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Optimizar el confort térmico y el ahorro energético en Paraguay constituye un interés creciente para los constructores.
Cada día son más las personas con conciencia medioambiental que optan por productos y servicios que no dañen el medio ambiente. El calentamiento global es un problema que no excluye a nadie y, por eso, muchas empresas ya han adoptado prácticas "verdes".
En nuestro país, las proyecciones arquitectónicas buscan el acondicionamiento artificial sin tener en cuenta el gasto energético y económico que produce. Pero esto va desplazándose poco a poco con nuevas tendencias tales como la llamada "cultura ecoamigable", que involucra autos híbridos o los electrodomésticos de bajo consumo eléctrico. La ecoarquitectura también comienza a colaborar en nuestro país y con el planeta.
¿Cómo?
La arquitectura bioclimática es el diseño estructural que tiene en cuenta las condiciones climáticas y que a la vez aprovecha los recursos naturales pretendiendo reducir el consumo de energía.
En cierta forma, otorga confort térmico a los ocupantes de edificaciones que utilizan esta técnica ahorrando un significativo consumo de energía, lo cual permitiría beneficios en varios sentidos, desde el punto de vista económico y principalmente ecológico.
Por ejemplo, una casa diseñada en términos ecoarquitectónicos es eficiente, ya que es capaz de reducir las emisiones de dióxido de carbono, lo que maximiza el grado de bienestar a los ocupantes y también contribuiría al saneamiento ecológico que hace falta.
Al captar energía solar, ésta se acumula en el día y libera en horas de la noche, lo que mantiene fresca la estructura hasta la jornada siguiente. La radiación solar es la principal fuente energética para climatización de los diseños bioclimáticos.
En las temporadas de calor, el propósito es maximizar ganancias y minimizar pérdidas con la renovación y refrigeración del ambiente. En invierno, es limitar ganancias y favorecer la expulsión de energía captando recursos en la acumulación de energía y restitución de la misma con iluminación y ventilación.
Para el arquitecto Raúl Montero Bray, profesor de la Universidad Nacional de Asunción, consiste básicamente en armonizar las edificaciones con el clima, tratar de lograr en lo posible el mayor confort térmico con medios pasivos, que son materiales de construcción apropiados y sistemas de diseños apropiados.
Relata que en todas las edificaciones en Paraguay, entre los años 1930 y 1940, se aplicaban los criterios bioclimáticos: techos altos, cielos rasos, paredes gruesas. Explicó también que con la era moderna se dispersaron estas preferencias reemplazándolas por construcciones con techos bajos de hormigón armado, sin cielos rasos, lo que implica economizar pero constituye un peligro; aunque ahora resurge esta tendencia por la "situación en la que se encuentra nuestro planeta con los problemas del calentamiento global".
Desventajas
Entre las desventajas están los altos costos de inversión si se utiliza alta tecnología, pero ello se compensaría con la disminución del consumo de energía. Igualmente, es necesario tomar en cuenta la poca posibilidad de que este concepto sea aplicable en ambientes urbanos que no tienen una planificación amigable con el medio ambiente.
Arquitectura bioclimática en el mundo
Los países que llevan la delantera en esta tendencia son los europeos. Existen certificaciones del comportamiento energético, la famosa norma LEED -sistema de certificación de edificios sostenibles-, en Estados Unidos y que también se está implementando en los últimos años en Sudamérica.
Los diseños van desde rascacielos ecológicos, pequeños poblados o ecoaldeas y ciudades ecológicas futuristas.
Estas razones son suficientes para que la gente tome conocimiento de esta nueva tendencia para ir recurriendo a una nueva forma de vivir: la de cuidar el medio ambiente.
Y por ende, las circunstancias en la que se encuentra la madre naturaleza empujan a adoptar los conceptos de la arquitectura bioclimática.