Cámara más antigua del mundo

VIENA. El primer daguerrotipo comercial del mundo, el precedente de las modernas cámaras de fotografía, se vendió hoy en subasta en Viena al estratosférico precio de 732.000 euros y se convirtió así en la cámara más cara del mundo y de la historia.

"Esta es la primera cámara comercialmente producida. Fue creada en 1839 siguiendo el diseño de Louis Daguerre por su cuñado Alphonse Giroux", explicó a EFE Martin Reinhart, responsable de subastas de la galería fotográfica vienesa Westlicht.
  
En concreto, esta cámara de madera de cajón deslizante fue fabricada en París en septiembre de 1839 por el cuñado de Louis Daguerre, quien fue el inventor del primer proceso fotográfico comercial. El aparato cuenta precisamente con un sello con su firma para verificar su autenticidad.
   
"Esta cámara supone el punto de partida de la fotografía comercial. La fotografía abandonó así su condición experimental", agregó Reinhart sobre el aparato vendido.
  
Este daguerrotipo ha sido descubierto de forma reciente y se encuentra en unas condiciones de conservación muy buenas, lo que lo hace aún más valioso porque quedan muy pocos modelos originales, alrededor de una decena, y todos se encuentran en museos públicos.
  
Hasta ahora, el aparato, que pesa unos cinco kilos, estuvo en manos de una familia alemana durante generaciones, y nunca antes se había documentado su existencia. Su actual dueño lo recibió como regalo de su padre en la década de 1970.
  
Tal es su grado de conservación que el lote incluye incluso unas instrucciones originales en alemán de 1839.
  
El peritaje para autentificar el aparato corrió a cargo de Michel Auer, un conocido experto suizo en cámaras históricas.
   
"La lente era muy lenta y requería de alrededor de media hora para poder hacer una foto", explicó Reinhart, quien aseguró que la maquinaria está en perfectas condiciones y se podría seguir utilizando.
  
El precio de salida de la subasta fue de 200.000 euros y la cifra alcanzada ha superado ampliamente el anterior récord pagado por una cámara, que también lo ostenta Westlicht, al vender en 2007 por 576.000 euros un daguerrotipo fabricado por la firma parisiense Susse Fréres, también en 1839.
  
El anónimo comprador de ese aparato lo cedió para su exposición a la galería, que lo tiene dentro de su gran catálogo de cámaras históricas.
  
Giroux y los hermanos Susse fueron los únicos que se hicieron con los derechos para fabricar el invento de Daguerre, y la cámara hoy subastada es unos días anterior a la de sus competidores.
  
La Academia de Ciencias de París publicó el 19 de agosto de 1839 el descubrimiento del daguerrotipo y apenas dos semanas después comenzó a producirse el invento de forma comercial.
  
Tras obtener Daguerre la patente por su invento en 1839, el Gobierno francés se la compró y la hizo pública anunciándola como "un regalo para la humanidad".
  
En cualquier caso, hacer una fotografía con un daguerrotipo no es un proceso fácil; además del gran tiempo de exposición, su extrema sensibilidad a la luz y su fragilidad lo hace difícil de manejar, por no hablar de su complejo proceso químico.
  
El gran tiempo de exposición hace que muchos de los daguerrotipos tomados en ciudad presenten urbes que parecen deshabitadas, ya que al moverse los viandantes no aparecían en la imagen. Y para los retratos se exigía a los fotografiados que no hicieran el más mínimo movimiento durante al menos 15 minutos.
  
En el mundo de la fotografía se tardó aún medio siglo en inventar un modelo más sencillo para registrar la realidad, y lo hizo posible George Eastman en 1888, al inventar el rollo fotográfico, un paso adelante respecto a los caros cristales necesarios en los daguerrotipos.
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