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Fischer dice que, para la concepción sociológica, la cultura se define como el progreso intelectual y social del hombre en general, de las colectividades, de la humanidad. En general, se usa el concepto de cultura en su acepción sociológica, cuando el hablante se refiere a la suma de conocimientos compartidos por una sociedad, y que utiliza en forma práctica o guarda en la mente de sus intelectuales. Es decir, al total de conocimientos que posee acerca del mundo o del universo, incluyendo todas las artes, las ciencias exactas (matemáticas, física, química, etc.); las ciencias humanas (economía, psicología, sociología, antropología, etc.), y filosofía.
Teniendo presente que por mucho que ese pueblo o sociedad sepa del universo, siempre hay áreas de conocimiento que no posee o desconoce. Por ellos es justamente el sentido sociológico el que usa los agentes del gobierno, la planificación o la política, cuando proponen planes para desarrollar la cultura nacional.
El concepto sociológico de cultura tiene una fuerte connotación con la apreciación del presente, pensando en el desarrollo o progreso futuro de la sociedad, para alcanzar aquello que llamamos el patrimonio cultural de la humanidad o, simplemente, la cultura universal. Es en este sentido que debe entenderse la expresión desarrollar la cultura de un país, implicando desarrollar y ampliar el conocimiento nacional de lo que el hombre (universal) ha sido capaz de desarrollar hasta hoy.
Fischer lo toma del conocido libro de Freud, El malestar en la cultura, y nos dice que la definición freudiana se emparenta con el superego y dice: La cultura humana (...) comprende, por una parte, todo saber y el poder adquirido por los hombres para dominar las fuerzas de la naturaleza; y por otra, todas las organizaciones necesarias para fijar las relaciones entre ellos. En otras palabras, para el psicoanálisis, la cultura está constituida por todas aquellas presiones intrapsíquicas, de origen social o colectiva, que constriñen la libre expresión del ego, y repercutiendo en la personalidad y hasta posiblemente en traumas psíquicos. A ello agregamos, que uno se da cuenta que hay un punto en que la cultura se enraíza con la psiquis, al presenciar la forma enconada en que se defienden posiciones personales que no son otra cosa que posiciones culturales, lo mismo que las situaciones de depresiones profundas debidas al shock cultural que se le produce inicialmente a la persona que se va a vivir a una cultura que no es la propia.
La visión positivista de la cultura: primera mitad del siglo XX
Originalmente la cultura fue entendida y explicada como un conjunto de constricciones, presiones y acondicionamientos externos al ser humano, (las formas de comportamiento y otros aprendizajes durante la socialización del niño) que fijaban o determinaban pautas de conductas como adulto, donde se destacaban las costumbres como el concepto amplio que representaba casi todo lo que el hombre hacía. Es decir, la cultura era vista como un determinante del comportamiento. Según esta forma de ver a la cultura, el control social que se ejercía a través de las normas, y estas servirían como medios de presión y obligación impuesta sobre los hombres para adaptarse a las costumbres y tradiciones sin resistir ni darse cuenta; mientras que los mitos y las creencias representaban a esas mismas imposiciones desde la religión, a las que los seres humanos se sometían dócilmente; las acusaciones de brujería estarían entre las presiones más subjetivas. A lo anterior se le agrega que el paso del tiempo, convertido en tradiciones, y a veces, en historia, explicaba el origen de estas formas de costumbres e imposiciones culturales en tiempos pasados y remotos. La universalidad de estos fenómenos era estudiada comparando culturas de diversas partes del mundo, por lo que también algunos antropólogos la llaman la tradición o paradigma comparativo o comparativista de la Antropología sociocultural.
Esta forma de entender la cultura era la dominante hasta la década de los cincuenta, en los centros de estudio de Antropología, contribuyendo con un amplio entendimiento de lo que nos une y nos hace comunes como seres humanos, a la vez que proporcionando un gran caudal de información sobre las sociedades pequeñas y medianas del mundo, fundamentalmente comunidades humanas minoritarias.
Organización social versus cultura"
Para algunos autores, Antropología (social) es algo así como una Sociología de las culturas tribales o de pequeña escala (o primitiva, como se decía a comienzos de siglo) -es decir, no modernas-; mientras que la Sociología estudiaría los mismos fenómenos, pero al nivel macrosocial de la sociedad moderna.
El concepto actual de cultura:
En este momento, la cultura es entendida como un proceso (o red, malla o entramado) de significados en un acto de comunicación, objetivos y subjetivos, entre los procesos mentales que crean los significados (la cultura en el interior de la mente) y un medio ambiente o contexto significativo (el ambiente cultural exterior de la mente, que se convierte en significativo para la cultura interior).
Desde este punto de vista es posible comprender a Clifford Geertz cuando dice que:
El concepto de cultura que propugno... es esencialmente un concepto semiótico. Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones.
Lo que queda más claramente entendido más adelante, cuando aclara que:
...la cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas concretos de conducta -costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos- como ha ocurrido en general hasta ahora, sino como una serie de mecanismos de control, planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de computación llaman programas que gobiernan la conducta).
En otras palabras, la cultura es la red o trama de sentidos con que le damos significados a los fenómenos o eventos de la vida cotidiana.
Lo importante es comprender a la cultura como producción de sentidos, de manera que también podemos entender a la cultura como el sentido que tienen los fenómenos y eventos de la vida cotidiana para un grupo humano determinado. Si queremos conocer la cultura de los jóvenes universitarios, por ejemplo, en realidad nos estamos preguntando qué sentido tiene la vida universitaria para estos jóvenes. Si nos preocupa la cultura escolar, nos estaríamos preguntando qué sentido tiene la vida escolar para quienes la viven.
Prosigo mi aprendizaje
- Elaboro un cuadro comparativo acerca del concepto de cultura sostenidos por diversos autores.
- Averiguo cómo estos conceptos son entendidos en nuestra sociedad.
Teniendo presente que por mucho que ese pueblo o sociedad sepa del universo, siempre hay áreas de conocimiento que no posee o desconoce. Por ellos es justamente el sentido sociológico el que usa los agentes del gobierno, la planificación o la política, cuando proponen planes para desarrollar la cultura nacional.
El concepto sociológico de cultura tiene una fuerte connotación con la apreciación del presente, pensando en el desarrollo o progreso futuro de la sociedad, para alcanzar aquello que llamamos el patrimonio cultural de la humanidad o, simplemente, la cultura universal. Es en este sentido que debe entenderse la expresión desarrollar la cultura de un país, implicando desarrollar y ampliar el conocimiento nacional de lo que el hombre (universal) ha sido capaz de desarrollar hasta hoy.
Fischer lo toma del conocido libro de Freud, El malestar en la cultura, y nos dice que la definición freudiana se emparenta con el superego y dice: La cultura humana (...) comprende, por una parte, todo saber y el poder adquirido por los hombres para dominar las fuerzas de la naturaleza; y por otra, todas las organizaciones necesarias para fijar las relaciones entre ellos. En otras palabras, para el psicoanálisis, la cultura está constituida por todas aquellas presiones intrapsíquicas, de origen social o colectiva, que constriñen la libre expresión del ego, y repercutiendo en la personalidad y hasta posiblemente en traumas psíquicos. A ello agregamos, que uno se da cuenta que hay un punto en que la cultura se enraíza con la psiquis, al presenciar la forma enconada en que se defienden posiciones personales que no son otra cosa que posiciones culturales, lo mismo que las situaciones de depresiones profundas debidas al shock cultural que se le produce inicialmente a la persona que se va a vivir a una cultura que no es la propia.
La visión positivista de la cultura: primera mitad del siglo XX
Originalmente la cultura fue entendida y explicada como un conjunto de constricciones, presiones y acondicionamientos externos al ser humano, (las formas de comportamiento y otros aprendizajes durante la socialización del niño) que fijaban o determinaban pautas de conductas como adulto, donde se destacaban las costumbres como el concepto amplio que representaba casi todo lo que el hombre hacía. Es decir, la cultura era vista como un determinante del comportamiento. Según esta forma de ver a la cultura, el control social que se ejercía a través de las normas, y estas servirían como medios de presión y obligación impuesta sobre los hombres para adaptarse a las costumbres y tradiciones sin resistir ni darse cuenta; mientras que los mitos y las creencias representaban a esas mismas imposiciones desde la religión, a las que los seres humanos se sometían dócilmente; las acusaciones de brujería estarían entre las presiones más subjetivas. A lo anterior se le agrega que el paso del tiempo, convertido en tradiciones, y a veces, en historia, explicaba el origen de estas formas de costumbres e imposiciones culturales en tiempos pasados y remotos. La universalidad de estos fenómenos era estudiada comparando culturas de diversas partes del mundo, por lo que también algunos antropólogos la llaman la tradición o paradigma comparativo o comparativista de la Antropología sociocultural.
Esta forma de entender la cultura era la dominante hasta la década de los cincuenta, en los centros de estudio de Antropología, contribuyendo con un amplio entendimiento de lo que nos une y nos hace comunes como seres humanos, a la vez que proporcionando un gran caudal de información sobre las sociedades pequeñas y medianas del mundo, fundamentalmente comunidades humanas minoritarias.
Organización social versus cultura"
Para algunos autores, Antropología (social) es algo así como una Sociología de las culturas tribales o de pequeña escala (o primitiva, como se decía a comienzos de siglo) -es decir, no modernas-; mientras que la Sociología estudiaría los mismos fenómenos, pero al nivel macrosocial de la sociedad moderna.
El concepto actual de cultura:
En este momento, la cultura es entendida como un proceso (o red, malla o entramado) de significados en un acto de comunicación, objetivos y subjetivos, entre los procesos mentales que crean los significados (la cultura en el interior de la mente) y un medio ambiente o contexto significativo (el ambiente cultural exterior de la mente, que se convierte en significativo para la cultura interior).
Desde este punto de vista es posible comprender a Clifford Geertz cuando dice que:
El concepto de cultura que propugno... es esencialmente un concepto semiótico. Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones.
Lo que queda más claramente entendido más adelante, cuando aclara que:
...la cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas concretos de conducta -costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos- como ha ocurrido en general hasta ahora, sino como una serie de mecanismos de control, planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de computación llaman programas que gobiernan la conducta).
En otras palabras, la cultura es la red o trama de sentidos con que le damos significados a los fenómenos o eventos de la vida cotidiana.
Lo importante es comprender a la cultura como producción de sentidos, de manera que también podemos entender a la cultura como el sentido que tienen los fenómenos y eventos de la vida cotidiana para un grupo humano determinado. Si queremos conocer la cultura de los jóvenes universitarios, por ejemplo, en realidad nos estamos preguntando qué sentido tiene la vida universitaria para estos jóvenes. Si nos preocupa la cultura escolar, nos estaríamos preguntando qué sentido tiene la vida escolar para quienes la viven.
Prosigo mi aprendizaje
- Elaboro un cuadro comparativo acerca del concepto de cultura sostenidos por diversos autores.
- Averiguo cómo estos conceptos son entendidos en nuestra sociedad.