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Las fechas festivas de diciembre son consideradas de épocas de excesos y de consumismo. Las cenas copiosas convierten a enero en el mes de los diagnósticos de intoxicaciones alimentarias, hiperuricemia y gastroenteritis, si no se respeta el tamaño ideal de las porciones, ni la calidad de las preparaciones y su conservación.
Cuando hablamos del ácido úrico nos referimos a un material de desecho, el resultado final del metabolismo del nitrógeno en el organismo, y se llama así porque se elimina principalmente por la orina, tras ser filtrado de la sangre por el riñón. El problema viene cuando los niveles en sangre de ácido úrico están por encima de lo normal (hiperuricemia). Normalmente están motivados por factores genéticos, pero los niveles tienden a subir a partir de los 40 años para los varones (en los que es mucho más frecuente) y tras la menopausia, en las mujeres. También en personas que abusan del alcohol, en aquellas con sobrepeso, o en pacientes afectados por otros problemas metabólicos, tales como la diabetes o la hipercolesterolemia. Algunos fármacos también pueden elevar los porcentajes.
El dolor, el principal temor
Cuando hay un exceso de ácido úrico, pueden aparecer las llamadas crisis de gota, que se producen cuando el ácido forma pequeños cristales que se depositan en las articulaciones provocando su inflamación. Una excesiva concentración del ácido úrico en los riñones también puede formar cálculos renales.
Alimentación para evitar la hiperuricemia
El tratamiento de la hiperuricemia comprende la dieta y agentes reductores del ácido úrico. La prevención debe ser siempre el primer objetivo a cumplir, especialmente en aquellas personas con antecedentes familiares.
Deben evitarse los alimentos ricos en purinas (presentes en carnes rojas y pescado).
No está permitido el consumo de vísceras ni de embutidos.
Restringir al máximo las bebidas alcohólicas y beber de dos a tres litros de agua por día.
Las legumbres tienen un contenido moderado en purinas (consumir solo una vez a la semana).
No excederse en el consumo de grasas.
Una dieta rica en cereales, féculas y verduras pobres en purinas estimula la excreción de uratos.
Evitar las verduras ricas en purinas: espinacas, espárragos, champiñones, puerros, coliflor y rábano.
¿Cómo cocinar y condimentar?
Preferir las técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: al agua (hervido, al vapor o rehogado), a la plancha y al horno. Evitar el uso de especias fuertes como la pimienta.
Alimentos aconsejados en estadios normales
* Leche y lácteos: leche y yogur descremados, queso fresco y requesón, quesos especiales con porcentaje de grasa modificada y quesos blancos descremados.
* Carnes, pescado, huevos y sus derivados: limitar la cantidad de consumo de estos alimentos a 80/100 gramos la ración.
* Cereales: consumir arroz, pastas y otros cereales.
* Legumbres: una vez por semana. Se recomienda combinar con papa o arroz, sin incluir ingredientes de origen animal ni demasiadas grasas.
* Verduras y hortalizas: crudas, cocidas y en puré, salvo las flatulentas y las ricas en purinas.
* Frutas: frescas a ser posible con piel y bien lavadas.
En las cenas festivas
Con respecto a los alimentos a evitar en estas fiestas, lo fundamental es eliminar las bebidas alcohólicas, incluyendo la cerveza sin alcohol. Además, una persona con problemas de ácido úrico no debe excederse en la ingesta de proteínas y de grasas poliinsaturadas. Evitar:
Vísceras: hígado, lengua, patés, chorizos, panchos, fiambres, etc.
Todo tipo de mariscos y las huevas de pescado (caviar).
Pescados azules como el salmón o el atún.
Cuando hablamos del ácido úrico nos referimos a un material de desecho, el resultado final del metabolismo del nitrógeno en el organismo, y se llama así porque se elimina principalmente por la orina, tras ser filtrado de la sangre por el riñón. El problema viene cuando los niveles en sangre de ácido úrico están por encima de lo normal (hiperuricemia). Normalmente están motivados por factores genéticos, pero los niveles tienden a subir a partir de los 40 años para los varones (en los que es mucho más frecuente) y tras la menopausia, en las mujeres. También en personas que abusan del alcohol, en aquellas con sobrepeso, o en pacientes afectados por otros problemas metabólicos, tales como la diabetes o la hipercolesterolemia. Algunos fármacos también pueden elevar los porcentajes.
El dolor, el principal temor
Cuando hay un exceso de ácido úrico, pueden aparecer las llamadas crisis de gota, que se producen cuando el ácido forma pequeños cristales que se depositan en las articulaciones provocando su inflamación. Una excesiva concentración del ácido úrico en los riñones también puede formar cálculos renales.
Alimentación para evitar la hiperuricemia
El tratamiento de la hiperuricemia comprende la dieta y agentes reductores del ácido úrico. La prevención debe ser siempre el primer objetivo a cumplir, especialmente en aquellas personas con antecedentes familiares.
Deben evitarse los alimentos ricos en purinas (presentes en carnes rojas y pescado).
No está permitido el consumo de vísceras ni de embutidos.
Restringir al máximo las bebidas alcohólicas y beber de dos a tres litros de agua por día.
Las legumbres tienen un contenido moderado en purinas (consumir solo una vez a la semana).
No excederse en el consumo de grasas.
Una dieta rica en cereales, féculas y verduras pobres en purinas estimula la excreción de uratos.
Evitar las verduras ricas en purinas: espinacas, espárragos, champiñones, puerros, coliflor y rábano.
¿Cómo cocinar y condimentar?
Preferir las técnicas culinarias que menos grasa aportan a los alimentos: al agua (hervido, al vapor o rehogado), a la plancha y al horno. Evitar el uso de especias fuertes como la pimienta.
Alimentos aconsejados en estadios normales
* Leche y lácteos: leche y yogur descremados, queso fresco y requesón, quesos especiales con porcentaje de grasa modificada y quesos blancos descremados.
* Carnes, pescado, huevos y sus derivados: limitar la cantidad de consumo de estos alimentos a 80/100 gramos la ración.
* Cereales: consumir arroz, pastas y otros cereales.
* Legumbres: una vez por semana. Se recomienda combinar con papa o arroz, sin incluir ingredientes de origen animal ni demasiadas grasas.
* Verduras y hortalizas: crudas, cocidas y en puré, salvo las flatulentas y las ricas en purinas.
* Frutas: frescas a ser posible con piel y bien lavadas.
En las cenas festivas
Con respecto a los alimentos a evitar en estas fiestas, lo fundamental es eliminar las bebidas alcohólicas, incluyendo la cerveza sin alcohol. Además, una persona con problemas de ácido úrico no debe excederse en la ingesta de proteínas y de grasas poliinsaturadas. Evitar:
Vísceras: hígado, lengua, patés, chorizos, panchos, fiambres, etc.
Todo tipo de mariscos y las huevas de pescado (caviar).
Pescados azules como el salmón o el atún.