El arte gótico (I)

Las continuas luchas que sostuvieron papas y emperadores no les permitieron darse cuenta del poder de los reyes. Entre los siglos XI y XIV, Inglaterra consolidó su poder como estado cristiano. El feudalismo parecía estar acabándose: el futuro sería de los Estados.

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El Arte Gótico apareció como resultado de la evolución de las técnicas constructivas, del surgimiento de una nueva forma de vida y de una cultura de carácter urbano, dominada por la nueva burguesía comercial.


Arquitectura

Frente al aislamiento de la abadía románica, la catedral, edificio más representativo de la arquitectura gótica, nace en el centro de la ciudad. Fue el resultado de un esfuerzo colectivo; a medida que la ciudad crecía, la catedral perfeccionaba su técnica constructiva, y su decoración se convertía en símbolo de prestigio de su núcleo urbano.


La principal característica de esta arquitectura fue la ascensionalidad, esto fue posible gracias a la repartición de peso a través de los diversos pilares y contrafuertes. Los muros apenas recibían el empuje de las bóvedas; esto hizo posible una mayor ligereza de los muros, que a veces casi llegaron a desaparecer sustituidos por abundantes ventanales. Este procedimiento permitía además un espacio interior de gran altura y luminosidad a menudo decorados con vidrieras que filtraban la luz y acentuaban el recogimiento religioso de los fieles.


Los dos elementos fundamentales de la arquitectura gótica fueron el arco apuntalado y la bóveda de crucería. Los elementos sustentantes más frecuentes fueron los pilares con columnillas adosadas que debían soportar el empuje de los distintos nervios de las bóvedas. Por último, los contrafuertes, situados en el exterior, recibían el peso de las zonas superiores y permitían aligerar el muro con abundantes ventanales.


Francia: en el siglo XIII adquirió su mayor esplendor. Se dio mayor importancia a la cabecera y a la capilla mayor. En el siglo XV alcanzó un estilo exuberante que se caracterizó por una excesiva decoración.


Países Bajos y Alemania: se materializó tanto en edificaciones religiosas como en construcciones civiles.

En España se unieron dos elementos: el románico y el gótico. El poder alcanzado por la monarquía española impulsó numerosas fundaciones en las que el influjo francés fue dominante.

En el siglo XIV se destacó la arquitectura catalana, caracterizada por la austeridad de líneas, el predominio del muro y la escasa decoración.


Italia y Portugal: en Italia adquirió características peculiares: horizontalidad, decoración exterior con mármoles de colores, escasos ventanales y techumbres de madera. En Portugal, debemos destacar los monasterios.
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