El teatro de fines del siglo XIX y comienzos del XX

Hacia finales del siglo XVIII las manifestaciones teatrales cobran importancia en Asunción y los elencos de jóvenes representan obras de gran peso, como “La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca. Sin embargo, este florecimiento no logró dar frutos en la dramaturgia local. Además, la dictadura francista se encargó de liquidarlo después de la Independencia.

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El Teatro Nacional
Con la llegada de Don Carlos Antonio López al poder, el Teatro Paraguayo sentó bases. Don Carlos contrató a Ildefonso Antonio Bermejo, profesor, dramaturgo y director teatral español. Éste llegó a nuestro país en marzo de 1855. Formó el primer elenco teatral nacional, diseñó y construyó el edificio del Teatro Nacional, enseñó actuación, tradujo obras del francés e inglés, montó obras y planificó las primeras temporadas.

El 4 de noviembre de ese mismo año se realizó la primera presentación de la Compañía Nacional. Las obras seleccionadas incluyeron “Muérete y verás”, de Bretón de los Herreros, y otras piezas breves arregladas por el maestro Bermejo. Se incluían también dramas, comedias, zarzuelas y operetas.

La obra teatral más antigua que se conserva es “Un paraguayo leal”, que ya había sido estrenada en Europa con el título de “El poder de un falso amigo”, y que Bermejo la adaptó poniendo nombres paraguayos a los personajes y colocando bocadillos y chistes en guaraní, que algunos atribuyen a Natalicio Talavera.

La Triple Alianza y el teatro
El teatro existió en nuestro país hasta el inicio de la guerra de la Triple Alianza, gracias a las visitas de compañías extranjeras, en su mayoría españolas provenientes del Río de la Plata.
Solamente dos piezas se estrenaron durante la guerra: “La divertida historia de la Triple Alianza”, escrita por Cornelio Porter Bliss, un norteamericano residente en Paraguay, y “La conferencia de Don Pedro II”, del boliviano también residente en nuestro país, Dr. Tristán Roca. Lamentablemente, estas obras no llegaron hasta nuestros días.

Fin de la contienda y reconstrucción del arte teatral
En la posguerra resurgió la actividad teatral con la vuelta de las compañías extranjeras que traían su repertorio de teatro español romántico, posrromántico, costumbrista y naturalista; sus zarzuelas, óperas y operetas, a las que se añadía un poco de teatro europeo contemporáneo y hasta obras de Shakespeare y Moliere. En 1882 se estrena la primera obra teatral escrita por un paraguayo: “Los del Chirrimbimbín”, de Ángel Peña.

En 1886 Baudillo Alló, importante empresario catalán, gana la concesión del viejo Teatro Nacional para ampliarlo y convertirlo en el actual Teatro Municipal. Así se inaugura una nueva etapa, el 21 de julio de 1889.

Por ese tiempo, existían también en Asunción el Teatro Olimpo, inaugurado en febrero de 1887 y ubicado en Palma entre Convención y Ayolas, y la sala de teatro de Antonio Andreuzzi en la Cancha Sociedad, donde hoy funcionan el Hotel del Paraguay y la Biblioteca Nacional.

Comienza el siglo XX y surge el teatro paraguayo

A partir de 1900 el teatro experimenta un notable crecimiento y adquiere gran influencia en el Paraguay. Aparecen grandes escritores, como Ignacio A. Pane, que escribió “Diálogo entre madre e hija”, presentada en 1901 en un acto del colegio de niñas; Alejandro Guanes, con sus obras “La cámara oscura” y “Diálogo de los muertos”; y Rafael Rodríguez Rojas con “Flor del valle”.

Recién en 1915 se inicia verdaderamente la literatura teatral paraguaya, según Josefina Plá. Ese año, Rafael Rodríguez Rojas publicó su comedia titulada “Flor del valle”, y Demetrio Morínigo estrenó su drama “Martirios de una madre o venganza del coronel”. Luego de dos años, la compañía Chico de la Peña presentó “El Intruso”, de Leopoldo Centurión. Más adelante, el mismo autor presentó “El huracán” y “El final de un cuento”. Por su parte, Eusebio A. Lugo llevó a las tablas “La chala”, “Camino de la fuente” y “La epopeya del Mariscal”.

No quedan atrás: Pedro Juan Caballero, que escribió “El pasado”, “El imán”, “El vencido”, “El cínico” y “Los buitres”; J. María de Nestosa, con “Over-all asunceno” y “Se rifa un marido”; Leopoldo Ramos Giménez, cultor del teatro social en la línea anarquista de Rafael Barret, con sus obras “La inquisición del oro” y “La herencia”; Francisco Martín Barrios, que escribió “La chispa robada” y “Mariscal López”; Manuel Ortiz Guerrero, con “Eireté”, “El crimen de Tintalila” y “La Conquista”.

A partir de 1924 surgen Luis Ruffinello, Miguel Pecci Saavedra, Facundo Recalde, Arturo Alsina, Roque Centurión Miranda, Josefina Plá, Pedro Juan Caballero y Benigno Villa, entre otros, generación que introduce el teatro de ideas o de tesis y el simbolismo de manera orgánica en su obra.

ACTIVIDADES

I.Anota secuencialmente los principales acontecimientos en el plano teatral, a partir de fines del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX:

II.Averigua por qué durante el mandato del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia no floreció el teatro.

III.Cita los autores y las obras surgidos a inicios del siglo XX.
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