El virus de la inmunodeficiencia humana

La semana pasada hablamos acerca de los virus, sus características y algunas enfermedades que producen. Hoy estudiaremos, de manera especial, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que produce la enfermedad conocida como SIDA. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un miembro de la familia de virus conocida como Retroviridae o retrovirus, clasificado en la subfamilia de los Lentivirinae.

Cargando...

Estos virus tienen propiedades comunes, como el período de incubación prolongado antes de la aparición de los síntomas de la enfermedad, infección de las células de la sangre y del sistema nervioso, y supresión del sistema inmunitario.


ENFERMEDAD QUE PRODUCE: EL SIDA

La infección humana por el virus VIH es causa de una complicada enfermedad, de distintas manifestaciones clínicas, denominada síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

Fue descubierta por Luc Montagnier y otros investigadores, como el equipo de Robert Gallo, del National Cancer Institute y el equipo de Jay Levy de la Universidad de San Francisco.

ESTRUCTURA DEL VIH

El VIH tiene una capa externa, que consiste en un envoltorio de lípidos que proceden de la membrana de la célula huésped. De esta cubierta salen las glicoproteínas transmembrana virales gp41 y las glicoproteínas de cubierta gp120, que permiten la unión del VIH a las células diana.

En el interior de la capa, la proteína del núcleo viral p17 constituye la matriz del virión, y la proteína del core p24 forma un nucleoide interno de forma cilíndrica. Este nucleoide tiene en su interior dos cadenas del genoma viral ARN, el material genético del virus VIH, y la enzima transcriptasa inversa. El ácido ribonucleico contiene los genes estructurales GAG, POL y ENV, comunes a todos los retrovirus, y varios genes estructurales.

CICLO VITAL DEL VIH

El VIH infecta a las células que tienen en su superficie la molécula CD4, una proteína que pertenece a algunas células del sistema inmunológico, y que el VIH utiliza como receptor. La gp120 viral reconoce y se une específicamente al CD4, y de este modo el virus se une a la membrana celular. Después de esta unión, el nucleoide viral se introduce en la célula y, mediante el proceso de transcripción inversa, el ARN viral se transforma en ADN de doble cadena. Este ADN viral es transportado al núcleo de la célula, donde se inserta o se integra al ADN de los cromosomas de la célula.

Cuando se producen los estímulos necesarios, se desencadena el proceso de formación de nuevos viriones. El ADN viral integrado en los cromosomas de la célula huésped se sirve de los mecanismos de replicación de ésta para su transcripción a ARN mensajero, y a nuevas cadenas de ARN genómico viral.

Se produce entonces la traducción del ARN viral a proteínas virales estructurales y enzimáticas, y el ensamblaje de viriones nuevos dentro de la célula. Las partículas de VIH así creadas se liberan de la célula tomando en su salida parte de la membrana de la célula para utilizarla como cubierta.

La replicación del VIH puede producir la muerte de los linfocitos T CD4, que es uno de los distintos tipos de glóbulos blancos. La destrucción de los linfocitos T CD4 paraliza la vía celular del sistema inmunológico, y este es el mecanismo por el que la infección por VIH puede producir el SIDA.

La infección por VIH no implica necesariamente que la persona desarrolle la enfermedad. Cuando esto ocurre, el individuo se considera “seropositivo o portador”, por eso no es correcto considerar a la persona infectada con el VIH un enfermo de SIDA.

DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD

El período de incubación de la enfermedad, desde que una persona se infecta con el VIH hasta que desarrolla el SIDA suele transcurrir entre 6 y 10 meses. La evolución de la enfermedad puede realizarse a través de distintos indicadores basados en la secuencia de aparición de las diferentes manifestaciones clínicas, como el descenso de la cifra de linfocitos T CD4. Desde 1996, la determinación de la cantidad de virus circulante en la sangre de la persona infectada, que recibe el nombre de carga viral, se ha convertido en el marcador más importante de la evolución de la enfermedad.

Después de aproximadamente tres semanas de la infección por el VIH, aparecen los síntomas pseudogripales como fiebre, cefalea, eritema, linfoadenopatías y sensación de malestar, que desaparecen al cabo de una o dos semanas. Esta fase se denomina fase de infección aguda, y en ella el VIH se multiplica a una gran velocidad, sufriendo diversas mutaciones genéticas. Al principio, se produce un descenso de la cifra de linfocitos T CD4 pero, al poco tiempo, las cifras normales se recuperan en respuesta a una activación del sistema inmunológico. Esta es la etapa en que los individuos son muy contagiosos.

Luego, el infectado entra en un período libre de síntomas, cuya duración puede ser superior a diez años. El virus continúa replicándose y causando una destrucción progresiva del sistema inmunológico.

En la fase siguiente, denominada fase sintomática precoz, se desarrollan los síntomas clínicos de la enfermedad, y es frecuente la presencia de infecciones oportunistas leves.

En la última fase, denominada SIDA o fase de enfermedad avanzada por VIH, aparecen las infecciones y tumores característicos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

TRANSMISIÓN

El VIH se transmite por contacto directo, a través de secreciones sexuales, como semen, flujo vaginal, la sangre contaminada y la leche materna. El virus penetra en el organismo del individuo sano y entra en contacto con la sangre o las mucosas. Por lo tanto, el contagio del VIH se produce por vía sexual, sanguínea y de la madre al feto o al recién nacido.

PREVENCIÓN

En las relaciones sexuales con sujetos infectados con el VIH, el método más eficaz de prevención es el empleo correcto de preservativos. En los casos de consumidores de drogas hay que evitar compartir el material que se utiliza para la inyección intravenosa.

Para reducir la incidencia de la transmisión por accidentes laborales, en el personal sanitario, es conveniente el empleo de instrumental desechable adecuado, así como de guantes y gafas protectoras.

En cuanto a las mujeres infectadas en edad fértil, es muy importante que reciban toda la información disponible respecto a la posibilidad de transmitir el VIH al feto, y, por tanto, de la conveniencia de adoptar las medidas necesarias para evitar un embarazo. La transmisión del virus a través de la leche de la madre contraindica la lactancia materna, por lo que se recomienda la lactancia artificial.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana comprende el empleo de fármacos que inhiben la replicación del VIH, así como los tratamientos dirigidos a combatir las infecciones oportunistas y los cánceres asociados.

Los medicamentos que inhiben la acción de la transcriptasa inversa no son considerados como curativos, pero pueden frenar la evolución de la enfermedad. Los beneficios de estos medicamentos se hacen más patentes cuando se usan combinados entre sí y con fármacos de otros grupos.

Actualmente, están llevándose a cabo ensayos clínicos de terapia intermitente con resultados esperanzadores.

PARA SABER MÁS

En el ciclo vital del virus hay un proceso fundamental, denominado transcripción inversa, que consiste en la conversión del ácido ribonucleico (ARN) viral en ácido desoxirribonucleico de cadena doble (ADN). Esta actividad es llevada a cabo por la enzima transcriptasa inversa.

Las infecciones oportunistas más frecuentes en pacientes con SIDA son la neumonía, la tuberculosis, la infección por Mycobacterium avium que puede causar fiebre, pérdida de peso, anemia y diarrea. Otras infecciones provocadas por bacterias del tracto gastrointestinal también pueden cursar con diarrea, pérdida de peso, anorexia y fiebre. Las infecciones por hongos también son frecuentes, así como la meningitis, herpesvirus y los citomegalovirus, que pueden provocar ceguera.

Los tumores más comunes son: a) Los linfomas de células B, que se desarrollan cuando la función de defensa del sistema inmunológico está muy alterada. Puede afectar a cualquier órgano, principalmente al sistema nervioso central, y b) El sarcoma de Kaposi, que se caracteriza por el desarrollo de nódulos vasculares en piel, mucosas y vísceras.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...