No todos quienes invocan a Cristo Jesús son necesariamente cristianos; es la situación de los mormones, como así también es el caso de la religión mayoritaria del país, cuyos adeptos al ser interrogados acerca de su fe, con frecuencia responden ser marianos o católicos o romanos, menos cristianos. Dicho contexto me sugiere la siguiente ilustrativa y parafraseada versión católica del PADRE NUESTRO:
"Padre Nuestro que estás en El Vaticano y en el cielo, santificado sea tu Nombre entre tantos santos nombres; vénganos tu Reino conforme a las tradiciones humanas y hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra, y no a la inversa; danos hoy, en vez de la Palabra, solo el pan nuestro de todos los días; perdónanos nuestras ofensas cuando acudimos al confesionario; líbranos del purgatorio y del mitológico infierno. Si bien tuyo es el reino, la reina es la siempre virgen e inmaculada María, la madre de Dios".
De todas maneras, dificulto que este "Padre Nuestro" se rece; pues en vez de buscar el deleite y gozo del orar, se fomentó su rezo a regañadientes, como castigo (verbi gracia: 10 Padres Nuestros y 50 Aves Marías de penitencia) y no como placentero y natural hábito diario de respiración espiritual.
Un hermano mío me rogó que desistiera enviar esta carta, porque según él me resultaría impopular, lo cual reconocí, pero a la sazón respondí que asumo el riesgo de la impopularidad; empero si callo, las piedras clamarían, si yo callo los ateos, los agnósticos, los masones, los violentos, los antibíblicos, los anticristos y anticristianos hablarían; mejor nomás que hablemos nosotros, mejor entonces que hable la Palabra.
Oribe Fabio Sosa Ortellado
"Padre Nuestro que estás en El Vaticano y en el cielo, santificado sea tu Nombre entre tantos santos nombres; vénganos tu Reino conforme a las tradiciones humanas y hágase tu voluntad en el cielo como en la tierra, y no a la inversa; danos hoy, en vez de la Palabra, solo el pan nuestro de todos los días; perdónanos nuestras ofensas cuando acudimos al confesionario; líbranos del purgatorio y del mitológico infierno. Si bien tuyo es el reino, la reina es la siempre virgen e inmaculada María, la madre de Dios".
De todas maneras, dificulto que este "Padre Nuestro" se rece; pues en vez de buscar el deleite y gozo del orar, se fomentó su rezo a regañadientes, como castigo (verbi gracia: 10 Padres Nuestros y 50 Aves Marías de penitencia) y no como placentero y natural hábito diario de respiración espiritual.
Un hermano mío me rogó que desistiera enviar esta carta, porque según él me resultaría impopular, lo cual reconocí, pero a la sazón respondí que asumo el riesgo de la impopularidad; empero si callo, las piedras clamarían, si yo callo los ateos, los agnósticos, los masones, los violentos, los antibíblicos, los anticristos y anticristianos hablarían; mejor nomás que hablemos nosotros, mejor entonces que hable la Palabra.
Oribe Fabio Sosa Ortellado