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Las ensaladas son platos generalmente fríos que contienen sobre todo hortalizas. Si bien se trata de un plato fácil de elaborar, debe tenerse en cuenta que los alimentos crudos, como las hojas de lechuga, deben lavarse con abundante agua y, en caso necesario, acompañada de unas gotas de lavandina. El objetivo es eliminar la tierra o los bichos que puedan haber quedado. Igualmente se deben poner todas las precauciones con las salsas emulsionadas, sobre todo con la salsa mayonesa.
Una conservación adecuada
Las ensaladas no pueden conservarse más de un día. Si hay que guardarlas, lo haremos siempre en la heladera, en un recipiente cerrado.
Las salsas, tanto vinagretas como salsas emulsionadas como la mayonesa, o salsa rosa o 'allioli', se añaden en la ensalada en el momento del servicio.
A la hora de preparar la ensalada, retiraremos todas las partes deterioradas de los ingredientes que vayamos a utilizar.
Es mejor utilizar materiales inalterables en su preparación, es decir, desechar el aluminio, cobre, estaño o papel, tanto en utensilios como en recipientes.
El punto justo
El sabor de la ensalada debe ser compatible para todos los alimentos, y no debemos servirlas excesivamente frías, sino frescas. Deben sazonarse y aliñarse en el momento de servir. De no ser así, el ácido (limón o vinagre) puede hacer que las hortalizas de hoja pierdan su textura.
La presentación
Los ingredientes que vayan a utilizarse en una ensalada deben picarse en tamaños proporcionales. Cuando se utilizan ingredientes que puedan dañar la presentación, como por ejemplo la remolacha o el repollo colorado (que destiñen), siempre se pondrán a lo último y en el momento de servir.
Es muy importante controlar la cantidad de aliño que se echa a la ensalada. En la vinagreta, la proporción correcta suele ser de una medida de vinagre o de jugo de limón por tres medidas de aceite, y una pizca de sal.
En las salsas emulsionadas, como la mayonesa o salsa rosa, los gustos personales son los que guían la cantidad de aliño.
Una conservación adecuada
Las ensaladas no pueden conservarse más de un día. Si hay que guardarlas, lo haremos siempre en la heladera, en un recipiente cerrado.
Las salsas, tanto vinagretas como salsas emulsionadas como la mayonesa, o salsa rosa o 'allioli', se añaden en la ensalada en el momento del servicio.
A la hora de preparar la ensalada, retiraremos todas las partes deterioradas de los ingredientes que vayamos a utilizar.
Es mejor utilizar materiales inalterables en su preparación, es decir, desechar el aluminio, cobre, estaño o papel, tanto en utensilios como en recipientes.
El punto justo
El sabor de la ensalada debe ser compatible para todos los alimentos, y no debemos servirlas excesivamente frías, sino frescas. Deben sazonarse y aliñarse en el momento de servir. De no ser así, el ácido (limón o vinagre) puede hacer que las hortalizas de hoja pierdan su textura.
La presentación
Los ingredientes que vayan a utilizarse en una ensalada deben picarse en tamaños proporcionales. Cuando se utilizan ingredientes que puedan dañar la presentación, como por ejemplo la remolacha o el repollo colorado (que destiñen), siempre se pondrán a lo último y en el momento de servir.
Es muy importante controlar la cantidad de aliño que se echa a la ensalada. En la vinagreta, la proporción correcta suele ser de una medida de vinagre o de jugo de limón por tres medidas de aceite, y una pizca de sal.
En las salsas emulsionadas, como la mayonesa o salsa rosa, los gustos personales son los que guían la cantidad de aliño.