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Con nuestros conflictos internos y la búsqueda de equilibrio.
Por ejemplo, el acné juvenil es algo muy común en la adolescencia.
Frente a estas patologías, la solución no es ignorarlas creyendo que responden a un fenómeno pasajero, ligado a los cambios hormonales propios de la pubertad, y destinados a desaparecer solos, comenta.
Es una enfermedad que debe ser tratada con la ayuda de productos farmacéuticos y cosmetológicos. Además, es fundamental la prevención frente a las primeras manifestaciones en la piel.
Con una intervención rápida se pueden mejorar las condiciones de la piel, y evitar consecuencias peores como las marcas permanentes.
ESTETICA
La profesional en belleza aclara, que para los adolescentes, la esteticista juega un papel muy importante, tanto en la prevención como en la resolución de problemas. Cuando el acné ya se manifestó, se puede recurrir a tratamientos cosmiátricos.
Este antiestético problema obedece, básicamente, a un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas, que al producir excesiva grasitud, no dan tiempo al organismo a poner en marcha el proceso natural de purificación de la piel, comenta.
LOS PUNTOS NEGROS
La primera fase de formación del acné puede ser combatida en forma exitosa con un tratamiento de limpieza profunda, que junto con una buena alimentación, se convierten en aliados incondicionales para combatir los puntos negros.
Los comedones cerrados son puntos negros sin orificios. En este caso es necesario aplicar un producto exfoliante, aplicado por una profesional, para que una vez que se abra el poro, pueda quitarse el comedón como en el caso anterior.
Las pústulas se producen cuando se acumula pus en los poros, dentro o debajo de la epidermis.
El acné que trata la cosmetóloga es el comedoniano, sobre el cual se realiza la higiene, asepsia y cicatrización. Cuando se trata de acné de carácter endocrino, interno, deberá respetarse la indicación del médico.