Capacidad: Interpreta el peligro de la adicción a las drogas
Había intentado inhalar por la nariz una pequeña porción de cocaína... pero lo que no sabía era que había caído en las garras de uno de los peores monstruos de hoy: la muerte blanca. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Es altamente adictiva físicamente ya que el organismo no presenta síntomas de saturación (como en el alcohol o la nicotina). El adicto, si tiene acceso a ella, puede suministrarse dosis constantemente provocando la muerte por agotamiento, ataque al corazón o bien derrame cerebral. Reconoce qué hace la cocaína en el cerebro de un adicto.
El consumo de la cocaína se asocia con poder, prestigio y dinero. Se cree que la cocaína aumenta lo potencia sexual y la seguridad en sí mismo, que da mayor claridad mental y que posibilita un mejor rendimiento en las labores escolares y deportivas. Estos siguen siendo mitos, puesto que en la realidad la persona que utiliza cocaína pierde dinero, ya que es extremadamente cara; el prestigio que le ofrece es únicamente en el medio en donde se consume.
El mecanismo de acción de la cocaína implica a las catecolaminas y muy en especial a la dopamina (neurotransmisor asociado con las sensaciones placenteras, provocando un exceso de estimulación). Esta droga aumenta la eficacia sináptica de la dopamina (su capacidad para asociar las neuronas) e inhibe su recaptura, lo que genera un estado de excitación y aumento de la energía mental y física, desaparece la fatiga y se eleva el estado de ánimo. Además de la dopamina, la cocaína incrementa enormemente los niveles de adrenalina, elevando la presión sanguínea y el ritmo cardiaco.
Aunque los efectos inmediatos son una sensación de euforia, claridad mental y alta sociabilidad, estos efectos son utilizados para atraer a más adictos, estos difícilmente están conscientes de que posteriormente aparecen síntomas dañinos y aterrorizadores, como depresión, impotencia, irritabilidad, ansiedad, insomnio, incapacidad de concentración, alucinaciones táctiles (gusanos en la piel), paranoia, psicosis (muy similar a la sufrida en la esquizofrenia), comportamiento violento, taquicardia y vómito.
Cómo actúa la cocaína en el cerebro
Primero estudiemos cómo se comunican las células del cerebro (neuronas), llamada neurotransmisión. Diferentes partes del cerebro regulan distintas funciones: el movimiento, pensamiento, el juicio, la memoria y la gratificación, o el sentimiento de placer que viene posterior al hacer algo agradable (saborear un pedazo de torta, recibir una felicitación, un beso, etc.). Los científicos opinan que todas las drogas de abuso, como la cocaína, el alcohol, la nicotina y la heroína, activan la senda de la gratificación cerebral.
Sniff mortal... Al inhalar, el clorhidrato de cocaína destruye la mucosa nasal y hasta el tabique nasal. Aparte de alterar las neuronas.
La cocaína puede inhalarse, fumarse (en la forma de freebase o crack), o inyectada. Cuando se inhala, por medio de la nariz, entra en el torrente sanguíneo por la vía de las membranas mucosas y se trasmite a través del cuerpo al cerebro donde actúa para producir su característico clímax. Cuando se fuma, entra en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y se traslada al cerebro. Si se inyecta directamente en el torrente sanguíneo (intravenosa), la cocaína ingresa el cerebro muy rápidamente.
La función normal de la dopamina
El hueco donde una señal eléctrica salta de una neurona a otra se llama la hendidura sináptica. Puesto que el impulso no puede cruzar una abertura como impulso eléctrico, cruza como mensaje químico por medio de neurotransmisores como lo describimos anteriormente. Un neurotransmisor importante involucrado en la experiencia placentera se llama dopamina.
Cuando un impulso eléctrico llega al final de la neurona, la vesícula pasa a la membrana nerviosa y descarga su contenido de dopamina en la hendidura sináptica. La dopamina cruza el hueco y se adhiere a los sitios receptores, en la membrana de la siguiente neurona. Cuando la dopamina bloquea un receptor, varias acciones tienen lugar en esa neurona: ciertos iones salen o entran y se descargan ciertas enzimas o se inhiben. El resultado es que un nuevo impulso eléctrico se genera en esta neurona, y el mensaje continúa a la siguiente neurona. Después de que la dopamina ha saltado al siguiente receptor, eventualmente se cae de nuevo y es removido de la hendidura sináptica y regresado dentro de la primera neurona por las bombas de captación. Para que una transmisión nerviosa sea normal, es importante que la dopamina no se quede en la hendidura.
Las neuronas, para pasar sensaciones, deben comunicarse a través de las sinapsis con ayuda de la dopamina.
Cuando se agrega cocaína
Esto es lo que pasa a la transmisión de las células nerviosas cuando la cocaína entra en el circuito de la gratificación cerebral. La cocaína se adhiere a las bombas de captación que actúan para quitar la dopamina de la sinapsis. Mayor cantidad de dopamina se acumula en la sinapsis, produciendo sentimientos de intenso placer. Desgraciadamente, el uso prolongado de la cocaína causa que el cerebro se adapte y llegue a depender de la presencia de cocaína para funcionar normalmente, porque la cantidad presente de dopamina natural es regularmente baja a la acostumbrada. Incluso mucho tiempo después de que la persona ha dejado de usar la cocaína las anormalidades cerebrales pueden persistir, causando sensación de malestar y anhelando más de la droga para remediar estos sentimientos.
Efectos físicos Anestésico local Energizante cerebral Insomnio y Anorexia Aumento de pulso, temperatura, frecuencia cardiaca y respiratoria. Vasoconstricción y dilatación pupilar. Ojos vidriosos, tos crónica, taquicardia, dilatación pupilar, pérdida de sueño, irritación y sangrado nasal, sudoración o escalofríos, náuseas o vómitos, alucinaciones visuales y táctiles, y pérdida del apetito.
Esquema de la acción de la dopamina en el cerebro de un adicto. Las neuronas son tremendamente afectadas.
Efectos psicológicos
Sensación de euforia y de extrema seguridad en sí mismo además de un estado de alerta intenso, seguido de depresión. Provoca actitudes agresivas y temerarias, así como estados de paranoia. Cambios en el estado de ánimo. Cambios conductuales: euforia, agresión, grandiosidad, estado de alerta, agitación sicomotriz, sentimientos paranoicos y deterioro en el proceso de pensamiento.
La cocaína podría alterar las neuronas de la corteza cerebral
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concluye que el consumo crónico de cocaína podría alterar la estructura de las neuronas de la corteza cerebral. De acuerdo con los resultados del trabajo, estas modificaciones se unirían a otros efectos adversos asociados a la cocaína, como los cambios funcionales que registran el cerebro y la actividad mental humana cuando su consumo es continuado. A partir de estos primeros datos, parece que la cocaína podría ser una droga mucho más peligrosa para el cerebro humano de lo que previamente se pensaba. La actividad de esta parte del cerebro está relacionada con las capacidades que distinguen al hombre de otros mamíferos. Por este motivo, es fundamental saber cómo podemos mantener un cerebro sano y qué sustancias pueden perjudicarlo, como las drogas de abuso, por ejemplo.
Había intentado inhalar por la nariz una pequeña porción de cocaína... pero lo que no sabía era que había caído en las garras de uno de los peores monstruos de hoy: la muerte blanca. Es un estimulante cerebral extremadamente potente, de efectos similares a las anfetaminas. Es altamente adictiva físicamente ya que el organismo no presenta síntomas de saturación (como en el alcohol o la nicotina). El adicto, si tiene acceso a ella, puede suministrarse dosis constantemente provocando la muerte por agotamiento, ataque al corazón o bien derrame cerebral. Reconoce qué hace la cocaína en el cerebro de un adicto.
El consumo de la cocaína se asocia con poder, prestigio y dinero. Se cree que la cocaína aumenta lo potencia sexual y la seguridad en sí mismo, que da mayor claridad mental y que posibilita un mejor rendimiento en las labores escolares y deportivas. Estos siguen siendo mitos, puesto que en la realidad la persona que utiliza cocaína pierde dinero, ya que es extremadamente cara; el prestigio que le ofrece es únicamente en el medio en donde se consume.
El mecanismo de acción de la cocaína implica a las catecolaminas y muy en especial a la dopamina (neurotransmisor asociado con las sensaciones placenteras, provocando un exceso de estimulación). Esta droga aumenta la eficacia sináptica de la dopamina (su capacidad para asociar las neuronas) e inhibe su recaptura, lo que genera un estado de excitación y aumento de la energía mental y física, desaparece la fatiga y se eleva el estado de ánimo. Además de la dopamina, la cocaína incrementa enormemente los niveles de adrenalina, elevando la presión sanguínea y el ritmo cardiaco.
Aunque los efectos inmediatos son una sensación de euforia, claridad mental y alta sociabilidad, estos efectos son utilizados para atraer a más adictos, estos difícilmente están conscientes de que posteriormente aparecen síntomas dañinos y aterrorizadores, como depresión, impotencia, irritabilidad, ansiedad, insomnio, incapacidad de concentración, alucinaciones táctiles (gusanos en la piel), paranoia, psicosis (muy similar a la sufrida en la esquizofrenia), comportamiento violento, taquicardia y vómito.
Cómo actúa la cocaína en el cerebro
Primero estudiemos cómo se comunican las células del cerebro (neuronas), llamada neurotransmisión. Diferentes partes del cerebro regulan distintas funciones: el movimiento, pensamiento, el juicio, la memoria y la gratificación, o el sentimiento de placer que viene posterior al hacer algo agradable (saborear un pedazo de torta, recibir una felicitación, un beso, etc.). Los científicos opinan que todas las drogas de abuso, como la cocaína, el alcohol, la nicotina y la heroína, activan la senda de la gratificación cerebral.
La cocaína puede inhalarse, fumarse (en la forma de freebase o crack), o inyectada. Cuando se inhala, por medio de la nariz, entra en el torrente sanguíneo por la vía de las membranas mucosas y se trasmite a través del cuerpo al cerebro donde actúa para producir su característico clímax. Cuando se fuma, entra en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y se traslada al cerebro. Si se inyecta directamente en el torrente sanguíneo (intravenosa), la cocaína ingresa el cerebro muy rápidamente.
La función normal de la dopamina
El hueco donde una señal eléctrica salta de una neurona a otra se llama la hendidura sináptica. Puesto que el impulso no puede cruzar una abertura como impulso eléctrico, cruza como mensaje químico por medio de neurotransmisores como lo describimos anteriormente. Un neurotransmisor importante involucrado en la experiencia placentera se llama dopamina.
Cuando un impulso eléctrico llega al final de la neurona, la vesícula pasa a la membrana nerviosa y descarga su contenido de dopamina en la hendidura sináptica. La dopamina cruza el hueco y se adhiere a los sitios receptores, en la membrana de la siguiente neurona. Cuando la dopamina bloquea un receptor, varias acciones tienen lugar en esa neurona: ciertos iones salen o entran y se descargan ciertas enzimas o se inhiben. El resultado es que un nuevo impulso eléctrico se genera en esta neurona, y el mensaje continúa a la siguiente neurona. Después de que la dopamina ha saltado al siguiente receptor, eventualmente se cae de nuevo y es removido de la hendidura sináptica y regresado dentro de la primera neurona por las bombas de captación. Para que una transmisión nerviosa sea normal, es importante que la dopamina no se quede en la hendidura.
Cuando se agrega cocaína
Esto es lo que pasa a la transmisión de las células nerviosas cuando la cocaína entra en el circuito de la gratificación cerebral. La cocaína se adhiere a las bombas de captación que actúan para quitar la dopamina de la sinapsis. Mayor cantidad de dopamina se acumula en la sinapsis, produciendo sentimientos de intenso placer. Desgraciadamente, el uso prolongado de la cocaína causa que el cerebro se adapte y llegue a depender de la presencia de cocaína para funcionar normalmente, porque la cantidad presente de dopamina natural es regularmente baja a la acostumbrada. Incluso mucho tiempo después de que la persona ha dejado de usar la cocaína las anormalidades cerebrales pueden persistir, causando sensación de malestar y anhelando más de la droga para remediar estos sentimientos.
Efectos físicos Anestésico local Energizante cerebral Insomnio y Anorexia Aumento de pulso, temperatura, frecuencia cardiaca y respiratoria. Vasoconstricción y dilatación pupilar. Ojos vidriosos, tos crónica, taquicardia, dilatación pupilar, pérdida de sueño, irritación y sangrado nasal, sudoración o escalofríos, náuseas o vómitos, alucinaciones visuales y táctiles, y pérdida del apetito.
Esquema de la acción de la dopamina en el cerebro de un adicto. Las neuronas son tremendamente afectadas.
Efectos psicológicos
Sensación de euforia y de extrema seguridad en sí mismo además de un estado de alerta intenso, seguido de depresión. Provoca actitudes agresivas y temerarias, así como estados de paranoia. Cambios en el estado de ánimo. Cambios conductuales: euforia, agresión, grandiosidad, estado de alerta, agitación sicomotriz, sentimientos paranoicos y deterioro en el proceso de pensamiento.
La cocaína podría alterar las neuronas de la corteza cerebral
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concluye que el consumo crónico de cocaína podría alterar la estructura de las neuronas de la corteza cerebral. De acuerdo con los resultados del trabajo, estas modificaciones se unirían a otros efectos adversos asociados a la cocaína, como los cambios funcionales que registran el cerebro y la actividad mental humana cuando su consumo es continuado. A partir de estos primeros datos, parece que la cocaína podría ser una droga mucho más peligrosa para el cerebro humano de lo que previamente se pensaba. La actividad de esta parte del cerebro está relacionada con las capacidades que distinguen al hombre de otros mamíferos. Por este motivo, es fundamental saber cómo podemos mantener un cerebro sano y qué sustancias pueden perjudicarlo, como las drogas de abuso, por ejemplo.