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Ingredientes
Para 12 personas
5 kg de carne de cordero (costillar o pierna)
Sal gruesa
1 litro de vino blanco (champán o sidra)
1 mazo de perejil fresco
4 ó 5 dientes de ajo
2 cubitos de caldo de carne
3 cebollas medianas
5 papas medianas
1 Colocar en una fuente para horno la carne de cordero preferentemente troceado pero sin cortar del todo. Agregar por lo menos dos o tres vasos de agua y dejar cocinar en el horno más o menos tres cuartos de hora con el fuego bastante fuerte (entre 200 y 220 ºC). De esta manera el cordero irá echando una especie de agua color marrón claro y con espuma, que luego se retira y se tira. Este paso es muy importante, ya que permite que el cordero se vaya desgrasando.
2 En ese momento se puede comenzar entonces a salar las piezas con sal gruesa, que permite que penetre más fácilmente el sabor en la carne.
3 Por otro lado, en un bol se prepara lo que se le coloca por encima al cordero. El vino blanco, sal fina, perejil y ajos pelados y partidos al medio, y 1 litro de agua en la que habremos disuelto los cubitos de caldo de carne.
4 Pelar y cortar en rebanadas bien finitas las papas y las cebollas y salpimentarlas. Colocarlas de forma que queden como un piso en la base de la (o las) bandeja/s; ubicar los trozos de carne de cordero y rociar con el líquido preparado en el bol.
5 Llevar a horno a 150 ºC
durante 3 a 4 horas cuidando que en ningún momento se quede sin líquido.
6 Al final, cuando ya esté casi listo (los huesos se despegarán de la carne), y si no está demasiado dorado, subir al máximo el calor del horno (220 a 250ºC) y esperar que se dore un poco más. Servir acompañado con las papas, las cebollas y una ensalada de hojas verdes.
Se debe calcular entre 350 a 400 g de carne por persona, para que nadie se quede con hambre. Si es un costillar y tiene poca carne, hay que calcular 500 g por persona.
Para 12 personas
5 kg de carne de cordero (costillar o pierna)
Sal gruesa
1 litro de vino blanco (champán o sidra)
1 mazo de perejil fresco
4 ó 5 dientes de ajo
2 cubitos de caldo de carne
3 cebollas medianas
5 papas medianas
1 Colocar en una fuente para horno la carne de cordero preferentemente troceado pero sin cortar del todo. Agregar por lo menos dos o tres vasos de agua y dejar cocinar en el horno más o menos tres cuartos de hora con el fuego bastante fuerte (entre 200 y 220 ºC). De esta manera el cordero irá echando una especie de agua color marrón claro y con espuma, que luego se retira y se tira. Este paso es muy importante, ya que permite que el cordero se vaya desgrasando.
2 En ese momento se puede comenzar entonces a salar las piezas con sal gruesa, que permite que penetre más fácilmente el sabor en la carne.
3 Por otro lado, en un bol se prepara lo que se le coloca por encima al cordero. El vino blanco, sal fina, perejil y ajos pelados y partidos al medio, y 1 litro de agua en la que habremos disuelto los cubitos de caldo de carne.
4 Pelar y cortar en rebanadas bien finitas las papas y las cebollas y salpimentarlas. Colocarlas de forma que queden como un piso en la base de la (o las) bandeja/s; ubicar los trozos de carne de cordero y rociar con el líquido preparado en el bol.
5 Llevar a horno a 150 ºC
durante 3 a 4 horas cuidando que en ningún momento se quede sin líquido.
6 Al final, cuando ya esté casi listo (los huesos se despegarán de la carne), y si no está demasiado dorado, subir al máximo el calor del horno (220 a 250ºC) y esperar que se dore un poco más. Servir acompañado con las papas, las cebollas y una ensalada de hojas verdes.
Se debe calcular entre 350 a 400 g de carne por persona, para que nadie se quede con hambre. Si es un costillar y tiene poca carne, hay que calcular 500 g por persona.