El caudillismo en el Paraguay

Líderes carismáticos, poderosos caciques, personas de mucha influencia, artífices de las movilizaciones sociales, gobernantes autocráticos, tramadores de fraudes electorales... todas estas denominaciones caben dentro del concepto latinoamericano de “caudillo”, la figura política que convoca y dirige una comunidad de una manera personal.

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Capacidad: Comprende el alcance del caudillismo dentro del proceso latinoamericano y en la realidad paraguaya.


Definamos qué es el caudillismo y cómo se produjo en la historia paraguaya.

El caudillo
Caudillo es un término que deriva del latín capitellum: ‘cabecilla’. Es el que dirige o manda en una comunidad o cuerpo o en la guerra. Originalmente era sinónimo de líder que gobierna simultáneamente el estamento militar y un sector importante de la población civil.
En el contexto latinoamericano, sin embargo, el término caudillo designa a los poderosos caciques locales que controlan, dentro de un espacio de influencia, un grupo significativo de personas.

El caudillismo o caudillaje
El caudillismo es la doctrina, modelo o sistema político del caudillo. Deriva de “cabdillo”: el que guía o manda en la guerra. Pero existen otras definiciones:
a) Desde una perspectiva jurídica, es la ideología política personalista que propugna la dirección del Estado por un caudillo carismático. Es la ideología característica de los regímenes fascistas, como el führer de Alemania, el duce de Italia, el conductor de Rumania, y el caudillo propiamente dicho de España.

b) Desde la perspectiva de Sánchez Viamonte, el caudillismo es sinónimo de caciquismo y lo define como: “El sistema por el cual un solo personaje político impone su voluntad dentro de un partido y en la función gubernativa”. El mismo autor dice que “el caudillo es un cierto tipo primitivo de dirigente político que en un barrio urbano, en una ciudad, en una provincia o en el país entero, impone su voluntad a correligionarios incondicionales, a los que favorece y halaga demagógicamente, a cambio de la sumisión que necesita para sus fines de dominio personal”.
c) Desde una perspectiva histórica, es un tipo de régimen político que surge después de las guerras de la independencia en América Latina. Esta definición considera que el caudillismo es una respuesta a las tensiones políticas y económicas entre el régimen colonial y la consolidación de la oligarquía, es decir, de los terratenientes aliados al sector comercial controlado por el capitalismo inglés.

Rasgos que definen al caudillo- El poder del caudillo se basa en el apoyo de la masa popular, apoyo que puede tornarse en su contra cuando no satisface las expectativas del pueblo o país. En América Latina, esta característica desembocó en fuertes dictaduras, represiones a la oposición y estancamiento económico y político.

- La forma de acceder al poder es a través de golpes de Estado. Para deponer al gobernante actual, el caudillo se rebela en su contra y busca aliados militares para disolver el congreso y ocupar el cargo de presidente.

En la historia paraguaya - y en la latinoamericana en general, el caudillo se autoproclamaba presidente provisional y después de un corto plazo, se elegía a un nuevo congreso y se convocaba a elecciones presidenciales. Por supuesto, en las elecciones ganaba el caudillo que lideró la revolución y depuso al antiguo gobernante. En este sentido, el Dr. Francia fue un caudillo al inicio, pero luego se convirtió en dictador.


- Los amigos, simpatizantes y partidarios del caudillo son sus hombres de armas que gozan plenamente de su confianza y los miembros de las clases enriquecidas. Estos últimos entablan una relación amistosa pero no desinteresada con el caudillo, porque lo hacen con el propósito de asegurar algún beneficio; por su parte, el caudillo tampoco les entrega su apoyo incondicionalmente, en realidad, busca conseguir dinero para el Estado.

- El caudillo busca la gloria y el poder, pero también intenta ganarse la simpatía de la población con sus obras y desprestigiar al máximo al anterior gobernante.


El caudillismo en los países latinoamericanos
México, Perú, Argentina, Paraguay, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Chile fueron los países que pasaron por la experiencia del caudillismo. En México se manifestó a través de la gran cantidad de presidentes militares en 50 años, pero especialmente con Antonio López de Santa Anna; en Venezuela, el caudillo más destacado históricamente fue José Tadeo Monagas; en Chile el gobierno de Bernardo O'Higgins; en Perú se dio también bajo la forma de grandes militarismos, pero principalmente con el gobierno de Agustín Gamarra; en Argentina, el gobierno de Juan Manuel de Rosas en 1829.

El caudillismo en el Paraguay
Podemos considerarle al Doctor José Gaspar Rodríguez de Francia como el primer caudillo paraguayo, porque fue el principal líder político de la independencia paraguaya y participante en la primera junta de gobierno de 1811. Además, no podemos negar que coincide con varias características más, como la ruptura de la dependencia colonial; el buscar el bien de la población, especialmente de las clases más desprotegidas de la sociedad paraguaya, como los pequeños estancieros y los campesinos; el descalificar a los otros líderes políticos; su carisma hizo posible que sus compañeros políticos lo nombraran “Dictador Supremo de la República”, primero, y luego “Dictador Perpetuo”.

Otros caudillos que dejaron huellas imborrables en la historia son los primeros líderes de los dos partidos políticos antagónicos: colorados y liberales.
En 1890 el general Escobar fue sucedido por Juan G. González, quien enfrentó una protesta de parte de los liberales; protestaban por los fraudes electorales, el incumplimiento de la Constitución y los procedimientos arbitrarios del Gobierno, el 18 de octubre de 1891. Sofocó la revuelta valiéndose de las fuerzas militares, el general Juan B. Egusquiza, quien quedó convertido en el hombre fuerte, el caudillo. Con ayuda de Caballero logró deponer al presidente González en junio de 1893 y sustituirlo por el vicepresidente Marcos Morínigo. El fracaso de la revolución del 18 de octubre supuso el comienzo del fin de la preeminencia del Partido Colorado y el inicio del lento ascenso del Partido Liberal al poder.

En 1894 Egusquiza ocupó la presidencia. Su gobierno fue moderadamente civilista y multisectorial, pero personalista y basado en la lealtad de las Fuerzas Armadas.
En 1899 Egusquiza trasmitió el mando a Emilio Aceval, pese a la oposición de Bernardino Caballero desde las filas de su propio partido. Aceval intentó reducir el poder arbitral de las Fuerzas Armadas creando la Guardia Nacional, armando a los estudiantes bajo el pretexto de la posibilidad de una guerra con Bolivia.

Aceval fue depuesto por un golpe de estado encabezado por Bernardino Caballero, en 1902. Pero siguiendo el ejemplo de Egusquiza, Caballero no se hizo cargo personalmente del poder, sino que el período presidencial de Aceval fue terminado por el vicepresidente Héctor Carvallo. A Carvallo lo sucedió en la presidencia el coronel Juan A. Ezcurra, hombre de confianza de Caballero. La era del caudillismo colorado culminó en 1904 con la ascensión al poder de Juan Bautista Gaona, inaugurando la era de la hegemonía liberal que se prolongó hasta 1940.
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