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Es un dulce que se compone de dos o más galletas unidas por un relleno y generalmente bañadas en chocolate, glaseado o azúcar en polvo. En Latinoamérica, el relleno suele ser de dulce de leche o manjar, aunque también existen alfajores con dulces de diversas frutas, mousse de chocolate y otros diferentes rellenos, según la región.
Su nombre proviene del hispanoárabe al-hasú que significa 'el relleno'. El alfajor se introdujo en España hacia principios del siglo VIII, al ser derrotado por los árabes el último rey de los visigodos. Esta invasión musulmana a la península ibérica se extendió por siete siglos hasta fines del siglo XV, y al territorio ibérico bajo dominio musulmán durante este período se lo conoce como al-Andalus. Indudablemente, la influencia árabe de aquel tiempo está aún hoy presente en toda esta zona, y las costumbres culinarias no son la excepción. En Medina de Sidonia, provincia de Andalucía, existe una Agrupación de Productores de Alfajores que han logrado la indicación de origen protegida (I.G.P.) para sus productos. Con la Conquista española, estas recetas de origen árabe comenzaron a divulgarse por América. En especial el alfajor, cuyo origen se atribuye a la Córdoba española, donde en ciertos reductos religiosos se preparaban dulces árabes, entre los que se encontraban unos bizcochos cuadrados unidos por un dulce a base de leche y azúcar, y con una cobertura de azúcar, denominado 'tableta' o simplemente 'bañado'.
La industrialización y posterior auge del alfajor se le atribuye a Augusto Chammás, un químico francés que llegó a la Argentina hacia mediados del siglo XIX, inaugurando una pequeña industria familiar en la provincia de Córdoba, dedicada a la confección de dulces y confituras. El cambio no fue mayor, pero sí fundamental: en lugar de ser cuadrada, esta golosina adoptó forma redonda, como la conocemos al día de hoy con el nombre de alfajor.
Alfajorcitos de almidón
Ingredientes
Para 2 docenas
75 g de manteca
75 g de azúcar impalpable
5 yemas
10 cc de esencia de vainilla
250 g de almidón de maíz
10 g de polvo para hornear
1 cta. de ralladura de limón
Coco rallado
Dulce de leche repostero
1 Batir la manteca junto con el azúcar a blanco; agregar las yemas de a una, la esencia y la ralladura, siempre batiendo.
2 Tamizar el almidón de maíz con el polvo para hornear y mezclar al batido de la manteca. Integrar. Dejar descansar la masa por 1 hora en la heladera.
3 Estirar la masa de 1 cm de espesor (no debe quedar muy fina) y cortar tapitas del diámetro deseado. Estibarlas en placa enmantecada y hornear a 180 ºC de 10 a 12 minutos.
4 Una vez cocidas y frías, untar con dulce de leche, unir a la otra tapa y pasar los lados por coco rallado.
Su nombre proviene del hispanoárabe al-hasú que significa 'el relleno'. El alfajor se introdujo en España hacia principios del siglo VIII, al ser derrotado por los árabes el último rey de los visigodos. Esta invasión musulmana a la península ibérica se extendió por siete siglos hasta fines del siglo XV, y al territorio ibérico bajo dominio musulmán durante este período se lo conoce como al-Andalus. Indudablemente, la influencia árabe de aquel tiempo está aún hoy presente en toda esta zona, y las costumbres culinarias no son la excepción. En Medina de Sidonia, provincia de Andalucía, existe una Agrupación de Productores de Alfajores que han logrado la indicación de origen protegida (I.G.P.) para sus productos. Con la Conquista española, estas recetas de origen árabe comenzaron a divulgarse por América. En especial el alfajor, cuyo origen se atribuye a la Córdoba española, donde en ciertos reductos religiosos se preparaban dulces árabes, entre los que se encontraban unos bizcochos cuadrados unidos por un dulce a base de leche y azúcar, y con una cobertura de azúcar, denominado 'tableta' o simplemente 'bañado'.
La industrialización y posterior auge del alfajor se le atribuye a Augusto Chammás, un químico francés que llegó a la Argentina hacia mediados del siglo XIX, inaugurando una pequeña industria familiar en la provincia de Córdoba, dedicada a la confección de dulces y confituras. El cambio no fue mayor, pero sí fundamental: en lugar de ser cuadrada, esta golosina adoptó forma redonda, como la conocemos al día de hoy con el nombre de alfajor.
Alfajorcitos de almidón
Ingredientes
Para 2 docenas
75 g de manteca
75 g de azúcar impalpable
5 yemas
10 cc de esencia de vainilla
250 g de almidón de maíz
10 g de polvo para hornear
1 cta. de ralladura de limón
Coco rallado
Dulce de leche repostero
1 Batir la manteca junto con el azúcar a blanco; agregar las yemas de a una, la esencia y la ralladura, siempre batiendo.
2 Tamizar el almidón de maíz con el polvo para hornear y mezclar al batido de la manteca. Integrar. Dejar descansar la masa por 1 hora en la heladera.
3 Estirar la masa de 1 cm de espesor (no debe quedar muy fina) y cortar tapitas del diámetro deseado. Estibarlas en placa enmantecada y hornear a 180 ºC de 10 a 12 minutos.
4 Una vez cocidas y frías, untar con dulce de leche, unir a la otra tapa y pasar los lados por coco rallado.