Documentos oficiales sobre la monarquía británica confirmaron lo que nadie quería saber: que Wallis Simpson, la mujer norteamericana divorciada, por la que Eduardo VIII abandonó la corona británica, sostuvo una relación sentimental clandestina con un vendedor de autos de Ford durante toda su relación prematrimonial. No es la primera vez que la mujer que inspiró “el romance del siglo”, está bajo la lupa en las conversaciones de la alta sociedad británica, que siempre le adjudicó un “insaciable apetito sexual”, pero es la primera vez que documentos oficiales confirman la mancha en su reputación. El otro en cuestión se llamaba Guy Marcus Trundle, hombre “aventurero, encantador, de buena apariencia, buena educación y excelente bailarín”, y de escasos recursos económicos. Archivos revelaron que Wallis le dio dinero y le hizo costosos regalos.


Una imagen nada elogiosa para Wallis Simpson, que es presentada como una mujer infiel, además de que según el informe, ella se jactaba de tener buenas relaciones con Adolf Hitler, quien recibió a los duques de Windsor durante una controvertida visita, en octubre de 1937.


En enero de 1936, Eduardo VIII hizo saber rápidamente al gobierno británico, que deseaba casarse con Wallis Simpson. Todos se opusieron, desde el primer ministro de la época, Stanley Baldwin hasta el gobierno, en nombre del interés del país.


Tras reinar apenas 11 meses, convertido en duque de Windsor, se fue a vivir con su amada Wallis fuera de su país, primero en Austria y luego en Francia. La reina Isabel, esposa del rey Jorge VI nunca le perdonó a su cuñado que provocara al abdicar, una de las más graves crisis sufrida por la monarquía británica. La Reina madre, fallecida en marzo del 2002, a los 101 años de edad, obró para impedir el regreso a Gran Bretaña de los duques de Windsor, que vivieron exiliados en Francia hasta su muerte.


* Fuente: Londres, por Eric Thomas (AFP)