Carbón de cascarilla de arroz

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El carbón de cascarilla de arroz empleado como sustrato es una interesante y económica alternativa en la producción de flores de corte y de plantas ornamentales, pues resulta limpio, con un pH ligeramente alcalino, rico en calcio y potasio; además, si se lo mezcla con tierra, evita la compactación del suelo. El carbón de arroz es el componente básico de los sustratos más empleados, comparándolo con otros compuestos, en las diferentes etapas de producción de plantas. Entre las ventajas que tiene el uso del carbón de cascarilla de arroz, también se puede mencionar que favorece la aireación del suelo, absorbe y conserva la humedad del suelo, no contiene microorganismos y resulta de bajo costo y rápida preparación.
En cama enraizadora se emplea 100% de carbón de cascarilla de arroz; en los semilleros, 60% de carbón y 40% de tierra. Para las bolsas y macetas, se recurre a diversos compuestos, aunque el carbón sigue siendo básico. Es así que se utiliza 25% de carbón, 20% de tierra, 25% de estiércol y 30% de humus. Para la elaboración de otros sustratos, generalmente se recurre a 10% de carbón, 30% de humus, 10% de perlita, 10% de vermiculita y 40% de musgo.
Para elaborar el carbón de arroz se necesitarán: cascarilla de arroz; hornillo de lata; chimenea; leña seca; fósforo; machete y azada; pala y rastrillo; agua; bolsas; manguera o regadera.
El lugar donde se elaborará el carbón debe ser abierto y aireado, alejado de la vivienda, para evitar problemas con el humo.
Luego de reunir los materiales necesarios, se deben seguir los siguientes pasos:
Queme la leña seca hasta lograr abundante brasa. Luego coloque el hornillo encima de la misma.
Coloque la chimenea en el centro de la hornilla, de manera que quede recta.
Apile la cascarilla de arroz alrededor de la hornilla, en forma de talud o montillo, procurando que la parte final de la chimenea quede libre, para facilitar la salida del humo. El quemado de la cascarilla de arroz avanzará en forma lenta, del centro hacia los extremos. Se debe procurar que el quemado sea uniforme. A medida que se vaya quemando, se debe agregar más cascarilla de arroz hasta alcanzar la orilla.
Apague las brasas, regando abundantemente cuando haya logrado un quemado uniforme en toda la superficie, para evitar convertir la cascarilla en cenizas.
Retire la chimenea y la hornilla, y siga regando abundantemente hasta llegar a apagar completamente.

Fuente: MAG/DEAg
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