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Generalmente, cuando se refieren a un malestar que es físico, dicen: es psicológico nomás, como si lo psíquico no fuera parte integrante de la persona.
La inteligencia, los sentimientos, la percepción y otros fenómenos influyen en la conducta.
Un joven muy sentimental se comporta en forma diferente que otro menos sentimental; o una joven muy inteligente tendrá oportunidades diferentes a otras con dificultades de aprendizaje.
Para comprender a la persona, es fundamental conocer cómo funcionan estos fenómenos psicológicos.
La conducta afectiva.
Definir exactamente la afectividad no es una tarea fácil, sin embargo se puede definir como la manera en que nos afectan interiormente las situaciones o circunstancias que ocurren a nuestro alrededor. Se la llama también estados de ánimo.
La afectividad está constituida por un conjunto de fenómenos subjetivos que producen cambios en el interior, que se da en dos polos opuestos: agrado - desagrado, alegría - tristeza, atracción - rechazo.
Las características de la afectividad.
* La afectividad tiene tres formas de expresión: emociones, sentimientos y pasiones.
* Es un estado subjetivo, personal. El protagonista es el propio individuo.
* Toda manifestación afectiva deja una huella que persiste en el individuo.
* El estado de ánimo normal se llama autímico. A las alteraciones de humor se la llaman distimias.
Las emociones.
El término emoción proviene del latín emóvere que significa agitar.
Las emociones son estados de afectivos que se caracterizan por ser breves e intensos. Producen cierta agitación psicológica y, en algunos casos, desadaptación pasajera de la conducta.
Generalmente se producen por un estímulo exterior, su aparición es brusca y se acompaña de manifestaciones fisiológicas (cambios en la expresión corporal).
Investigaciones realizadas por Malean dicen que los aspectos psicológicos de las emociones están a cargo de la corteza cerebral, mientras que las manifestaciones físicas y los cambios que se producen en la conducta dependerían del hipotálamo.
Otros hallazgos empíricos indican que las reacciones emocionales afectivas positivas están asociadas con la mayor activación del hemisferio cerebral izquierdo, mientras que las reacciones emocionales negativas, con la mayor activación del hemisferio derecho.
Cómo se manifiestan las emociones.
Muchas veces, la persona no se da cuenta de que está emocionada; otras es consciente de la emoción que se manifiesta, pero se quiere ocultar a otras personas, sin embargo se demuestra mediante una cantidad de manifestaciones no verbales, que pueden ser: expresiones faciales, lenguaje del cuerpo, la mirada, contactos físicos y otros.
Esas manifestaciones podrían llamarse respuesta y pueden ser externas o internas.
La respuesta externa: toma la forma de cambio de expresión facial: sonrisa, llanto, risa o manifestaciones de agresión: golpear con la mano a una persona, patear una silla, gritar, decir groserías, otros.
La respuesta interna o fisiológica: con una emoción pueden sobrevenir cambios dentro del organismo, como el latido acelerado del corazón, se dilatan las pupilas, se libera el azúcar.
Todo individuo que experimenta una emoción la expresa exteriormente de alguna forma.
Es frecuente creer que las expresiones faciales reflejan mejor que cualquier otra manifestación los estados emocionales. Los estudios evidencian que una misma emoción no se expresa igual en todas las culturas. Por ejemplo en Nueva Zelanda, cuando dos amigos se encuentran después de una ausencia, la reacción emocional más frecuente consiste en llorar; en el Japón, cuando a una persona se le comunica que se le murió un ser querido, suele sonreír. La manifestación de estas emociones es distinta en la cultura occidental (Thompson). Al estudiar a niños ciegos, se comprobó cómo sus expresiones faciales durante las emociones eran mucho más pobres y restringidas de las de los niños videntes. Todos estos hechos parecen indicar que las diversas formas de expresión facial de las emociones son, al menos en parte, consecuencia de un aprendizaje.