Antes de la llegada de los españoles a América, los Guaraníes ocupaban los territorios mesopotámicos conformados por los ríos Uruguay, Paraná y Paraguay. Cuando se inició la conquista española, los Guaraníes poblaban las tierras entre los siguientes límites: en el Guairá antiguo, entre el río Tieté y el río Yguazú; en la costa Atlántica, entre el río Uruguay y la Laguna de los Patos; la zona del río Uruguay y el río Paraná; la zona Oriental entre el río Paraguay y el río Paraná, hasta el lago Miranda en el Norte, y las islas del río Paraná hasta El Tigre, en el Sur.

Etnias de la familia lingüística Tupí Guaraní: Páĩ Tavyterâ, Ava Guaraní, Mbya Guaraní, Kaygua, Guayakí, Guarayo, Chiriguano, Tapiete y Ñandéva.

Cuando los españoles se establecieron en Asunción, los Guaraníes establecieron un pacto de alianza con ellos. Los conquistadores les ayudarían a proteger su frontera ribereña del río Paraguay, constantemente amenazada por los Guaycurúes y Payaguá de la Región Occidental; los indígenas, a cambio, les darían su maíz y entregarían sus flecheros como servidores y acompañantes. La alianza se denominó “tovayᔠ(cuñado) e implicaba reciprocidad y la lealtad a través de matrimonios entre españoles e indígenas.

Las Leyes de Indias

Fueron aplicadas por los españoles desde 1555. Con este reglamento los españoles sometieron a los nativos; significaba un opresivo vasallaje económico y un cambio social profundo de los Guaraníes. Pero los indígenas reaccionaron con varias revueltas armadas sin éxito por falta de unidad sociopolítica en las parcialidades rebeldes.

Las Leyes de Indias exigían la formación de “tabas” exclusivos para los indígenas con fines de una rápida aculturación regional. Las antiguas aldeas Guaraníes fueron anuladas. Los távas perduraron hasta 1848, cuando Don Carlos Antonio López proclamó al Guaraní del pueblo como ciudadano paraguayo y, por lo tanto, libre del sistema comunal denigrante.

La labor misionera

La acción misionera de los jesuitas empleó un sistema de aculturación cristiana impositiva y controlada. Los jesuitas pretendían una homogeneización cultural de los Guaraníes, pero de modo diferente al de los españoles. No aceptaban el sistema español de encomiendas, por considerarlo un atentado al derecho de libertad natural de los indígenas. Pero aplicaron en las reducciones el sistema económico comunal, sometieron a los Guaraníes a un encierro misional, y formaron una verdadera milicia guaraní.

En 1697 los jesuitas fueron expulsados y se introdujo el nuevo régimen civil. Esto originó una acelerada decadencia de los Guaraníes misioneros, acostumbrados al liderazgo reduccional. Continuamente se redujo la población Guaraní como consecuencia de la Guerra Guaranítica, la participación indígena en las tropas de Artigas y en las luchas argentinas.

Las familias Guaraníes que hoy sobreviven en el Paraguay son los Mbya, los Chiripa-Ava y los Páĩ Tavyterâ.

Costumbres de los Guaraníes

Vestido: las mujeres usaban taparrabos. Después de la conquista se impuso el typói, una variedad de camisola sin mangas, con dos aberturas laterales para pasar los brazos. Los varones generalmente andaban sin vestidos y usaban plumas en la cabeza, en los brazos y en los tobillos. Tanto varones como mujeres se pintaban el cuerpo.

Viviendas: construían grandes casas comunitarias hechas con troncos y hojas. Habitaban en ella varias familias relacionadas entre sí. Cada casa comunal representaba un te’yi, tenía un jefe y toda la actividad económica productiva se organizaba en función del te’yi formaba un tekoha o residencia. La agrupación era producto de algún lazo de parentesco. Por ejemplo, se regenera por el casamiento de un varón de un te’yi con una mujer perteneciente a otro. Entonces se formaba un táva, o sea, una aldea o pueblo.

Las aldeas se formaban con 4 y hasta 8 casas, y se rodeaban con empalizadas. En las regiones guaraníes del Norte, las casas eran más pequeñas, cilíndricas y con paredes de barro y paja. Conocían con claridad su hábitat geográfico, se sentían parte de él. Preferían instalar sus aldeas en los terrenos ubicados sobre las riberas de los grandes ríos, arroyos y lagunas, por ser los lugares más favorables para la pesca, la caza y la recolección del ñai’û o arcilla para la cerámica. Sobre todo, escogían esos sitios para el aprovechamiento del humus en las labores hortícolas y porque el monte cercano ofrecía sus frutas silvestres y abundante madera.

Prácticas funerarias: según Egon Shaden, los Guaraníes originariamente desconocían el entierro en urnas y colocaban a sus muertos en posición horizontal. También practicaban el enterramiento en un pozo, en la misma casa del muerto, las urnas de barro y el túmulo (construcción de tumba). Los Guaraníes creían que el espíritu de los antepasados estaba siempre vivo; para ellos, existen relaciones muy estrechas entre la comunidad de los vivos y la de los muertos, que se manifiesta en la ayuda mutua. Los muertos proveían de alimentos, enviaban la lluvia, velaban por su bienestar y los estimulaban en la guerra; los vivos les entregaban ofrendas y vengaban a sus muertos.

El chamán: era el brujo de la tribu y tenía gran poder. Actualmente, las tribus amazónicas siguen considerando al chamán como una fuente de respeto y poder. Era un personaje muy respetado y admirado. Conocía profundamente la herboristería, tenía carácter de médico del cuerpo y del espíritu. Luego de la conquista se creía que era portador de poderes maravillosos, capaces de –inclusive- causar la muerte de alguna persona, de hablar con los espíritus de los muertos, de cambiar el curso de los ciclos de la naturaleza, de provocar o curar enfermedades.

ACTIVIDADES

I. Contesta:

a)Los Guaraníes constituyen un pueblo de marcada trascendencia en la historia de la América y de Paraguay, ¿por qué?

b)¿Cómo se llamaba la alianza entre españoles e indígenas y en qué consistía?

c)¿Qué establecían las Leyes de Indias?

d)¿De qué manera procedían los jesuitas en la labor misionera?

II. Describe brevemente

El vestido de los Guaraníes:

Las viviendas:

Las prácticas funerarias:

El chamán: