EL SILENCIO EN LA COMUNICACIÓN

En el mundo cada vez más agitado, acelerado y despersonalizado en que vivimos, el intercambio de mensajes se hace en forma rápida y las preguntas a veces no dan tiempo para pensar y luego responder. Entonces ocurre que damos una respuesta apurada y hasta equivocada o permanecemos en silencio. ¿Comunica algo ese silencio?

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EL SILENCIO ES PRESENCIA

La misma pregunta se han planteado muchos investigadores, especialmente filósofos y lingüistas a lo largo de la historia. Las respuestas fueron diferentes, dependiendo de la cultura y del momento histórico.

Pero a pesar de que cada uno tuvo unas conclusiones diferentes respecto al tema, en lo que sí están de acuerdo es en que el silencio no se trata de una ausencia, sino de una presencia que encontramos dentro del proceso de la comunicación. En el contexto cultural, existe una línea divisoria imaginaria entre la cultura de Oriente y Occidente.

La cultura Oriental considera el silencio como un elemento de su desarrollo religioso y cotidiano, como una fuente de sabiduría y espiritualidad. En las religiones orientales, como es el caso del hinduismo y el budismo, se hace una relación entre el silencio y el saber, ya que estas hablan del silencio como la base de la sabiduría y de la meditación.

La cultura Occidental, en cambio, toma la palabra como la base de su cultura. En la antigua Grecia se decía que a través del dominio de la palabra, el hombre accedía al conocimiento de sí mismo y del mundo; de este modo se integraba sin problemas a la vida pública. En el ámbito de la educación se enseñaba a través de la palabra hablada, por lo tanto el saber se conseguía mediante la palabra.

En los últimos siglos han aparecido muchos pensadores, artistas, poetas, filósofos interesados por el tema del silencio en la comunicación. Por ejemplo, Nietzsche contempla en su teoría del conocimiento el silencio como una alternativa a la mentira dentro de la cultura del simulacro. Así también están los grandes poetas que han hecho una gran cantidad de metáforas con el silencio, atribuyéndolo a momentos o situaciones por los que pasamos.

EL SILENCIO DA SENTIDO A LA COMUNICACIÓN

El silencio es necesario para la comunicación verbal, es un gran apoyo en la no verbal y muchas veces se convierte en el protagonista del acto comunicativo. Muchas veces hacemos un juicio más preciso acerca de una persona justamente por lo que no ha dicho.

Por ejemplo, cuando dos personas amigas que hablan siempre de trabajo, estudios, amigos, familia, etc., no mencionan uno de estos temas, hay una ausencia de información que trasmite otra información: algo debió suceder para que se evite hablar sobre este asunto.

El silencio en la interacción no es ausencia, sino que constituye un mensaje más.

LA SOCIALIZACIÓN Y EL SILENCIO

El silencio es una forma de comunicación presente en todas las culturas, de manera diferente. Los niños aprenden a hablar y también aprenden a guardar silencio; a la vez que hay un aprendizaje de la lengua también hay un aprendizaje paralelo del silencio, porque si no fuera de este modo, los niños se comportarían igual en el momento que se debe hablar y en el que se debe callar.

La adquisición del silencio varía dependiendo de cada cultura, porque en cada una de ellas hay un comportamiento diferente ante las diversas situaciones. En cuanto a su utilización dentro de una conversación, normalmente cuando aparece la parte no verbal, dependiendo de cómo se lo emplee tendrá un significado u otro. Cuando se produce este silencio no quiere decir que vaya acompañado de un gesto, un signo, sino que puede darse el caso que no vaya acompañado de nada, simplemente que se haga un silencio.

MARÍA

Fragmento. Jorge Isaacs.

Durante el día se la vio más triste y silenciosa que de costumbre. Por la tarde estuvo en mi cuarto y dejó en el florero, unidas con algunas hebras de sus cabellos, las azucenas que había cogido por la mañana; y allí fue Emma a buscarla cuando ya había oscurecido. Estaba de codos en la ventana, y los bucles desordenados de la cabellera casi le ocultaban el rostro.

-María -le dijo Emma después de haberla mirado en silencio unos momentos-, ¿no te hará mal este viento de la noche?

Ella, sorprendida al principio, le respondió tomándole una mano, atrayéndola a sí y haciendo que se sentase a su lado en el sofá:

-Ya nada puede hacerme mal.

ACTIVIDADES

I. Lee el fragmento de María y responde las siguientes preguntas:

a) ¿Comunica algo María con su silencio?

b) ¿Qué mensaje trasmite?

II. ¿Consideras que es mejor dar una respuesta apresurada que guardar silencio?

III. Establece la diferencia respecto al silencio en la cultura de Oriente y Occidente.

¿De qué manera influye
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