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En su momento fue una novedad de ingeniería, el puente de hormigón armado y arco con mayor vano del mundo, pese a que en el libro Guinness figura por error el de Gladesville, Australia, que fue concluido solo tres años después. CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). Para rendir homenaje a los constructores del Puente de la Amistad, se realizó un acto donde comienza el puente del lado paraguayo.
Los funcionarios municipales ovacionaron a los pioneros constructores.
Uno de ellos, Reinaldo Chávez, de 70 años, muy lucidamente relató a nuestro diario que durante la construcción del puente, en el año 1956, era puro monte lo que cubría el centro de Ciudad del Este. Que los pobladores de la zona empezaban recién a abrir caminos de tierra, pero ya existía un fuerte presentimiento de que en pocos años, ese tupido monte se llenaría de calles y de intensa actividad comercial.
Durante la construcción del Puente de la Amistad trabajaron más de 600 paraguayos, varios de ellos se quedaban en una pensión llamada "Paraná", cuya propietaria, de nombre Cristina, es también del actual hotel "Mi abuela", que está en el centro de Ciudad del Este.
Los operarios trabajaban unas 10 horas por día y ganaban 17 cruzeiros por hora, que entonces equivalía a 4.500 guaraníes, contaron los pioneros.
Dijeron que trabajar en aquella obra era un orgullo, ya que incluso eran mejor remunerados que los militares que protegían la zona primaria.
Los funcionarios municipales ovacionaron a los pioneros constructores.
Uno de ellos, Reinaldo Chávez, de 70 años, muy lucidamente relató a nuestro diario que durante la construcción del puente, en el año 1956, era puro monte lo que cubría el centro de Ciudad del Este. Que los pobladores de la zona empezaban recién a abrir caminos de tierra, pero ya existía un fuerte presentimiento de que en pocos años, ese tupido monte se llenaría de calles y de intensa actividad comercial.
Durante la construcción del Puente de la Amistad trabajaron más de 600 paraguayos, varios de ellos se quedaban en una pensión llamada "Paraná", cuya propietaria, de nombre Cristina, es también del actual hotel "Mi abuela", que está en el centro de Ciudad del Este.
Los operarios trabajaban unas 10 horas por día y ganaban 17 cruzeiros por hora, que entonces equivalía a 4.500 guaraníes, contaron los pioneros.
Dijeron que trabajar en aquella obra era un orgullo, ya que incluso eran mejor remunerados que los militares que protegían la zona primaria.