Para iniciar su tratamiento nos remitimos a las siguientes fuentes: www.monografías.com y http://es.wikipedia.org, y planteamos lo siguiente.
Génesis de la inteligencia emocional. El concepto de inteligencia emocional (IE) tiene un precursor en el concepto de inteligencia social, del psicólogo Edward Thorndike, quien en 1920 la definió como la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, y actuar con sabiduría en las relaciones humanas. Por su parte, Howard Gardner, en 1983, proponía la Teoría de las Inteligencias Múltiples, descartando que el hombre sólo tenía un tipo de inteligencia, y estableciendo 8 (ocho) tipos de inteligencias: la lingüística-verbal, la lógica-matemática, la corporal-cinestética, la visual-espacial, la musical, la emocional (que se dividiría en la intrapersonal y la interpersonal), la naturalista y la existencial. Posteriormente, otros investigadores llegaron a describir hasta 20 tipos de inteligencias. Con todo, la expresión inteligencia emocional es introducida por primera vez en el campo de la psicología en 1990 por los investigadores Meter Solowey y John D. Mayer, y es presentado formalmente en 1995 por Daniel Goleman. Toda esta suma de hallazgos ha permitido superar el prejuicio, instalado desde inicios del siglo XX, que consideraba al coeficiente intelectual (CI) como el referente esencial de la inteligencia humana, y descartando toda influencia de las emociones en la vida personal y en el desarrollo del aprendizaje. Hoy, felizmente este planteamiento cognitivista, que reduce la inteligencia al desarrollo de las habilidades mentales, ha cedido paso al planteamiento de las inteligencias múltiples, y entre ellas la inteligencia emocional (Goleman, 1995), o Educación Afectiva (Alcázar, 2001).
Aspectos conceptuales básicos de la inteligencia emocional. Entre estos se rescatan que la IE:
Es un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social.
Constituye un aspecto mensurable de la capacidad individual para llevar a cabo razonamiento abstracto y adaptación al entorno.
Es un conjunto de talentos o capacidades organizadas en cuatro dominios:
a.Capacidad para percibir las emociones de forma precisa.
b.Capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento.
c.Capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás.
d.Capacidad para controlar las propias emociones.
Es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones. (Goleman, 1998).
Considera 5 (cinco) aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes grupos:
1.Aptitud personal (autoconocimiento, autorregulación y motivación).
2.Aptitud social (empatía y habilidades sociales).
Es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental, entre otros.
Es aquella que ayuda a configurar rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social.
Queridos compatriotas: Para desarrollar la inteligencia emocional es preciso que padres y maestros, asumiendo a plenitud nuestro rol de educadores, ayudemos a nuestros niños y jóvenes para que desarrollen una autoestima positiva, en cuanto a la idea o imagen que posean de sí mismos; y un autoconcepto favorable, para comprender de manera apropiada el conjunto de percepciones, sentimientos y juicios de valor referentes a sí mismos. Esto es fundamental para llegar a desarrollar una verdadera inteligencia emocional. Desarrollar esta educación afectiva es una tarea difícil, que requiere mucho discernimiento y mucha constancia. Es momento de proponernos enfrentar este desafío. Nuestros niños y jóvenes, así como nuestras familias, serán los principales beneficiarios, y por ende, la patria toda.
¡¡Adelante, juntos podemos!!
Génesis de la inteligencia emocional. El concepto de inteligencia emocional (IE) tiene un precursor en el concepto de inteligencia social, del psicólogo Edward Thorndike, quien en 1920 la definió como la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, y actuar con sabiduría en las relaciones humanas. Por su parte, Howard Gardner, en 1983, proponía la Teoría de las Inteligencias Múltiples, descartando que el hombre sólo tenía un tipo de inteligencia, y estableciendo 8 (ocho) tipos de inteligencias: la lingüística-verbal, la lógica-matemática, la corporal-cinestética, la visual-espacial, la musical, la emocional (que se dividiría en la intrapersonal y la interpersonal), la naturalista y la existencial. Posteriormente, otros investigadores llegaron a describir hasta 20 tipos de inteligencias. Con todo, la expresión inteligencia emocional es introducida por primera vez en el campo de la psicología en 1990 por los investigadores Meter Solowey y John D. Mayer, y es presentado formalmente en 1995 por Daniel Goleman. Toda esta suma de hallazgos ha permitido superar el prejuicio, instalado desde inicios del siglo XX, que consideraba al coeficiente intelectual (CI) como el referente esencial de la inteligencia humana, y descartando toda influencia de las emociones en la vida personal y en el desarrollo del aprendizaje. Hoy, felizmente este planteamiento cognitivista, que reduce la inteligencia al desarrollo de las habilidades mentales, ha cedido paso al planteamiento de las inteligencias múltiples, y entre ellas la inteligencia emocional (Goleman, 1995), o Educación Afectiva (Alcázar, 2001).
Aspectos conceptuales básicos de la inteligencia emocional. Entre estos se rescatan que la IE:
Es un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social.
Constituye un aspecto mensurable de la capacidad individual para llevar a cabo razonamiento abstracto y adaptación al entorno.
Es un conjunto de talentos o capacidades organizadas en cuatro dominios:
a.Capacidad para percibir las emociones de forma precisa.
b.Capacidad de aplicar las emociones para facilitar el pensamiento y el razonamiento.
c.Capacidad para comprender las propias emociones y las de los demás.
d.Capacidad para controlar las propias emociones.
Es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones. (Goleman, 1998).
Considera 5 (cinco) aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes grupos:
1.Aptitud personal (autoconocimiento, autorregulación y motivación).
2.Aptitud social (empatía y habilidades sociales).
Es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental, entre otros.
Es aquella que ayuda a configurar rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social.
Queridos compatriotas: Para desarrollar la inteligencia emocional es preciso que padres y maestros, asumiendo a plenitud nuestro rol de educadores, ayudemos a nuestros niños y jóvenes para que desarrollen una autoestima positiva, en cuanto a la idea o imagen que posean de sí mismos; y un autoconcepto favorable, para comprender de manera apropiada el conjunto de percepciones, sentimientos y juicios de valor referentes a sí mismos. Esto es fundamental para llegar a desarrollar una verdadera inteligencia emocional. Desarrollar esta educación afectiva es una tarea difícil, que requiere mucho discernimiento y mucha constancia. Es momento de proponernos enfrentar este desafío. Nuestros niños y jóvenes, así como nuestras familias, serán los principales beneficiarios, y por ende, la patria toda.
¡¡Adelante, juntos podemos!!