Cargando...
DESMOCHADOS, Dpto. Ñeembucú (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Después de varios años de experiencias negativas con el algodón, la fibra ha sido desplazada por el grano, como el producto preferido por los labriegos de la zona. Según los técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el maíz ocupa actualmente un área mayor de 5.000 hectáreas, mientras que el textil apenas podría llegar a las 1.000 hectáreas.
Aún cuando en el momento de la comercialización no tiene gran atractivo, los productores prefieren los rubros de consumo, fundamentalmente tras la prolongada sequía y los bajos precios internacionales y locales del algodón.
Esta arraigada costumbre de los ñeembucuenses de apostar a la siembra del maíz, ha llevado a especialistas locales de la Universidad Nacional de Pilar (UNP) a plantear la producción de semillas para mejorar su rendimiento. El proyecto tiene como base al distrito de Desmochados, cuyo municipio respalda la iniciativa.
Los técnicos de la UNP han observado que los agricultores no obtienen rendimientos superiores a los 1.000 kilos por hectárea. Concluyeron que esta limitación se debe en gran medida a la utilización de semillas de baja calidad.
El ingeniero Carlos Galeano, quien lidera el equipo de la UNP que lleva adelante el proyecto, dijo que la experiencia ha sido muy positiva y que los resultados se verán en poco tiempo. Afirmó que además de la calidad de las simientes, se debe considerar el mejoramiento del suelo, mediante técnicas de fácil aplicación para los labriegos.
El plan semillero tiene como sede la compañía San Antonio, del distrito de Desmochados, y se utilizan fertilizantes para mejorar los suelos pobres del lugar. El asesoramiento a los productores corre por cuenta de los técnicos del departamento de Investigación y Extensión Universitaria de la UNP.
Además del mejoramiento de las semillas y la fertilización de la tierra, existe otro factor muy importante que es el clima. En los últimos años, la zona fue afectada por una larga sequía, que dejó sin posibilidades a la mayoría de los rubros agrícolas. Tampoco faltaron episodios como la crecida del río Paraná que fue fatal para la agricultura ribereña.