El Chaco, un ecosistema único

El Chaco - Chacú (lugar de caza) en lengua quechua, una alta planicie aluvial con una pendiente suave hacia el este, la zona de menor precipitación (400 mm/año) de base arenosa a franco arenosa. Las áreas se encuentran inundadas temporalmente, permitiendo el enriquecimiento de especies adaptadas a ese medio. Son suelos salinos, tienen limitación para su uso, dada su escasa humedad.

Cargando...

El Chaco está regado por los grandes ríos Paraguay y Pilcomayo, con sus múltiples afluentes y una singularidad, con el paraíso ecológico Estero Patiño como drenaje del Pilcomayo medio. Es uno de los biomas únicos en cuanto a su fauna y flora, y es imperioso protegerlo de la depredación y las ansias de desarrollo a costa de la naturaleza.

El Chaco es un área de escasa población con maleza y bosques de palma, uno de los hábitat de la fauna que sobrevive en Sudamérica. Su biodiversidad de plantas y animales es comparable a la del Amazonas. Los árboles de hojas caducas de la abundante vegetación del sur son sustituidos rápidamente por variedades espinosas, cortas. El paisaje es plano con las áreas abiertas amplias preparadas para estancias.

A lo largo de las orillas de las lagunas hay un fango grueso y es común ver el tapir en el fango, que al parecer les ofrece comodidad del calor y de los bichos o insectos. El pantano perdido es una laguna de agua dulce que atrae una variedad amplia de animales. Los patos que silban, los halcones, y la cigüeña del jabiru, la más grande del mundo, flamencos, chajá, son especies típicas de pájaros.

Los animales como los cocodrilos, kapivara, zorros grises y varias diversas especies de ciervos son también frecuentes. La geografía plana del Chaco, las lagunas abiertas de par en par y la vegetación esporádica hacen fácil descubrir la fauna. En las áreas de vegetación espesas, como en el Amazonas, los animales se ocultan detrás de árboles o se mezclan en sus alrededores densos. En el Chaco, uno puede ver una cigüeña corriendo a lo lejos.

Bajo Chaco: es el nombre dado a la parte sur de la Región Occidental, en el ángulo formado por los ríos Paraguay y Pilcomayo. Es una tierra dedicada en gran parte a la ganadería, con palmares y campos anegadizos. Tiene buen acceso por la Ruta Transchaco y sus ramales.

Chaco seco: gran parte del territorio chaqueño está compuesto de sabanas secas, con vegetación rala de bosques bajos. Es una zona rica en diversidad biológica, con animales de gran porte como el taguá, el puma y el yaguareté, e infinidad de reptiles, aves y pequeños roedores.

Patrimonio natural: una serie de áreas protegidas, entre las que se encuentran los parques nacionales Tinfunké, Defensores del Chaco, Río Negro, Teniente Agripino Enciso y las unidades propuestas Médanos del Chaco, Pozo Hondo y Guaraní-Timane, garantizan la conservación del enorme patrimonio natural de la región. A estas áreas se suman sitios como Laguna Capitán, Campo María, Laguna Salada y otros, que contribuyen sensiblemente a la biodiversidad del extenso territorio.

Relieve, clima e hidrografía

Desde el punto de vista geológico, el Chaco remonta sus orígenes al periodo cuaternario. Es una extensa llanura, húmeda, de abundantes pantanos y lagunas, con presencia de salinas en el centro y sudoeste. El clima es subtropical, con estación seca en su mayor parte, salvo en el este, donde la temperatura alcanza los 48 grados en verano. Las precipitaciones medias anuales son de unos 800 mm y corresponden a un régimen periódico pluvial estival.

Flora y fauna

Las reservas se caracterizan por la conservación de los quebrachales. Este árbol debe su nombre a la dureza de su madera, que quiebra hachas. La especie más codiciada es el quebracho colorado, de más de 20 metros de altura y 1,5 metros de diámetro. La madera de quebracho no se pudre y su veta es recta, por lo que se la utiliza para sostener los rieles del ferrocarril y fabricar postes de alambrados; además, de él se extrae el tanino, utilizado especialmente en la industria del cuero. La sobreexplotación del quebracho chaqueño durante la primera mitad del siglo XX destruyó la principal riqueza de la región.

Además de los quebrachales, la región chaqueña presenta numerosas especies propias, como la palmera, el laurel, la tipa, el timbó, el viraró, el roble, el cedro y el lapacho, además de malezas, plantas trepadoras y arbustos espinosos como los cardones y bromelias. Las termitas consumen esta vegetación subtropical, que comparten con las hormigas podadoras. Seis especies de armadillos a la vez buscan esos insectos como alimento y se los disputan con el oso hormiguero.

El tatú carreta, el taguá o chancho quimilero y el pato serrucho son especies en vías de extinción que en otros tiempos convivieron con quienes aún habitan la zona: pecaríes, vizcachas, monos, gatos monteses, pumas, zorros, zorrinos, chanchos del monte, tapires, quirquinchos, ardillas, comadrejas, ranas, sapos, tucanes, garzas, teros, urracas, flamencos, perdices, aves predadoras, serpientes, reptiles y miles de roedores e insectos de todo tipo.

León o puma americano

Hábitat: frecuenta una gran variedad de ambientes: bosques tupidos, tacuarales, picadas, caminos y especialmente sitios cercanos al agua. Es un gran depredador de varios mamíferos, puede nadar, correr, trepar. Entre su alimentación, que es muy variada, se encuentra el tapir, pecarí, oso melero, coatí, venado, yacaré, tortuga, etc.

Oso Hormiguero: vive en el norte, en sabanas o áreas cubiertas de pajonales, termiteros o tacurúes. Es de alimentación muy especializada, y se pasa la mayor parte de su tiempo en encontrar y devorar hormigas, cuando encuentra un hormiguero hunde su cabeza en él y con su larga lengua se alimenta.

Tatú Carreta: de hábitos crepusculares o nocturnos, vive generalmente en selvas y bosques chaqueños de vegetación xerófila. Su alimento consiste en hormigas, termitas, larvas de insectos, arañas, lombrices o pequeños ofidios.

Aguara Guasu: vive en zonas abiertas con pastizales y pajonales salpicados de isletas de montes fuertes y palmares de karanda’y. Aunque es un animal fundamentalmente carnívoro, suele incluir en su dieta distintos frutos y raíces.

Chancho Quimilero Pecarí o Tagua: característico del Chaco seco, con vegetación xerófila, quebrachales, palosantales o cardonales con abundantes cactáceas arbustivas o rastreras. Su dieta es básicamente herbívora, consume frutos de leguminosas, raíces y cactáceas, de las que aprovecha las reservas líquidas para subsistir en zonas áridas sin agua. Su hábito de mordisquear el “quimil”, cactácea gigantesca del Chaco seco o bien frecuentar los “quimilares”, hizo que se lo llame “quimilero”.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...