Cultivo racional de coco

El cocotero o mbocayá (Acrocomia totai Mart) es una planta oleaginosa típica del Paraguay, de cuyos frutos se obtienen en la industria dos tipos de aceite: el aceite de pulpa y el aceite de almendra (que es conocido como "aceite de coco").

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De hecho, el mbocayá es la única planta que produce dos tipos de aceite. A más de los aceites, simultáneamente se obtienen el expeller de pulpa y el expeller de almendra, que se usan como forrajes, así como la cascarilla (o pericarpio) y el carozo, aplicados como excelentes combustibles en las calderas de diversas industrias que requieran el uso del vapor.Se estima que actualmente en nuestro país existen en forma silvestre unos 15 millones de plantas de mbocayá, distribuidas desde Concepción hasta Misiones, en la Región Oriental, en una franja de unos 150 km, paralela al río Paraguay, y son recogidos e industrializados los frutos de unos 10 millones. La comercialización se efectúa en una unidad de medida llamada "cajón" que, efectivamente, es un cajón de madera en el que caben unos 50 kilos de frutos. En promedio, se necesita recoger los frutos de 3 plantas silvestres de mbocayá para llenar un cajón.
La Cámara de Senadores de la Nación, por Resolución 18 del 18 de junio de 2005, declaró "de interés nacional" el cultivo racional del mbocayá en nuestro país. Lastimosamente, hasta hoy no existen mayores experiencias en cuanto a su cultivo. Debido a su importancia económica, es necesario tomar esta noble planta como un rubro estratégico para la economía familiar campesina y encarar su cultivo racional. Sin dudas, representa la oportunidad de contar con un interesante ingreso económico para las familias de agricultores minifundiarios en los períodos de entre zafra en forma descansada, constante y durante más de tres generaciones. Como es un cultivo perenne, contribuye al arraigo de la población en su comunidad.
Inicialmente, se podría emprender el cultivo de 10.000 hectáreas, y a razón de 1 hectárea/familia, involucrar a 10.000 de ellas. Con una densidad de 725 plantas/ha, podremos cultivar 7.250.000 plantas.
Tras una espera de 5 años, que es cuando dan sus primeros frutos, podremos recoger unos 7 millones de cajones de frutos que, comercializados, pueden significar para el agricultor, a precio de hoy, un ingreso neto anual de unos 7 millones de guaraníes por hectárea. Generaría así unos 70 mil millones de guaraníes anuales en la zona de influencia de estas 10.000 hectáreas de cultivo. No existe un solo rubro agrícola que aporte semejante ingreso neto al agricultor.
No existen datos ciertos de cómo ni cuándo se inició el aprovechamiento industrial de los frutos de mbocayá en nuestro país. Se sabe que el Paraguay producía cierta cantidad aceite de coco ya en 1894.
Logrando cultivar 10.000 hectáreas de mbocayá, tras el procesamiento industrial de los frutos recolectados podremos obtener:
Aceite de coco: unos 16 millones de kilos al año. Es un producto muy apetecido en el mercado, con muy buena cotización. En San Paulo, una conocida jabonería consume 5 millones de kilos, y una fábrica de galletitas en el norte de Brasil, 10 millones de kilos mensualmente. Vale decir, estas dos fábricas en tan solo un mes ya consumirían lo que nosotros produciríamos en un año. Podemos cultivar 120.000 hectáreas: con ello estaríamos satisfaciendo las necesidades de un año de estas dos fábricas apenas.
Aceite de pulpa: unos 7 millones de kilos anuales. Básicamente, para la producción de jabones de lavar, de amplio e inagotable mercado.
Expellers de pulpa y de almendra: unos 70 millones de kilos. Como forraje para ganado lechero y porcino, principalmente. La industria láctea se va expandiendo, así como la cría y el consumo de cerdos.
Carozo de coco: unos 150 millones de kilos al año. Por su muy alto poder calorífico, es muy apreciado como combustible en las calderas de vapor, sustituyendo a la leña. El carozo obtenido de 1 hectárea cultivada de mbocayá evita la deforestación de 2 ha de bosques bajos por año, por lo que estaríamos salvando unas 20.000 ha de bosques/año. Como la vida útil de la planta de mbocayá es de unos 90 años, estaríamos evitando la tala de unas 1.800.000 ha de bosques. El carozo es un combustible anualmente renovable, mientras que por experiencia sabemos que los bosques tumbados ya no son reforestados.
Es muy importante destacar que la industrialización de los frutos no produce residuos contaminantes, y la planta de mbocayá renueva el ambiente por su alta fijación de anhídrido carbónico de la atmósfera (unos 30.000 kilos/ha/año, unos 300 millones de kilos/año), así como por su elevada producción de oxígeno (unos 23.000 kilos/ha/año, unos 230 millones de kilos/año), en las 10.000 hectáreas previstas de cultivo.
La plantación del mbocayá requiere de un solo gasto, el del cultivo, que se efectúa en una única vez, para después ya no requerir de ningún otro gasto. Como su fructificación, recolección y comercialización se verifica desde el mes de diciembre de cada año, se considera al mbocayá como el aguinaldo y la jubilación del campesino paraguayo. Así es que: néike, lomitã, ñañotÿ mbocayá!

Dr. Carlos Loup Reyes
Químico industrial, especialista en aceites vegetales y derivados
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