Si el graffiti estuviera exclusivamente al servicio del arte, como manifestación del deseo de belleza, de ninguna manera podría ser criticado y todos estaríamos de acuerdo en aplicarlo hasta en las paredes de nuestras casas.

Lamentablemente, muchos de los mensajes orales e iconográficos de los graffitis son creados con fines maliciosos. Por ejemplo, para ridiculizar a otra persona que no goza de la aceptación personal del autor (material o moral) del graffiti.

Lo cierto es que el graffiti es la forma de expresión de mayor difusión en la actualidad, empleada especialmente por los jóvenes, quienes plasman sus ideas con dibujos y mensajes escritos.

Para juzgar con propiedad el arte graffiti, es necesario conocerlo primero: el graffiti es una forma de expresión artística conformada por inscripciones y/o signos anónimos pintados en muros, paredes y otros espacios, que pretende testificar la presencia de su autor en un lugar determinado.

En sus inicios, hacia fines de la década de 1960, se desarrollaron los graffitis más representativos: los del metro de Nueva York, creados por los “writers” (escritores). Estos eran jóvenes procedentes de etnias y ambientes sociales marginales, vinculados con la música rap, el hip hop y el break dance. Los graffitis de entonces surgieron como una manera de rebelarse ante el sistema norteamericano, que en ese momento estaba en guerra con Vietnam. Era delito pintar las paredes y hacerlo era una forma de burlarse de la autoridad.

Una década más tarde, el graffiti adquiere la categoría de arte en Nueva York, gracias al apoyo de grandes críticos y galerías que reconocen en las creaciones de algunos writers el valor artístico y comienzan a exponer sus obras. En estos graffitis, sus autores realizan una mezcla de signos e imágenes de la cultura de la calle con otros procedentes de la historia del arte o de la cultura. Los primeros graffiteros fueron: Jean Michel Basquiat, Keith Haring y Kenny Scharf.

EL GRAFFITI Y EL TAG

La palabra inglesa “tag” significa “placa o etiqueta”. Los tagers o tageros son las personas que pintan sólo palabras, letras o mensajes. En realidad, los tag no son murales, simplemente son rayas en las paredes. Aparentemente, los tageros son rebeldes que sienten la necesidad de representarse a sí mismos marcando su territorio con un seudónimo; no siguen ningún tipo de regla ortográfica y, a veces, inventan sus propios códigos y tipos de letra. En su misma opinión, los tageros consideran que “sólo se dedican a destruir y no a crear”.

El graffiti, sin embargo, es un mural hecho con pintura en aerosol, empleado para representar las frustraciones y la inconformidad por la injusticia en todos sus planos.

La relación existente entre graffiteros y tageros es que se unen en bandas (del inglés “crews”), cada uno pinta y se compromete con su banda. Su organización es básicamente: elegir un líder, quien decide cuándo y dónde se pinta, y registrar una lista de todos los miembros de la banda.

TIPOS DE AUTORES DE GRAFFITIS

Bombarderos: son los más radicales, se dedican a manchar de tinta todo cuanto está a su alcance. Emplean el graffiti para descargar sus emociones.

Legales: son los verdaderos artistas, solamente pintan o escriben en paredes con el permiso correspondiente

Salvajes: emplean un estilo muy bruto y con colores muy chocantes.

Freestyle: son descendientes de los creadores de los jeroglíficos egipcios. Sus mensajes son incomprensibles.

Realistas: realizan una mezcla de caricatura con su visión de la realidad.

TÉCNICAS

La naturaleza del soporte: el soporte determina la naturaleza física del graffiti. Los medios técnicos que utiliza dependen del contexto social, urbanístico y político de producción. En sus inicios, los vagones de trenes constituyeron una auténtica exposición rodante para los graffitis, ya que los autores buscaban la máxima dimensión del espacio público para apropiarse de un panorama urbano que les era negado.

Las circunstancias precarias hacían que los soportes elegidos fueran los que mayor dimensión pública: trenes, metros, autobuses, paredes públicas, etc. Con sus mensajes, los graffiteros atraían hacia sí la animadversión de aquellos que considera la limpieza y uniformidad cromáticas como un factor de superior consideración a las obras de graffiti. A pesar de ello, los graffiteros de hoy siguen utilizando estos soportes.

La elección del emplazamiento: para la ejecución formal de una pieza de graffiti, en primer lugar hay que elegir concienzudamente el lugar, teniendo en cuenta valores como la futura visibilidad de las obras de cara al público, su exposición a los elementos meteorológicos, la distancia que les separa de otras zonas próximas de graffiti o la naturaleza del material que conforma el soporte.

Una vez escogido el lugar, los miembros de la banda deciden quién pintará. Luego se asigna cada uno un lugar determinado en la zona; en este proceso influyen la afinidad personal o técnica, la mayor o menor rapidez de ejecución de cada escritor, entre otros factores.

Los graffiteros que pintan personajes son introducidos entre dos piezas, que deben ser modificadas por sus escritores considerando la interactividad suficiente entre cada elemento para proporcionar unidad y continuidad al conjunto. Esto constituye un principio básico de montaje: articulación entre composiciones verbo-icónicas diferentes.

ACTIVIDADES

1. Observa la siguiente fotografía y, considerando su definición, di si es o no un graffiti:

2. Emite tu opinión acerca del graffiti.

3. ¿Qué fue necesario para que el graffiti adquiriera la categoría de arte?

4. Escribe la diferencia entre tag y graffiti. Comenta la relación entre ambos.

5. Completa las características de los graffiteros:

- Bombarderos:
- Legales:
- Salvajes:
- Freestyle:
- Realistas:

6. Comenta las dos técnicas estudiadas: