El ser humano ante la muerte

"Morir forma parte de la vida”. En forma repentina o cruel, luego de un penoso tiempo, en el hospital o en la casa, asistido o no, la muerte llega; a unos más tarde a otros más temprano.

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Si desde el mismo momento en que somos concebidos, iniciamos el viaje hacia la muerte, ¿qué sentido tiene la vida y qué sentido tiene la muerte? No se puede hablar de la muerte sin hablar de la vida, y viceversa.

¿Por qué parece que algunas personas sufren más que otras ante la muerte?, ¿por qué ante una muerte súbita o violenta la reacción de las personas es diferente?

Aunque se puede intentar muchas respuestas, ninguna de ellas será “la respuesta” necesaria o suficiente para quien haya perdido a su ser querido, pero se puede decir que lo que pensamos, los valores y la actitud que tenemos ante la vida, de hecho, influye sobre la idea y la actitud que tenemos ante la muerte.

La vida está llena de sentimientos, emociones, lazos afectivos, de experiencias y vivencias que hacen que resulte lógico que uno se prepare más para la vida que para la muerte.

Pensar en la posibilidad de la muerte cercana, propia o ajena (de algún ser querido) produce angustia, desesperación. Por ello, muchas veces la eludimos y evitamos plantearnos seriamente, como motivo de reflexión profunda, para conocer verdaderamente qué sentimos ante ella.

Hay quienes dicen que les desespera la idea de no poder ver, saber lo que pasa, quiénes lo van a llorar, no recordar, no sentir.

Tal vez lo más difícil de admitir es la idea de que el mundo va a seguir y debe seguir sin mí, o sin mi ser querido.

Parece muy difícil soportar la muerte que nos toca muy de cerca. ¿Cómo puede, entonces, una persona soportar el dolor de la pérdida de un hijo, un esposo, una esposa, un amigo, un padre, una madre?

Lo que se ha vivido y cómo se ha vivido, qué se ha brindado, ayuda mucho en este sentido. La fe, las religiones serán un soporte importante en el proceso de duelo. También los amigos y hasta ayuda profesional.

La idea de la vida y la muerte no es la misma siempre, existen diferencias entre las creencias y los ritos en las culturas antiguas; entre África, América o India, y entre las diferentes religiones.

Sin embargo, la vida no es sólo un proceso biológico que se inicia con la concepción y acaba con la muerte. Si sólo significara esto, sería mucho más fácil dejar partir a un ser amado y no temeríamos la propia muerte.

“La vida tiene un contenido más amplio que el mero vivir biológico”

La vida puede ser entendida desde la subsistencia hasta la plena calidad humana. Esta calidad puede dividirse en:
Cualidades objetivas y subjetivas de la vida.

Estas a su vez pueden ser divididas en primarias y secundarias.


Las primarias (o necesidades básicas): llevan al ser humano a satisfacer sus necesidades primarias como alimentación, protección, descanso y libertad contra toda opresión; y la ”seguridad de que la situación del ser humano no será alterada súbitamente”.

Las secundarias: son como una prolongación y consecuencia de las necesidades primarias. Las necesidades secundarias pueden variar según el lugar y el momento histórico.

La satisfacción de las necesidades primarias son necesarias para vivir, pero no aseguran el bienestar integral de las personas (por eso muchas veces ocurre que las personas que tienen vivienda, ropa y comida, viven en un estado de insatisfacción, pues, en general, con eso no se asegura el bienestar, aunque se debe considerar también, que muchas personas, en nuestro país y en otros, no pueden llegar a cubrir ni las necesidades primarias).

De todas maneras, como sea que se haya vivido y cómo se produjo la muerte, el funeral (el entierro y el velatorio en nuestra costumbre) tiene mucha importancia, y cumple funciones psicosociales importantes, que según varios autores pueden ser:

Para la familia:

- Ayuda a terminar de aceptar la realidad.

- Permite a los familiares expresar de forma pública su afecto por la persona fallecida y el dolor por la pérdida.

- Recibe el apoyo de otros familiares y amigos, así sienten que no están solos y desvalidos.

Para la sociedad:

- Se refuerza el valor social de la familia. La familia se une en estos momentos.

- Refuerza el orden social: Cuando quien muere es un presidente, un vicepresidente, u otra persona asesinada por asaltantes, terroristas, secuestradores, etc., se asiste al funeral no sólo por la persona, por la familia, (a pesar que muchas veces no se conoce a la persona fallecida o a los parientes), sino para reafirmar o exigir que se restablezca el orden social.

Ejercicios

I- Contesta con F o V, según las afirmaciones sean falsas o verdaderas. Justifica si tu elección es F.

1- Todas las personas se afanan por conservar la vida.

2- La concepción es el primer paso hacia la muerte.

3- Los valores y actitudes ante la vida, influyen y hasta determinan la actitud ante la muerte.

4- La satisfacción de las necesidades primarias asegura una vida digna y tranquila.

II- Explica y comenta las siguientes expresiones:

”La vida humana es un bien de la comunidad. Atentar contra ella (la propia o la ajena) supone una ofensa a la justicia”.

”La vida humana es un don recibido de Dios y, por lo tanto, a Él pertenece”.
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