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Dalia Scappini permaneció en cautiverio por 134 horas, desde el martes 30 de agosto a las 07:45 hasta el domingo 4 de setiembre a las 21:45.
Ayer, por primera vez desde su liberación, Dalia se dirigió al país durante 22 minutos, en una conferencia de prensa en la iglesia del Perpetuo Socorro de Asunción.
"El día domingo 4 volví junto a mi familia, gracias a Dios, gracias a la Virgen del Perpetuo Socorro, gracias a la Virgen María Auxiliadora, de quien soy hija y donde estudié", fueron las primeras palabras de la mujer, quien aún se mostraba débil física y emocionalmente, pero que demostró una sorprendente fortaleza espiritual.
Comparó los días que permaneció en manos de sus captores con seis días de vacaciones, aunque aseguró que esta vez las 24 horas del día parecían 48 y que solo trataba de dormir para hacer pasar el tiempo. "Mi experiencia fue una pesadilla que nunca imaginé que iba a pasar en mi vida", dijo.
Por momentos, Dalia se quebraba, al rememorar sus horas en cautiverio, pero luego fijaba su mirada en su madre, Dalia Lucía Campos Vda. de Scappini, y recobraba fuerzas para seguir con su relato.
Dalia fue secuestrada un día después de cumplirse 11 años del fallecimiento de su padre. "Sé que tengo una mamá que vale oro y un papá que es mi ángel, mi mayor ángel dentro de todos los ángeles, que me dieron fuerzas desde el cielo", se emocionó la mujer.
"Fui acorralada"
Dalia Scappini confirmó que efectivamente fue tomada detrás de la cancha del club Guaraní, por tres hombres "que chocaron mi auto. Me bajé y en ese momento ya fui interceptada y fui prácticamente acorralada. Ya me ataron las manos, directamente me metieron al auto y ya me encapucharon. Desde ese día no vi absolutamente nada. Fueron mañanas cortas y noches larguísimas, interminables, en las cuales prefería dormir para hacer pasar el tiempo y al día siguiente tener alguna nueva novedad de lo que estaba sucediendo", declaró.
"Lloraba en silencio"
Dalia señaló en otro momento que "hoy sé que este hecho no solo movilizó a mi familia, sino que movilizó realmente a todo el país. Quiero agradecer la genuina preocupación de tanta gente, todos pidiendo mi liberación". Después afirmó que "sin este apoyo que se generó a nivel país, esta pesadilla quizás podía continuar, porque realmente fue algo que forzó para que me liberen antes".
"Los primeros días no pude comer, no podía tragar, no quería ni tomar agua. Si tenía que llorar, lloraba en silencio; cuando tenía que rezar, rezaba en silencio", manifestó. También mencionó que escuchó decir a los secuestradores "todo el país está en contra nuestra".
La contadora refirió que siempre estuvo encapuchada y que no pudo ver a sus captores. También recordó que recobró fuerzas durante su secuestro al escuchar en la radio un mensaje de su familia.
Por último, adelantó que aún no va a hablar con la Policía.
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