La libertad ejercitamos entre seres humanos, es la manera de dar dignidad a nuestra existencia.

Distinguimos una libertad interior que nos permite hablar de dignidad porque es nuestra fuente de actuar, es base de los derechos humanos.


No siempre nuestros actos son libres, en un determinado momento está condicionado, por ejemplo nuestro nacimiento o nuestra muerte.


Podemos así elegir una conducta que arruine nuestra vida o realizar una acción correcta logrando que la vida sea bella.


En la vida encontramos obstáculos internos o externos que fortalecen la capacidad humana logrando la excelencia a través de metas de vida.


En nuestro andar es importante proponernos objetivos a corto, mediano y largo plazos que daría sentido y trascendencia a nuestro existir.


La libertad nos da la oportunidad de obrar: si optamos por un acto bueno, es una “virtud”; pero por el contrario, a veces elegimos uno malo y entonces se convierte en “vicio”, que bien sabemos nos esclaviza. Por ejemplo, las drogas -sean estas permitidas o no-(drogas permitidas: tabaco, alcohol, medicamentos; no permitidas: marihuana crack, cocaína, etc.).


La libertad debemos valorarla, pues a través de ella logramos ser lo que queremos, su antónimo sería la miseria, la forma más grave de la ausencia de libertad.


Libertad: La plena libertad solo funciona cuando hay equilibrio entre los derechos y las responsabilidades y las elecciones están equilibradas con la conciencia. El poder más eficaz para poner fin a las guerras internas y externas es la conciencia humana.