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Esta agua debe mantenerse alejada y separada de otras aguas en la casa.Almacenamiento seguro del agua
Almacene 3 litros de agua por persona por día.
Almacene por lo menos un suministro de tres días de agua por persona.
Recolecte el agua de una fuente segura.
Los baldes y bidones de plástico muy bien lavados, como las botellas de refresco, son los mejores recipientes.
Selle muy bien los baldes o bidones de agua, ponga una etiqueta con la fecha, y guárdelos en un lugar frío y oscuro.
Cambie el agua cada seis meses.
Nunca vuelva a utilizar un balde o bidón que haya alojado materiales tóxicos, por ejemplo pesticidas, solventes, químicos, aceite o anticongelante.
Purificación del agua
Existen dos formas de tratar el agua: hirviéndola y añadiendo cloro. Si el agua corriente no es segura porque está contaminada con agua de superficie (de inundaciones, ríos o lagos), hervir el agua es el mejor método.
Se debe filtrar el agua turbia antes de hervirla o añadirle cloro. Filtre el agua con filtros de café, toallas de papel, gasa o con un algodón insertado en un embudo.
Agua hervida: Hervir es la forma más segura de purificar el agua. Ponga a hervir el agua durante un minuto. Deje que el agua se enfríe antes de beberla.
Purificación con cloro: Si no puede hervir el agua, puede tratarla con cloro, como el que se utiliza para las piscinas. Los
blanqueadores domésticos tienen un 5 a 6% de cloro. Evite usar cloros con perfume, tinte u otros aditivos. Asegúrese de leer la etiqueta. Ponga el agua (filtrada, si fuera necesario) en un recipiente limpio. Añada la cantidad de cloro necesaria (para 1 litro, de 3 a 5 gotas). Mezcle bien y permita que se asiente durante por lo menos 30 minutos antes de utilizarla (60 minutos, si el agua está turbia o muy fría). Estos métodos funcionan sólo para proteger el agua de bacterias o virus. Si piensa que el agua contiene químicos, aceites, sustancias venenosas, otros contaminantes, o son aguas servidas, no la beba.
Almacene 3 litros de agua por persona por día.
Almacene por lo menos un suministro de tres días de agua por persona.
Recolecte el agua de una fuente segura.
Los baldes y bidones de plástico muy bien lavados, como las botellas de refresco, son los mejores recipientes.
Selle muy bien los baldes o bidones de agua, ponga una etiqueta con la fecha, y guárdelos en un lugar frío y oscuro.
Cambie el agua cada seis meses.
Nunca vuelva a utilizar un balde o bidón que haya alojado materiales tóxicos, por ejemplo pesticidas, solventes, químicos, aceite o anticongelante.
Purificación del agua
Existen dos formas de tratar el agua: hirviéndola y añadiendo cloro. Si el agua corriente no es segura porque está contaminada con agua de superficie (de inundaciones, ríos o lagos), hervir el agua es el mejor método.
Se debe filtrar el agua turbia antes de hervirla o añadirle cloro. Filtre el agua con filtros de café, toallas de papel, gasa o con un algodón insertado en un embudo.
Agua hervida: Hervir es la forma más segura de purificar el agua. Ponga a hervir el agua durante un minuto. Deje que el agua se enfríe antes de beberla.
Purificación con cloro: Si no puede hervir el agua, puede tratarla con cloro, como el que se utiliza para las piscinas. Los
blanqueadores domésticos tienen un 5 a 6% de cloro. Evite usar cloros con perfume, tinte u otros aditivos. Asegúrese de leer la etiqueta. Ponga el agua (filtrada, si fuera necesario) en un recipiente limpio. Añada la cantidad de cloro necesaria (para 1 litro, de 3 a 5 gotas). Mezcle bien y permita que se asiente durante por lo menos 30 minutos antes de utilizarla (60 minutos, si el agua está turbia o muy fría). Estos métodos funcionan sólo para proteger el agua de bacterias o virus. Si piensa que el agua contiene químicos, aceites, sustancias venenosas, otros contaminantes, o son aguas servidas, no la beba.