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Numerosas empresas prestan sus conocimientos, infraestructura y experiencia para que el momento de la despedida sea el más digno. Conozca cuáles son y cuánto cuestan.
El gasto promedio para velar y enterrar a una persona fallecida con servicios básicos oscila entre G. 5 y G. 8 millones. Pero hay ciertos detalles que pueden encarecer el precio como un ataúd de lujo, el uso de la sala VIP, el tipo de refrigerio y bocaditos, los arreglos. Aunque no es muy frecuente, el precio podría llegar hasta G. 70 millones.
Un servicio básico incluye el retiro del cuerpo del nosocomio o domicilio y su traslado a la morgue privada para la higienización, desinfección y formolización. También contempla el maquillaje, vestimenta y acomodamiento del difunto en el ataúd, uso de sala por 24 horas, servicio de moza, café, gaseosas, snacks, vigilancia, desayuno para los que pernoctan, trámites de entierro y del certificado de defunción, carroza para la iglesia y el cementerio; y sellado de la caja metálica.
"En nuestra sociedad no se tiene una comprensión justa del oficio del funebrero. Piensan que somos intransigentes frente al dolor. Pero no se trata solamente de proveer un féretro, nosotros brindamos varios servicios. Además una funeraria tiene un costo operativo muy alto, debe funcionar 24 horas, los 365 días del año con un equipo humano que trabaja en tres turnos", asegura Ramón Cañete, de Cañete & Hijos.
El gerente general de Parque Serenidad, Fernando Ibarra, señala "El ataúd es solo uno de los 52 ítems que incluye el servicio y no incide mucho en el precio final". "La mayoría de las empresas grandes tienen sus propias fábricas de ataúdes para garantizar la calidad. También es una realidad que hay pocos artesanos en el oficio", dice Cañete.
Nuevo concepto
Una de las empresas que innovaron el servicio de sepelios es Parque Serenidad. Montaron las primeras salas velatorias dotadas con todo el confort, desarrollaron el primer parque cementerio y es la única empresa que presta el servicio de cremación.
"Hace 28 años la gente velaba a los muertos en sus casas. ¿Cuál era el problema? El recuerdo. El 30% de las familias terminaban vendiendo su propiedad para no recordar ese momento. Entonces nos propusimos hacer la sala más linda para velar a los fallecidos y que la gente se sienta como en su casa", dice Ibarra. Este nuevo concepto del negocio, les permitió una rápida expansión y la apertura de tres sucursales (Memorial, San Lorenzo y Sajonia), a las que se sumarán dos más próximamente. El crematorio demandó una importante inversión. Solo el horno, importado de Estados Unidos y de alta tecnología costó US$ 110.000. "No lo hicimos para tener una rentabilidad, sino más bien para cumplir una función social y dejar de ser el único país sudamericano que carecía de este servicio. Un 70% de los extranjeros pedía ser cremado para volver a su país, ya que mandar un féretro a Europa cuesta unos 6.000 euros", explica Ibarra.
El sector
Alrededor 53 empresas prestan servicios de sepelio en el radio del Gran Asunción. Dos asociaciones agrupan a las funerarias, la APEFA (Asociación Paraguayas de Empresas Fúnebres y Afines) que reúne a las más antiguas o de mayor infraestructura, y la APEF (Asociación Paraguaya de Empresas Fúnebres) conformada por firmas pequeñas y nuevas que prestan servicios en el entorno cercano al IPS.
Estas últimas pertenecen a ex empleados de las grandes empresas que se animaron a emprender prestando servicios fúnebres. Manejan el oficio, pero no cuentan con suficiente infraestructura.
Un servicio básico incluye el retiro del cuerpo del nosocomio o domicilio y su traslado a la morgue privada para la higienización, desinfección y formolización. También contempla el maquillaje, vestimenta y acomodamiento del difunto en el ataúd, uso de sala por 24 horas, servicio de moza, café, gaseosas, snacks, vigilancia, desayuno para los que pernoctan, trámites de entierro y del certificado de defunción, carroza para la iglesia y el cementerio; y sellado de la caja metálica.
"En nuestra sociedad no se tiene una comprensión justa del oficio del funebrero. Piensan que somos intransigentes frente al dolor. Pero no se trata solamente de proveer un féretro, nosotros brindamos varios servicios. Además una funeraria tiene un costo operativo muy alto, debe funcionar 24 horas, los 365 días del año con un equipo humano que trabaja en tres turnos", asegura Ramón Cañete, de Cañete & Hijos.
El gerente general de Parque Serenidad, Fernando Ibarra, señala "El ataúd es solo uno de los 52 ítems que incluye el servicio y no incide mucho en el precio final". "La mayoría de las empresas grandes tienen sus propias fábricas de ataúdes para garantizar la calidad. También es una realidad que hay pocos artesanos en el oficio", dice Cañete.
Nuevo concepto
Una de las empresas que innovaron el servicio de sepelios es Parque Serenidad. Montaron las primeras salas velatorias dotadas con todo el confort, desarrollaron el primer parque cementerio y es la única empresa que presta el servicio de cremación.
"Hace 28 años la gente velaba a los muertos en sus casas. ¿Cuál era el problema? El recuerdo. El 30% de las familias terminaban vendiendo su propiedad para no recordar ese momento. Entonces nos propusimos hacer la sala más linda para velar a los fallecidos y que la gente se sienta como en su casa", dice Ibarra. Este nuevo concepto del negocio, les permitió una rápida expansión y la apertura de tres sucursales (Memorial, San Lorenzo y Sajonia), a las que se sumarán dos más próximamente. El crematorio demandó una importante inversión. Solo el horno, importado de Estados Unidos y de alta tecnología costó US$ 110.000. "No lo hicimos para tener una rentabilidad, sino más bien para cumplir una función social y dejar de ser el único país sudamericano que carecía de este servicio. Un 70% de los extranjeros pedía ser cremado para volver a su país, ya que mandar un féretro a Europa cuesta unos 6.000 euros", explica Ibarra.
El sector
Alrededor 53 empresas prestan servicios de sepelio en el radio del Gran Asunción. Dos asociaciones agrupan a las funerarias, la APEFA (Asociación Paraguayas de Empresas Fúnebres y Afines) que reúne a las más antiguas o de mayor infraestructura, y la APEF (Asociación Paraguaya de Empresas Fúnebres) conformada por firmas pequeñas y nuevas que prestan servicios en el entorno cercano al IPS.
Estas últimas pertenecen a ex empleados de las grandes empresas que se animaron a emprender prestando servicios fúnebres. Manejan el oficio, pero no cuentan con suficiente infraestructura.