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Una bronquitis asmática lo acercó desde muy pequeño a los doctores y a los hospitales. Al contrario de lo esperado, las constantes crisis de la enfermedad marcaron de a poco, su aptitud e interés en la ciencia. "Por coincidencia mi pediatra fue mi profesor en el último año de Medicina. Mi objetivo siempre fue ser médico, por ser una profesión noble y creo que también vocación", relata el doctor Samaniego.
Tras culminar sus estudios secundarios, decidió convertirse en el primer médico de su familia y optó por la Universidad Nacional de Asunción. Se graduó en 1986 y sin perder mucho tiempo, buscó especializarse en el extranjero. Fue así que dos años después, un intercambio cultural promovido por Itamaraty, le abrió la posibilidad de viajar hasta Brasil.
El duro proceso de adaptación
Su próximo destino sería Río de Janeiro: un estado cuya capital es la segunda más poblada del vecino país, y que combina equilibradamente naturaleza, economía, atracción turística, y un ponderado nivel educativo.
Motivado por el próximo paso en su vida profesional, llegó al hospital materno "Praça XV" y el hospital estatal Universitario "Pedro Ernesto". Pero su entusiasmo aún no le permitía imaginar las innumerables trabas que representaría estar lejos de su natal Asunción.
"Al principio fue difícil la convivencia, es muy diferente todo: la alimentación, el idioma, costumbres, y también la discriminación, por ser extranjero. Cuesta mucho quedarse lejos del país y principalmente de la familia, pero poco a poco conquisté mi espacio y fui quedándome. Pasé por muchas dificultades para la revalidación del diploma, pero como yo era joven y determinado conseguí superar esa barrera y conseguir ejercer la profesión aquí en el Brasil", comenta.
Pero, además de su predisposición, la atención sanitaria fue fundamental para que decidiera quedarse. "Estoy hablando de 23 años atrás, la asistencia médica era totalmente gratuita, con un acompañamiento del paciente, desde la entrada hasta la salida, con un equipo multidisciplinario: asistente social, psicólogo, nutricionista y médico, procedimientos con material adecuado sin improvisaciones. Hacer medicina así era muy gratificante. En la época tenía cómo comparar con nuestra medicina, hoy tengo poco contacto con colegas del Paraguay, no puedo hacer comparaciones", expresa el paraguayo de 48 años, especializado en ginecología y obstetricia estética.
Actualmente, trabaja en el hospital estatal "Eduardo Rabello" y en el hospital municipal materno en Seropédica. Cuenta también con un consultorio privado en Itaguaí (Rio de Janeiro), donde trabaja desde hace 20 años.
Un galardón inesperado
El doctor Samaniego Bóveda cierra un 2011 cargado de satisfacciones. Hace pocos días, estuvo en nuestra capital para conmemorar los 25 años de egreso de la Facultad de Medicina. "Fue una alegría encontrarme con todos y recordar viejos tiempos", menciona.
Por otro lado, la Asociación de Médicos del Estado de Rio de Janeiro (SOMERJ) también le tenía preparada otra sorpresa: el galardón de "médico del año" entregado el 3 de diciembre, en Buzios. "No esperaba, especialmente por ser extranjero", dice.
La Asociación destaca la capacidad intelectual del paraguayo, su entrega a la comunidad, su cariño a los pacientes y su participación activa en el gremio. El compatriota celebra el logro con sus padres, actualmente jubilados residentes en San Lorenzo, a quienes visita entre tres a cuatro veces al año.
Pese a que ya posee la visa permanente en Brasil, siempre mira de cerca a nuestro país. "Pienso hacer algún trabajo en Paraguay. Estoy en estudio junto a los ex compañeros de promoción. (
) Tengo una propuesta para ir a trabajar en Paraguay periódicamente", acota finalmente.
AGRADECIMIENTO: La nota fue posible gracias al Dr. Carlos Ayala Ferrari, de la Cátedra de Fisiología de Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción.