Zander, y cuyo principal síntoma es la alteración en la digestión del polen, causando a las obreras una especie de constipación, hinchazón del abdomen causada por la fermentación de granos de polen en el estómago y que al reventar tiene un olor fuerte característico. La enfermedad se presenta en época de cría, parecería que tiene que ver con algún polen de ciertas plantas de alguna región. Hay años en que el mal hace mucho daño a las colonias, pero por ahora su incidencia es casi nula.
Hay otras enfermedades de etiología aún desconocida, que presentan casi los mismos síntomas, que yo me arriesgo a causar a la dispersión de agroquímicos y con consecuencias que aún no podemos identificar con certeza.
CONSECUENCIAS DEL USO DE ANTIBIÓTICOS EN LA COLMENA
Lo grave del uso de antibióticos en la colmena para combatir esta y otras enfermedades, es que se ha comprobado en laboratorios especializados, que en la miel se forma productos no recomendados para consumo humano llamados Nitrofuranos, derivados del uso de los antibióticos.
Hace unos años fueron rechazadas importantes partidas de miel de Sudamérica por compradores tradicionales europeos, especialmente japoneses, a causa de esta contaminación. Actualmente, legislaciones de todos los países importadores prohíben la importación de productos que no sean absolutamente ecológicos (incluida la miel). Pero no fue hasta la dispersión por casi todo el mundo de un ácaro llamado Varroa Jacobsonii O., que diezmó miles de colonias en varios países productores de miel y en cuyo tratamiento para erradicarlo se utilizaron varios productos muy tóxicos, cuyos vestigios quedaban en la miel, disminuyendo el consumo por temor a la contaminación.
SÍNDROME DE COLAPSO
DE COLONIAS
Sumado a todo, ahora viene a ensombrecer más aún el panorama apícola mundial la desaparición de millones de colonias en todo el mundo sin conocerse el motivo.
En ciertas partes del mundo, tradicionalmente productores de frutas que alquilaban colonias de abejas para la polinización de los cultivos, hoy se encuentran desesperados por la falta de producción. Varias compañías de alquiler de abejas han reportado la pérdida de millones de dólares por la desaparición de las abejas.
A este nuevo y misterioso mal se lo denomina, por el momento, SCC (Síndrome de Colapso de Colonias) y ya hay pronósticos de que, si no se encuentra el remedio al mal, el hombre está destinado a una alimentación exclusiva a base de productos cereales que no precisan de la polinización de insectos para la producción.
En laboratorios de todo el mundo se está tratando de encontrar la causa del SCC; hay muchas teorías: desde la interferencia de los teléfonos móviles que afectan al sistema de orientación de navegación de las abejas hasta la aparición del ácaro Varroa jacobsonii; pero ambas teorías carecen de sustento real y práctico.
EN NUESTRO PAÍS
En nuestro país, con una apicultura aún en pañales, se escucha que algún apicultor informa la pérdida de algunas colonias, pero investigando el problema aún sin rigor científico, estas desapariciones, en todos los casos se debe a que faltaron alimentos para el desarrollo de la colonia después del reposo invernal, a malos manejos, u otros problemas completamente diferentes a los síntomas del SCC.
En cuanto la infección por el Varroa (ahora llamado Varroa destructor) se ha comprobado que existen líneas que se defienden bien de este parásito, por ejemplo, la subespecie Apis melífera cerana, del Sudeste asiático, convive desde hace cientos, tal vez miles de años con el Varroa, pero al infestar a las abejas melíferas de Europa y Asia, su letalidad fue tal que exterminó a varios millares de colonias.
Sin embargo, las abejas que tenemos en el Paraguay se defienden muy bien de este parásito, pues estas son abejas africanizadas, descendientes directas de las importadas de África por el Dr. W. Kerr en 1958 en el Brasil, y que posteriormente invadieron casi todas las Américas por enjambrazón natural. En el Paraguay las he detectado por primera vez en Coronel Martínez (Guairá) en el colmenar del Sr. Juan Foster en 1964.
Estas abejas tienen algunas características muy positivas, ausentes en abejas europeas, por ejemplo: son muy rústicas (resistentes a enfermedades y depredadores); usan menos alimentos para pasar el invierno; desarrollan muy temprano la colonia en primavera.
Pero volvamos a las Varroas en nuestro país. Cuando fue de conocimiento en los países vecinos que en el Paraguay ya existía el parásito, cundió la alarma y surgieron los embaucadores y los productos "milagrosos" para combatir al ácaro.
Algunas propagandas decían "Cure sus abejas o deje la apicultura", llegaron a nuestro país muchísimos "especialistas" trayendo fórmulas mágicas para erradicar los parásitos.
En realidad, los acaricidas recomendados fueron de muchas marcas y origen, pero en vez de ayudar a la erradicación del parásito, casi exterminaron a las colonias tratadas, y lo peor aún, los investigadores hallaron en la miel vestigios de los acaricidas usados; es decir que "el remedio fue peor que la enfermedad".
LA SELECCIÓN NATURAL
Y LA ARTIFICIAL
Y aquí, la abeja africanizada demostró su especial valor al no ser exterminada por el ácaro; tan así es que la mayoría de los apicultores no conocen ni han visto al Varroa, ni le dan importancia, y cosechan miel sin usar ningún producto químico.
Para mí, esta es la explicación de la gran rusticidad de las abejas provenientes de cepas africanas; si durante milenios fueron capaces de sobrevivir a un ambiente lleno de enemigos como otros animales, y principalmente el hombre es el depredador más brutal, quemando las colonias para comer la miel, el polen y la cría y no fueron exterminadas, es porque ellas desarrollaron aptitudes de sobrevivencia extraordinarias.
Mediante la capacidad de defensa a toda clase de enemigos, su gran rusticidad, pudieron sobrevivir a base de esta selección natural, mientras que las euroasiáticas, como las italianas, la Carniola o Cárnica, la Holandesa, la Germánica, la Alpina, la Caucásica o Caucasiana y decenas de variedades de estas, fueron seleccionadas por su color, su mansedumbre y adaptarse a una vida casi doméstica; fueron perdiendo su rusticidad, su sistema inmunológico muy deprimido, y su capacidad de defensa casi nula llegando a depender exclusivamente de los antibióticos para sobrevivir a las enfermedades.
Resumiendo, como diría mi dilecto amigo apicultor don Manuel Oksman, de Florencio Varela (BA), la miel paraguaya nunca contendrá productos dañinos para la salud, al contrario, es una miel natural, incontaminada y ecológica, mediante las abejas africanizadas.
(*) Especialista en abejas melíferas y nativas del Paraguay.
Las enfermedades más significativas son, indudablemente, la Loque Europea (EFB) y la Loque Americana (AFB). Ambas enfermedades atacan a la cría, es decir a las larvas, que mueren antes de completar su desarrollo.
Un panal de cría sano tiene un aspecto uniforme, con el operculado continuo y parejo; en cambio, las atacadas por la enfermedad de la cría tienen un aspecto salteado como "tiro de escopeta", como dicen los apicultores brasileños, porque a medida que las larvas mueren, las obreras las van retirando de las celdas dando ese aspecto de salteado.
Ambas Loque son de tremenda incidencia en las colonias y, por lo tanto, en la producción.
Según aseguran los entendidos, mientras que la EFB se trata con antibióticos, el tratamiento la AFB por ser mucho más virulento y contagioso su tratamiento era la incineración de las colmenas con sus habitantes.
NOSEMOSIS
Otra enfermedad considerada como factor limitante a la producción, es la Nosemosis, causada por un parásito intestinal, llamado Nosema Apis Zander, y cuyo principal síntoma es la alteración en la digestión del polen, causando a las obreras una especie de constipación, hinchazón del abdomen causada por la fermentación de granos de polen en el estómago y que al reventar tiene un olor fuerte característico. La enfermedad se presenta en época de cría, parecería que tiene que ver con algún polen de ciertas plantas de alguna región. Hay años en que el mal hace mucho daño a las colonias, pero por ahora su incidencia es casi nula.
Hay otras enfermedades de etiología aún desconocida, que presentan casi los mismos síntomas, que yo me arriesgo a causar a la dispersión de agroquímicos y con consecuencias que aún no podemos identificar con certeza.
CONSECUENCIAS DEL USO DE ANTIBIÓTICOS EN LA COLMENA
Lo grave del uso de antibióticos en la colmena para combatir esta y otras enfermedades, es que se ha comprobado en laboratorios especializados, que en la miel se forma productos no recomendados para consumo humano llamados Nitrofuranos, derivados del uso de los antibióticos.
Hace unos años fueron rechazadas importantes partidas de miel de Sudamérica por compradores tradicionales europeos, especialmente japoneses, a causa de esta contaminación. Actualmente, legislaciones de todos los países importadores prohíben la importación de productos que no sean absolutamente ecológicos (incluida la miel). Pero no fue hasta la dispersión por casi todo el mundo de un ácaro llamado Varroa Jacobsonii O., que diezmó miles de colonias en varios países productores de miel y en cuyo tratamiento para erradicarlo se utilizaron varios productos muy tóxicos, cuyos vestigios quedaban en la miel, disminuyendo el consumo por temor a la contaminación.
SÍNDROME DE COLAPSO
DE COLONIAS
Sumado a todo, ahora viene a ensombrecer más aún el panorama apícola mundial la desaparición de millones de colonias en todo el mundo sin conocerse el motivo.
En ciertas partes del mundo, tradicionalmente productores de frutas que alquilaban colonias de abejas para la polinización de los cultivos, hoy se encuentran desesperados por la falta de producción. Varias compañías de alquiler de abejas han reportado la pérdida de millones de dólares por la desaparición de las abejas.
A este nuevo y misterioso mal se lo denomina, por el momento, SCC (Síndrome de Colapso de Colonias) y ya hay pronósticos de que, si no se encuentra el remedio al mal, el hombre está destinado a una alimentación exclusiva a base de productos cereales que no precisan de la polinización de insectos para la producción.
En laboratorios de todo el mundo se está tratando de encontrar la causa del SCC; hay muchas teorías: desde la interferencia de los teléfonos móviles que afectan al sistema de orientación de navegación de las abejas hasta la aparición del ácaro Varroa jacobsonii; pero ambas teorías carecen de sustento real y práctico.
EN NUESTRO PAÍS
En nuestro país, con una apicultura aún en pañales, se escucha que algún apicultor informa la pérdida de algunas colonias, pero investigando el problema aún sin rigor científico, estas desapariciones, en todos los casos se debe a que faltaron alimentos para el desarrollo de la colonia después del reposo invernal, a malos manejos, u otros problemas completamente diferentes a los síntomas del SCC.
En cuanto la infección por el Varroa (ahora llamado Varroa destructor) se ha comprobado que existen líneas que se defienden bien de este parásito, por ejemplo, la subespecie Apis melífera cerana, del Sudeste asiático, convive desde hace cientos, tal vez miles de años con el Varroa, pero al infestar a las abejas melíferas de Europa y Asia, su letalidad fue tal que exterminó a varios millares de colonias.
Sin embargo, las abejas que tenemos en el Paraguay se defienden muy bien de este parásito, pues estas son abejas africanizadas, descendientes directas de las importadas de África por el Dr. W. Kerr en 1958 en el Brasil, y que posteriormente invadieron casi todas las Américas por enjambrazón natural. En el Paraguay las he detectado por primera vez en Coronel Martínez (Guairá) en el colmenar del Sr. Juan Foster en 1964.
Estas abejas tienen algunas características muy positivas, ausentes en abejas europeas, por ejemplo: son muy rústicas (resistentes a enfermedades y depredadores); usan menos alimentos para pasar el invierno; desarrollan muy temprano la colonia en primavera.
Pero volvamos a las Varroas en nuestro país. Cuando fue de conocimiento en los países vecinos que en el Paraguay ya existía el parásito, cundió la alarma y surgieron los embaucadores y los productos "milagrosos" para combatir al ácaro.
Algunas propagandas decían "Cure sus abejas o deje la apicultura", llegaron a nuestro país muchísimos "especialistas" trayendo fórmulas mágicas para erradicar los parásitos.
En realidad, los acaricidas recomendados fueron de muchas marcas y origen, pero en vez de ayudar a la erradicación del parásito, casi exterminaron a las colonias tratadas, y lo peor aún, los investigadores hallaron en la miel vestigios de los acaricidas usados; es decir que "el remedio fue peor que la enfermedad".
LA SELECCIÓN NATURAL
Y LA ARTIFICIAL
Y aquí, la abeja africanizada demostró su especial valor al no ser exterminada por el ácaro; tan así es que la mayoría de los apicultores no conocen ni han visto al Varroa, ni le dan importancia, y cosechan miel sin usar ningún producto químico.
Para mí, esta es la explicación de la gran rusticidad de las abejas provenientes de cepas africanas; si durante milenios fueron capaces de sobrevivir a un ambiente lleno de enemigos como otros animales, y principalmente el hombre es el depredador más brutal, quemando las colonias para comer la miel, el polen y la cría y no fueron exterminadas, es porque ellas desarrollaron aptitudes de sobrevivencia extraordinarias.
Mediante la capacidad de defensa a toda clase de enemigos, su gran rusticidad, pudieron sobrevivir a base de esta selección natural, mientras que las euroasiáticas, como las italianas, la Carniola o Cárnica, la Holandesa, la Germánica, la Alpina, la Caucásica o Caucasiana y decenas de variedades de estas, fueron seleccionadas por su color, su mansedumbre y adaptarse a una vida casi doméstica; fueron perdiendo su rusticidad, su sistema inmunológico muy deprimido, y su capacidad de defensa casi nula llegando a depender exclusivamente de los antibióticos para sobrevivir a las enfermedades.
Resumiendo, como diría mi dilecto amigo apicultor don Manuel Oksman, de Florencio Varela (BA), la miel paraguaya nunca contendrá productos dañinos para la salud, al contrario, es una miel natural, incontaminada y ecológica, mediante las abejas africanizadas.
(*) Especialista en abejas melíferas y nativas del Paraguay.