Gobierno olvidó a la capital itapuense

La imagen que proyecta Encarnación en el sector del acceso al puente internacional es lamentable. La puerta de entrada al país muestra uno de los rostros más feos de una ciudad que se ganó el sitial de destino turístico de relevancia. El gobierno central se olvidó de la capital itapuense.

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La primera impresión de quien ingresa a través del puente internacional “San Roque González de Santa Cruz” es que se trata de una ciudad desordenada, sucia, caótica. Y la última imagen que se lleva es el de la violencia y el descontrol que se vive cotidianamente en el sector de acceso al centro de fronteras.

Cruzar el puente con destino a la vecina Posadas se convirtió en un verdadero calvario. Largas horas de espera bajo el calcinante sol, soportar el asedio de vendedores callejeros de toda laya, y tragarse la frustración cuando algún avivado se adelanta en la fila de vehículos sin tener a quién reclamar, y ocasionales escenas de pugilato, conforman el escenario donde se desarrolla el drama cotidiano de quienes necesitan transponer la frontera.

Lo que se vivencia es esos últimos 300 metros del acceso al centro de fronteras refleja mucho de nosotros mismos como país. Desorden e improvisación, informalidad, poco apego a cumplir las normas de convivencia pacífica, la prepotencia como argumento.

El drama cotidiano en este paso fronterizo es reflejo de la desidia, de la falta de liderazgo de nuestras autoridades. Desde antes del inicio del periodo de vacaciones, en que usualmente se registra el mayor flujo de pasajeros, se viene hablando de la necesidad de habilitar una vía única de acceso al centro de fronteras que permitiría un mejor ordenamiento. A un mes de que culmine la temporada, y el avance fue nulo.

El puente internacional está bajo administración del Gobierno central, que a través de sus respectivas reparticiones debe canalizar las decisiones administrativas y los recursos necesarios. Pero al parecer el drama que viven miles de personas todos los días en este paso fronterizo no está entre sus prioridades.

Tampoco está entre las preocupaciones de nuestros representantes regionales (diputados y senadores), muy atareados en mantener sus conchabos como para ocuparse de otros asuntos.

jaroa@abc.com.py

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