Elecciones: en busca del entusiasmo perdido

Las elecciones internas (que en otros lares llaman “primarias”) de todos los partidos –de la oposición y el oficialismo– que se harán el 18 de diciembre, serán singulares y complicadas debido a una serie de factores que no se dieron en periodos anteriores.

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Para empezar, en la oposición y el oficialismo, no hay candidaturas que despierten entusiasmo y mucho menos pasión (no confundir con fanatismo), que si había en otras elecciones.

En la oposición, parece atractiva la idea de que todos los ciudadanos inscriptos en el padrón puedan elegir una chapa presidencial que represente a los partidos que integran la Concertación.

Sin embargo, el mecanismo parar elegir en un mismo local electoral esa chapa y también a los candidatos al Parlamento y a las gobernaciones de cada partido puede complicar la cuestión.

El riesgo es que solamente vayan a votar los afiliados a los partidos, con lo cual es obvio que el gran favorecido será el PLRA (en particular su presidente Efraín Alegre), con una aplastante mayoría en comparación a los demás partidos.

La manera de evitar esto sería que los candidatos presidenciales de los otros partidos: el diputado Sebastián Villarejo (PQ) o Hugo Portillo (PDC) logren entusiasmar al electorado independiente para que acuda a votar masivamente por ellos, algo que parece bastante difícil.

Esta situación hace que la dupla Euclides Acevedo-Jorge Querey quiera presentarse como una alternativa viable para opositores y colorados.

La falta de entusiasmo también afecta a la ANR, aunque algunos líderes locales procuren disimularlo repartiendo sandwiches (pero no asado) a la concurrencia.

Esto posiblemente se deba a que los dos candidatos “colorados” que se disputan la “chapa” presidencial para el 2023, Santiago Peña (Honor Colorado) y Arnoldo Wiens (Fuerza Republicana), fueron digitados, son productos de encuestas de opinión y del marketing político más que líderes surgidos de las bases o de la militancia partidaria.

Si la Constitución y las leyes lo permitieran, la disputa electoral en la ANR en este momento debería ser entre el expresidente Horacio Cartes y el actual presidente Mario Abdo Benítez, que son los líderes que realmente confrontan.

Pero, ninguno de los dos puede ser candidato a la reelección porque nuestra Carta Magna lo prohibe.

No obstante, ambos disputarán la presidencia del Partido Colorado. Este enfrentamiento será muy novedoso ya que se dará entre dos personajes que cargan con un alto porcentaje de rechazo e imagen negativa. Es decir, se dará una pelea para ver quien es menos rechazado.

Algo similar puede ocurrir en las elecciones generales del 30 de abril de 2023, dependiendo de los resultados de las internas del 18 de diciembre.

Si en la Concertación gana Efraín Alegre-Soledad Núñez, algunas encuestas aseguran que el liberal tiene un alto nivel de rechazo, inclusive dentro de su partido.

Si en la ANR gana la dupla cartista Santiago Peña-Pedro Alliana, se da la misma situación sobre un rechazo del electorado de su propio sector político.

Por ahora, todo pasa por un sin fin de cálculos en base a la imagen negativa y el rechazo a los candidatos, cuestión que no ayuda precisamente a entusiasmar al electorado.

mcaceres@abc.com.py

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