Consumo mundial de papel por año equivale a un bosque de más de 2 millones de hectáreas

“ÁRBOL versus PAPEL” es el tema de esta historia tan antigua como el periodismo o la prensa. Cuando se habla de deforestación mundial, el papel juega un papel preponderante, pues hasta ahora el 90 por ciento de la producción mundial de pulpa para papel se basa en la madera. El consumo mundial por año se calcula en unos 640 millones de metros cúbicos, lo que equivale a un bosque de más de dos millones de hectáreas por año.

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ÁRBOL VS. PAPEL

En la deforestación mundial el papel representa un papel preponderante. El papel es un tejido de fibras vegetales con un alto contenido de celulosa que ha sido refinado y tratado en agua antes de ser secado sobre un tamiz. Nació en China hace poco más de 2.000 años, y llegó a la India alrededor del año 600. Con la invención de la imprenta y en plena revolución industrial, se desarrollan las máquinas papeleras.

Actualmente, el 90% de la producción mundial de pulpa para papel se basa en la madera. El consumo mundial por año se calcula en unos 640 millones de metros cúbicos, lo que equivale a un bosque de más de dos millones de hectáreas. Si no contiene fibras recicladas, la tirada de un diario inglés de primera fila requiere unos diez mil árboles. La única forma de mantener el equilibrio con este ritmo de consumo sería plantar diez millones de hectáreas de árboles cada año, algo así como la mitad de la Unión Europea.

- Bosques que proporcionan madera para papel (Fuentes: Página web de la FAO y PNUD)

- Los bosques tropicales proporcionan 1 por ciento de la madera utilizada para fabricar papel.

- Los bosques templados antiguos caducifolios, que se encuentran en las regiones templadas del mundo y nunca han sido explotados comercialmente, suministran 1 por ciento.

- Los bosques boreales antiguos, de donde se extrae el 15 por ciento de la madera para papel, se localizan en altas latitudes del hemisferio norte y no han sido afectados por la intervención humana.
- Los bosques de regeneración natural manejados son aquellos que ya han sido utilizados y cuyo crecimiento se promueve por medios naturales, tales como la siembra. De estos bosques proviene un 37 por ciento de la madera.

- Los bosques de regeneración natural sin manejo son aquellos que se explotan y se dejan regenerar sin ayuda humana y suministran un 17 por ciento de la madera.

- Las plantaciones forestales son bosques que han sido plantados y administrados de la misma forma que los cultivos agrícolas y de ellas se extrae el 29 por ciento de la madera.

LAS ONG AMBIENTALISTAS CONTRA EL PAPEL

A estas organizaciones les preocupan:

* La pérdida de la biodiversidad.

* El reemplazo de los bosques naturales por plantaciones forestales.

* El uso insuficiente de papel de desecho y fibras no derivadas de la madera.

* El dominio de molinos de gran escala y la influencia política desproporcionada que ejercen las corporaciones.

* El uso continuo de cloro gaseoso como blanqueador.

* La investigación insuficiente sobre tecnologías alternativas a pequeña escala o más limpias para elaborar celulosa y papel.

* Los niveles no sostenibles de consumo de papel en países ricos.

* Los sistemas de recolección de papel (y exportaciones) al estilo occidental que perjudican los modos de subsistencia de los recolectores de papel de desecho en países pobres.

* El comercio de papel de desecho que aumenta el transporte durante el ciclo del papel.

Las ONG solicitan:

* Aumento en el contenido reciclado de los productos de papel.

* Reducción del desecho a través de un menor consumo y del reciclaje.

* Investigación sobre las fuerzas motrices del consumo de papel.

* Certificación forestal independiente.

* Controles más estrictos sobre el uso de suelo y definiciones más específicas de terrenos degradados, a fin de reducir la conversión de bosques naturales a plantaciones forestales.

* Eliminación del uso del cloro en el proceso de blanqueado.

La elaboración del papel es una de las actividades industriales que no se caracterizan por estar a la cabeza del daño ecológico. Contaminan, como toda tarea productiva, pero por debajo de la media. Por el contrario, los líquidos refrigerantes utilizados bastamente por la industria norteamericana se llevan las palmas, así como el cromo de varias plantas alimenticias locales y externas. Las grandes empresas papeleras cargan con la responsabilidad de haber provocado, en todos los lugares del mundo donde actúan, un desequilibrio ecológico terrible para la humanidad: el de la deforestación indiscriminada sólo dictada por su propia voracidad.

En el proceso de la elaboración del papel, más del 85% del trabajo se realiza con agua, por eso no por casualidad todas las papeleras del mundo están al borde de los ríos. Los ríos y los lagos cumplen para estos grandes depredadores tres funciones fundamentales: minimizan el costo del agua utilizada; sirven para el transporte de sus productos (tienen hasta puertos propios); y, a la vez, los ríos y lagos constituyen la gran cloaca de los residuos tóxicos provenientes del proceso de fabricación del papel.

La contaminación papelera está lejos de ser de fácil “recuperación”. No es solo “el mal olor”. Porque el cloro es un producto, que así como rinde para la limpieza o para elaborar papel, tiene también otras capacidades dañina para los organismos vivos, como fijarse en los tejidos grasos y desde allí alterar nuestras fisiologías, hacia cánceres, por ejemplo. Los químicos básicos para la producción de papel son el cloro y el ácido sulfhídrico. Todas estas papeleras han cosechado centenares de denuncias sobre la contaminación del agua.
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