Sacerdotes de la iglesia catedral Virgen del Rosario, de Coronel Oviedo, remitieron un escrito a varios coordinadores parroquiales, en el que se puntualizan los requisitos fundamentales que deben cumplir los fieles católicos a la hora de acceder a un sacramento. No se sabe si fue por orden del obispo, Mons. Juan Bautista Gavilán, o motu proprio.Carlos Mariano Godoy
godoy@abc.com.py
Luego de citar, punto por punto, los pasos que tienen que seguir los católicos para bautizar a los niños, hacer la primera comunión, la confirmación, y hasta el matrimonio, el texto señala: "Y todos, sean catequistas, confirmandos, padres, y los padrinos, deberán estar al día en su diezmo, en su aporte parroquial, o en su aporte en especie, para las capillas rurales".
Las expresiones de la misiva suenan a imposición que todos los practicantes de la Iglesia Católica tendrán que cumplir, porque, caso contrario, no podrán acceder a los sacramentos. Una familia que no está al día con su diezmo no podrá bautizar a su hijo o hija, tampoco podrá hacer la primera comunión, la confirmación y, mucho menos, podrá contraer matrimonio.
Los padrinos, para todos los sacramentos, tienen que ser católicos "y todos deberán estar al día con su diezmo".
Según el documento, el católico debe rendir algo así como un impuesto en efectivo o en especie para estar cerca del Todopoderoso.
Si bien el diezmo es mencionado en varios pasajes bíblicos, el escrito parece una peligrosa imposición que podría perjudicar aún más a la debilitada Iglesia Católica; podría generar una nueva estampida de los fieles hacia otras carpas religiosas.
¿Los pobres que apenas tienen para el día a día, cómo podrán acceder a un sacramento católico? ¿Y cómo la Iglesia Católica controlará quién está o no al día con su diezmo?
Teniendo en cuenta este texto eclesial, cada vez le será más difícil al pobre estar cerca de Dios o pertenecer al Reino de Dios. Conste que Jesús dijo: "Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos".
Que los sacerdotes de la iglesia catedral Virgen del Rosario sean teólogos y filósofos a la vez parece una enorme contradicción, pero tratar de imponer el diezmo es peor. Eso sería alejar a los pobres del Reino de los Cielos. A las familias de escasos recursos se les dificultará seguir perteneciendo a la religión católica.
Todos los católicos están de acuerdo en dar su diezmo, de acuerdo a las posibilidades de cada persona de esa religión, pero no debería ser una condición sine qua non para acceder a los sacramentos. Porque eso sería una discriminación a los pobres o desposeídos dentro del Reino de Dios. De todas maneras, los católicos pudientes deberían reconocer los gastos que tiene una iglesia para cumplir con sus funciones evangelizadoras y que la única manera de cubrir esas erogaciones sería mediante el diezmo y otros aportes de los fieles para la manutención del templo.
El escrito parroquial es una señal de que la situación económica de la iglesia catedral Virgen del Rosario y de otros templos católicos no es buena. Por lo que se lee y se entiende del documento parece ser un grito desesperado de los sacerdotes para pedir ayuda a sus fieles.
Según testimonios, hay sacerdotes reconocidos por su labor pastoral en varias parroquias, que ni siquiera están recibiendo alimentación adecuada, que no tienen dinero para cubrir el costo de su subsistencia diaria.
Para que no ocurra hechos de esta naturaleza es necesario que todos los católicos, sobre todo aquellos que viven en la abundancia, sean solidarios. Pero dar el diezmo no debe ser una imposición para negociar un determinado sacramento de la Iglesia, y mucho menos se debe poner precio para que un pobre llegue al Reino de Dios.
La parroquia debe revisar sus determinaciones cuanto antes. Ningún católico estaría en desacuerdo de colaborar con su Iglesia, pero esto según sus posibilidades. "Que así sea".
godoy@abc.com.py
Luego de citar, punto por punto, los pasos que tienen que seguir los católicos para bautizar a los niños, hacer la primera comunión, la confirmación, y hasta el matrimonio, el texto señala: "Y todos, sean catequistas, confirmandos, padres, y los padrinos, deberán estar al día en su diezmo, en su aporte parroquial, o en su aporte en especie, para las capillas rurales".
Las expresiones de la misiva suenan a imposición que todos los practicantes de la Iglesia Católica tendrán que cumplir, porque, caso contrario, no podrán acceder a los sacramentos. Una familia que no está al día con su diezmo no podrá bautizar a su hijo o hija, tampoco podrá hacer la primera comunión, la confirmación y, mucho menos, podrá contraer matrimonio.
Los padrinos, para todos los sacramentos, tienen que ser católicos "y todos deberán estar al día con su diezmo".
Según el documento, el católico debe rendir algo así como un impuesto en efectivo o en especie para estar cerca del Todopoderoso.
Si bien el diezmo es mencionado en varios pasajes bíblicos, el escrito parece una peligrosa imposición que podría perjudicar aún más a la debilitada Iglesia Católica; podría generar una nueva estampida de los fieles hacia otras carpas religiosas.
¿Los pobres que apenas tienen para el día a día, cómo podrán acceder a un sacramento católico? ¿Y cómo la Iglesia Católica controlará quién está o no al día con su diezmo?
Teniendo en cuenta este texto eclesial, cada vez le será más difícil al pobre estar cerca de Dios o pertenecer al Reino de Dios. Conste que Jesús dijo: "Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos".
Que los sacerdotes de la iglesia catedral Virgen del Rosario sean teólogos y filósofos a la vez parece una enorme contradicción, pero tratar de imponer el diezmo es peor. Eso sería alejar a los pobres del Reino de los Cielos. A las familias de escasos recursos se les dificultará seguir perteneciendo a la religión católica.
Todos los católicos están de acuerdo en dar su diezmo, de acuerdo a las posibilidades de cada persona de esa religión, pero no debería ser una condición sine qua non para acceder a los sacramentos. Porque eso sería una discriminación a los pobres o desposeídos dentro del Reino de Dios. De todas maneras, los católicos pudientes deberían reconocer los gastos que tiene una iglesia para cumplir con sus funciones evangelizadoras y que la única manera de cubrir esas erogaciones sería mediante el diezmo y otros aportes de los fieles para la manutención del templo.
El escrito parroquial es una señal de que la situación económica de la iglesia catedral Virgen del Rosario y de otros templos católicos no es buena. Por lo que se lee y se entiende del documento parece ser un grito desesperado de los sacerdotes para pedir ayuda a sus fieles.
Según testimonios, hay sacerdotes reconocidos por su labor pastoral en varias parroquias, que ni siquiera están recibiendo alimentación adecuada, que no tienen dinero para cubrir el costo de su subsistencia diaria.
Para que no ocurra hechos de esta naturaleza es necesario que todos los católicos, sobre todo aquellos que viven en la abundancia, sean solidarios. Pero dar el diezmo no debe ser una imposición para negociar un determinado sacramento de la Iglesia, y mucho menos se debe poner precio para que un pobre llegue al Reino de Dios.
La parroquia debe revisar sus determinaciones cuanto antes. Ningún católico estaría en desacuerdo de colaborar con su Iglesia, pero esto según sus posibilidades. "Que así sea".