Los partidos de oposición, que habían logrado confluir en una Concertación, en la que se encontraba la mayoría de ellos, ahora están divididos, casi irremediablemente.
La opción del presidente del PLRA, Efraín Alegre, por una compañera de fórmula de tinte conservador motivó la salida de la Concertación por parte de algunos partidos del sector progresista.
Los otros candidatos liberales, Hugo Fleitas, gobernador de Cordillera y Martín Burt, exintendente de Asunción eligieron duplas que poco y nada aportan de sorpresa o novedad.
Quienes asesoran a Alegre apuntan a un electorado nacional de perfil juvenil, clase media, con algunas inquietudes, que le aporten los votos que le faltaron en 2018 en las grandes urbes.
En caso que llegue finalmente a ser el candidato, en estas condiciones, habrá que ver si el cálculo de los votos que suma con Soledad Núñez menos los que pierde con los disgustados por su decisión le es favorable.
Otra cuestión que está en los cálculos del equipo de Alegre es que la elección se polarizará con el candidato colorado, que esperan sea el cartista Santi Peña porque eso, presuntamente, le daría ventaja.
Lo que no tiene casi en cuenta Efraín es cuanto lo perjudica y le resta votos la polarización que existe en su mismo partido
En tanto, los partidos de izquierda, agrupados en el Frente Guasu-Ñemongeta, vienen recibiendo golpe tras golpe. Primero, su exclusión de la fórmula presidencial por parte del PLRA, luego la renuncia a su candidatura de la senadora Esperanza Martínez y, finalmente, la enfermedad e internación de su principal figura política, el expresidente Fernando Lugo.
En este escenario, a los sectores progresistas no les queda más que pelear por lograr visibilidad y protagonismo para que esta seguidilla de dificultades no desemboque en un fracaso electoral.
La opción que manejan es integrar una dupla presidencial con Euclides Acevedo, veterano dirigente opositor que hasta hace poco integraba el Gabinete de Mario Abbo Benítez
Está por verse la capacidad de Euclides y su dupla de ser una opción con posibilidades reales de entrar en la pelea o si simplemente dividirá votos de la oposición (aunque él cree que tendrá votos colorados) o si no será más que una candidatura testimonial.
Este panorama complicado de la oposición no redunda en beneficio automático para los colorados, porque su división es tal vez peor.
Tras el señalamiento del expresidente Horacio Cartes por los EE.UU. como significativamente corrupto, el mazazo le cayó al vicepresidente Hugo Velázquez, que salió de la carrera presidencial.
Con la apresurada nominación de Arnoldo Wiens como nuevo candidato oficialista, el camino parece allanado para que Peña gane las elecciones de diciembre y sea el candidato oficial colorado.
Pero, si se concretan los rumores de nuevos señalamientos desde la Embajada de EE.UU., en particular si toca a familiares del candidato cartista, como se especula, puede variar nuevamente este ya complejo panorama preelectoral.