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Para considerar la aptitud de los toros, se tiene en cuenta el estado de salud del animal, las características seminales, el aparato reproductor, la determinación de la libido y la aptitud de monta. Para seleccionar reproductores a ser utilizados en la monta natural o en programas de inseminación artificial, se debe tener como objetivo lograr animales superiores que den origen a una progenie más productiva y rentable. Si se acepta que la reproducción constituye la base de la producción animal, seleccionar animales con fertilidad comprobada o con potencialidad es un requisito indispensable para alcanzar altos niveles de productividad.
Deberán ser escogidos aquellos que produzcan la mayor cantidad de espermatozoides viables; que gocen de excelentes condiciones físicas para depositar el semen en la vagina de la hembra o en la vagina artificial. Además, su aptitud de monta y deseo sexual deberán ser lo suficientemente buenos como para saltar el mayor número de hembras en el menor tiempo.
El seleccionar machos por su tamaño, incremento de peso o conformación ha mostrado ser de poca utilidad como indicador de su potencial reproductivo. Una buena evaluación de la capacidad reproductiva de un macho debe incluir, además de los parámetros antes mencionados, un estudio detallado y sistemático del estado general de salud del animal, así como del aparato reproductor y características seminales, junto con la determinación de la libido y de la aptitud de monta.
EVALUACIÓN DEL ESTADO DE SALUD GENERAL DEL ANIMAL
Este trabajo consiste en un examen de las condiciones físicas del macho, que se iniciará en la boca del animal, inspeccionando los dientes, los cuales deberán estar completos y sanos. Los toros con problemas dentarios no podrán comer bien y como resultado perderán peso.
El peso corporal debe ser óptimo. Los machos mal alimentados y con bajo peso corporal pueden tener lesionados los testículos irreversiblemente o su recuperación puede ser muy lenta, lo que trae como consecuencia pérdidas económicas. En el caso de los toretones, la pubertad estaría atrasada. Cualesquiera que fueran las razones, la información pertinente afirma que machos con pobres pesos tienen problemas de fertilidad. Se recomienda no escoger machos en mal estado físico.
Asimismo, se deben evaluar las patas y pezuñas, buscando lesiones o mala conformación que pudieran conducir a cojera, ruptura de ligamentos y meniscos o pérdida de la estabilidad, ya que muchos animales no montan a las hembras por dolor o imposibilidad anatómica de sus miembros en el momento del salto.
EVALUACIÓN DE LA LIBIDO O DESEO SEXUAL Y DE LA CAPACIDAD DE MONTA
Animales con buena libido son capaces de preñar más hembras en menor tiempo. Las pruebas deben realizarse, para el caso de animales Cebú, con hembras en celo. Los animales adultos con experiencia sexual deberán realizar la monta efectiva en un tiempo no mayor de 10 minutos; los toretones, sin experiencia sexual, se evaluarán en el lapso de 30 minutos y es posible que los toros al ser movidos de su ambiente sufran alteración de la libido.
La habilidad de un macho para montar es fácil de evaluar cuando el semen es colectado en vagina artificial. La aptitud de monta de un macho se afectará por problemas musculares, óseos, desviaciones del pene, problemas sicológicos ocasionados por mal manejo, entre otros. Cualquier alteración en el animal que cause impedimento para la monta debe ser de pronóstico reservado o causal de eliminación.
ÓRGANOS SEXUALES ACCESORIOS
Se realiza su revisión por palpación rectal. Se palpan las ampollas de los ductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata. En los toretones, el desarrollo de estas glándulas es indicativo de la función testicular, ya que todas son andrógeno-dependientes.
La lesión más común es la vesiculitis, la cual, cuando va acompañada de leucocitos en el semen, es característica de enfermedades infecciosas.
El prepucio debe ser palpado para descartar la presencia de adherencias, heridas o hematomas. Los Brahman son más propensos a tener lesiones, debido a lo penduloso de estos. Es común el prolapso del pene o la inflamación del orificio prepucial.
El pene debe ser examinado para la identificación de heridas, traumas o inflamaciones. Puede ser exteriorizado con la ayuda de un electroeyaculador o con la mano. Algunas anormalidades en el pene son motivo de descarte, tales como hipoplasia del glande, duplicación parcial o total del pene, persistencia del frenillo del pene, ausencia total de la flexura sigmoidea, la cual se detectaría por la presencia de un pene corto.
Una vez inmovilizado el animal, el examinador se coloca por la parte posterior y observa el escroto. Se observará la piel buscando que esté libre de lesiones o heridas que pudieran comprometer la salud de los testículos. Existen diferentes formas de escroto: aquellos con cuello bien definido, generalmente permiten un buen desarrollo testicular; el escroto de cuello muy corto podría causar problemas con el mecanismo termorregulador. Machos con testículos de tamaño y forma diferente deben ser observados con reserva. Cualquier asimetría es un indicador de lesiones, anormalidades anatómicas o enfermedades testiculares. Generalmente, el testículo derecho es ligeramente más pequeño que el izquierdo. El descenso incompleto de los testículos en el saco escrotal se conoce como criptorquidia y los animales con esta deficiencia deben ser eliminados, ya que se ha comprobado que es una condición hereditaria. Por otro lado, un animal con un solo testículo, aunque pueda reproducirse, tendría su capacidad disminuida a la mitad. Los testículos deben ser palpados. Aquellos muy blandos o muy duros podrían ser hipoplásicos o degenerados. La circunferencia escrotal debe ser siempre medida. Existe una alta correlación entre la circunferencia escrotal y la producción de espermatozoides, de manera tal que al escoger animales con una circunferencia escrotal mayor, indirectamente se hace selección por producción de espermatozoides. Se mide con una cinta metálica especial llamada escrotímetro. Esta se coloca en el diámetro más ancho de los testículos, después de haberlos desplazado hacia el fondo del escroto.
Animales con testículos muy pequeños, menores de 30 cm a los dos años de edad, no deben ser seleccionados como reproductores.
Epidídimo. Se realiza a continuación de la de los testículos. Se debe comenzar por la cola para continuar con el cuerpo, en la cara interna del testículo y terminar en la cabeza. Se debe buscar por inflamaciones, engrosamientos, aplasias o malformaciones, entre otros.
Ante cualquier alteración, se debe desechar el animal. Esto es importante porque es en el epidídimo donde se acumulan los espermatozoides, los cuales serán eyaculados en algún momento y si el órgano está en malas condiciones, es lógico que el toro presente problemas de fertilidad.
EVALUACIÓN SEMINAL
Hay que tener en cuenta el color, olor, motilidad, concentración y morfología espermática. Las muestras de semen pueden ser obtenidas por vagina artificial o por electroeyaculador; las últimas tienen la misma calidad que las primeras, pero el volumen, pH y concentración pueden variar debido a que pudieran ser más diluidas por tener mayor cantidad de secreciones de las glándulas accesorias.
Cuando se evalúan animales jóvenes (entre 1 y 2 años), es importante tener en cuenta que el volumen eyaculado y la concentración espermática son bajos y el porcentaje de espermios anormales puede ser muy alto al compararlo con eyaculados de toros adultos. En estos casos, se debe considerar si este trastorno es normal, ya que los toretones a esta edad se encuentran en etapa puberal y se trata de fenómenos normales asociados con ese período de la vida del macho bovino. Los animales mal alimentados, en reposo sexual, maltratados, bajo estrés térmico, enfermos, recibiendo tratamientos médicos, pueden tener malas características seminales.
MOTILIDAD ESPERMÁTICA
Debe ser evaluada solo si la muestra colectada no ha sido contaminada con orina, sangre, heces, barro u otros. De preferencia se debe trabajar bajo condiciones de temperatura controlada. Las variaciones en la temperatura darían una idea equivocada de la motilidad espermática. La motilidad masal es juzgada de acuerdo con los movimientos observados en una sola gota de semen sin diluir. Se utiliza una escala de 1 a 5 en la que el 1 es "no movimiento" y 5 es "máximo". La motilidad individual se determina por los movimientos progresivos del espermatozoide. Una gota de semen, previamente diluida con citrato de sodio al 2,9 %, se observa al microscopio con mayor aumento.
MORFOLOGÍA ESPERMÁTICA
Se refiere al estudio de la forma del espermatozoide y permite determinar las posibilidades de fertilización de la célula. Aquellos eyaculados con una gran cantidad de células anormales tendrán menos posibilidades de ser fértiles. El evaluador deberá decidir si el porcentaje de espermios anormales observados es el resultado de una severa lesión testicular o, por el contrario, es un problema transitorio y basado en su observación, emitirá el diagnóstico de aceptación o rechazo del toro.
Al final de esta evaluación, el animal es clasificado como satisfactorio, postergado o insatisfactorio. Los machos con clasificación postergada deberán ser reexaminados dos meses más tarde para decidir su descarte definitivo. Es importante señalar que esta evaluación sirve para determinar el potencial reproductivo de un macho bovino en el momento en que se realiza la evaluación.
(*) Especialista en producción animal.
Deberán ser escogidos aquellos que produzcan la mayor cantidad de espermatozoides viables; que gocen de excelentes condiciones físicas para depositar el semen en la vagina de la hembra o en la vagina artificial. Además, su aptitud de monta y deseo sexual deberán ser lo suficientemente buenos como para saltar el mayor número de hembras en el menor tiempo.
El seleccionar machos por su tamaño, incremento de peso o conformación ha mostrado ser de poca utilidad como indicador de su potencial reproductivo. Una buena evaluación de la capacidad reproductiva de un macho debe incluir, además de los parámetros antes mencionados, un estudio detallado y sistemático del estado general de salud del animal, así como del aparato reproductor y características seminales, junto con la determinación de la libido y de la aptitud de monta.
EVALUACIÓN DEL ESTADO DE SALUD GENERAL DEL ANIMAL
Este trabajo consiste en un examen de las condiciones físicas del macho, que se iniciará en la boca del animal, inspeccionando los dientes, los cuales deberán estar completos y sanos. Los toros con problemas dentarios no podrán comer bien y como resultado perderán peso.
El peso corporal debe ser óptimo. Los machos mal alimentados y con bajo peso corporal pueden tener lesionados los testículos irreversiblemente o su recuperación puede ser muy lenta, lo que trae como consecuencia pérdidas económicas. En el caso de los toretones, la pubertad estaría atrasada. Cualesquiera que fueran las razones, la información pertinente afirma que machos con pobres pesos tienen problemas de fertilidad. Se recomienda no escoger machos en mal estado físico.
Asimismo, se deben evaluar las patas y pezuñas, buscando lesiones o mala conformación que pudieran conducir a cojera, ruptura de ligamentos y meniscos o pérdida de la estabilidad, ya que muchos animales no montan a las hembras por dolor o imposibilidad anatómica de sus miembros en el momento del salto.
EVALUACIÓN DE LA LIBIDO O DESEO SEXUAL Y DE LA CAPACIDAD DE MONTA
Animales con buena libido son capaces de preñar más hembras en menor tiempo. Las pruebas deben realizarse, para el caso de animales Cebú, con hembras en celo. Los animales adultos con experiencia sexual deberán realizar la monta efectiva en un tiempo no mayor de 10 minutos; los toretones, sin experiencia sexual, se evaluarán en el lapso de 30 minutos y es posible que los toros al ser movidos de su ambiente sufran alteración de la libido.
La habilidad de un macho para montar es fácil de evaluar cuando el semen es colectado en vagina artificial. La aptitud de monta de un macho se afectará por problemas musculares, óseos, desviaciones del pene, problemas sicológicos ocasionados por mal manejo, entre otros. Cualquier alteración en el animal que cause impedimento para la monta debe ser de pronóstico reservado o causal de eliminación.
ÓRGANOS SEXUALES ACCESORIOS
Se realiza su revisión por palpación rectal. Se palpan las ampollas de los ductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata. En los toretones, el desarrollo de estas glándulas es indicativo de la función testicular, ya que todas son andrógeno-dependientes.
La lesión más común es la vesiculitis, la cual, cuando va acompañada de leucocitos en el semen, es característica de enfermedades infecciosas.
El prepucio debe ser palpado para descartar la presencia de adherencias, heridas o hematomas. Los Brahman son más propensos a tener lesiones, debido a lo penduloso de estos. Es común el prolapso del pene o la inflamación del orificio prepucial.
El pene debe ser examinado para la identificación de heridas, traumas o inflamaciones. Puede ser exteriorizado con la ayuda de un electroeyaculador o con la mano. Algunas anormalidades en el pene son motivo de descarte, tales como hipoplasia del glande, duplicación parcial o total del pene, persistencia del frenillo del pene, ausencia total de la flexura sigmoidea, la cual se detectaría por la presencia de un pene corto.
Una vez inmovilizado el animal, el examinador se coloca por la parte posterior y observa el escroto. Se observará la piel buscando que esté libre de lesiones o heridas que pudieran comprometer la salud de los testículos. Existen diferentes formas de escroto: aquellos con cuello bien definido, generalmente permiten un buen desarrollo testicular; el escroto de cuello muy corto podría causar problemas con el mecanismo termorregulador. Machos con testículos de tamaño y forma diferente deben ser observados con reserva. Cualquier asimetría es un indicador de lesiones, anormalidades anatómicas o enfermedades testiculares. Generalmente, el testículo derecho es ligeramente más pequeño que el izquierdo. El descenso incompleto de los testículos en el saco escrotal se conoce como criptorquidia y los animales con esta deficiencia deben ser eliminados, ya que se ha comprobado que es una condición hereditaria. Por otro lado, un animal con un solo testículo, aunque pueda reproducirse, tendría su capacidad disminuida a la mitad. Los testículos deben ser palpados. Aquellos muy blandos o muy duros podrían ser hipoplásicos o degenerados. La circunferencia escrotal debe ser siempre medida. Existe una alta correlación entre la circunferencia escrotal y la producción de espermatozoides, de manera tal que al escoger animales con una circunferencia escrotal mayor, indirectamente se hace selección por producción de espermatozoides. Se mide con una cinta metálica especial llamada escrotímetro. Esta se coloca en el diámetro más ancho de los testículos, después de haberlos desplazado hacia el fondo del escroto.
Animales con testículos muy pequeños, menores de 30 cm a los dos años de edad, no deben ser seleccionados como reproductores.
Epidídimo. Se realiza a continuación de la de los testículos. Se debe comenzar por la cola para continuar con el cuerpo, en la cara interna del testículo y terminar en la cabeza. Se debe buscar por inflamaciones, engrosamientos, aplasias o malformaciones, entre otros.
Ante cualquier alteración, se debe desechar el animal. Esto es importante porque es en el epidídimo donde se acumulan los espermatozoides, los cuales serán eyaculados en algún momento y si el órgano está en malas condiciones, es lógico que el toro presente problemas de fertilidad.
EVALUACIÓN SEMINAL
Hay que tener en cuenta el color, olor, motilidad, concentración y morfología espermática. Las muestras de semen pueden ser obtenidas por vagina artificial o por electroeyaculador; las últimas tienen la misma calidad que las primeras, pero el volumen, pH y concentración pueden variar debido a que pudieran ser más diluidas por tener mayor cantidad de secreciones de las glándulas accesorias.
Cuando se evalúan animales jóvenes (entre 1 y 2 años), es importante tener en cuenta que el volumen eyaculado y la concentración espermática son bajos y el porcentaje de espermios anormales puede ser muy alto al compararlo con eyaculados de toros adultos. En estos casos, se debe considerar si este trastorno es normal, ya que los toretones a esta edad se encuentran en etapa puberal y se trata de fenómenos normales asociados con ese período de la vida del macho bovino. Los animales mal alimentados, en reposo sexual, maltratados, bajo estrés térmico, enfermos, recibiendo tratamientos médicos, pueden tener malas características seminales.
MOTILIDAD ESPERMÁTICA
Debe ser evaluada solo si la muestra colectada no ha sido contaminada con orina, sangre, heces, barro u otros. De preferencia se debe trabajar bajo condiciones de temperatura controlada. Las variaciones en la temperatura darían una idea equivocada de la motilidad espermática. La motilidad masal es juzgada de acuerdo con los movimientos observados en una sola gota de semen sin diluir. Se utiliza una escala de 1 a 5 en la que el 1 es "no movimiento" y 5 es "máximo". La motilidad individual se determina por los movimientos progresivos del espermatozoide. Una gota de semen, previamente diluida con citrato de sodio al 2,9 %, se observa al microscopio con mayor aumento.
MORFOLOGÍA ESPERMÁTICA
Se refiere al estudio de la forma del espermatozoide y permite determinar las posibilidades de fertilización de la célula. Aquellos eyaculados con una gran cantidad de células anormales tendrán menos posibilidades de ser fértiles. El evaluador deberá decidir si el porcentaje de espermios anormales observados es el resultado de una severa lesión testicular o, por el contrario, es un problema transitorio y basado en su observación, emitirá el diagnóstico de aceptación o rechazo del toro.
Al final de esta evaluación, el animal es clasificado como satisfactorio, postergado o insatisfactorio. Los machos con clasificación postergada deberán ser reexaminados dos meses más tarde para decidir su descarte definitivo. Es importante señalar que esta evaluación sirve para determinar el potencial reproductivo de un macho bovino en el momento en que se realiza la evaluación.
(*) Especialista en producción animal.