El perro más feo del mundo es Wild Thang y su vida no ha sido fácil. Nació en Los Ángeles y, con tan solo diez semanas, contrajo moquillo canino, una enfermedad viral que presenta alta mortalidad y morbilidad en perros domésticos.
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Ann Lewis, su dueña, compartió que, pese a sobrevivir, el perro sufrió daños permanentes: “Sus dientes no crecieron, lo que provoca que su lengua esté siempre fuera. Su pata delantera derecha cuelga de forma constante”, comentó Lewis al recibir el premio. En su cuenta oficial de Instagram se pueden ver videos y fotos del perro más feo del mundo.
El segundo lugar del concurso fue para Roma, un pug de catorce años en silla de ruedas, que participaba por primera vez. Michelle Grady, su dueña, recibió un premio de 3.000 dólares y expresó su entusiasmo: “Me encanta el concurso, me gusta que se muestren perros con imperfecciones. Roma se ha divertido mucho”. Además, Roma ganó el Premio People’s Choice gracias a la mayoría de votos en línea de los fanáticos.
Objetivo del concurso del perro más feo del mundo: conciencia sobre la adopción
Tawny Tesconi, directora ejecutiva de la feria de Sonoma-Marin, explicó que, aunque el concurso celebra las peculiaridades que hacen adorables a los perros, muchos de ellos son rescatados de refugios y criaderos. “Usamos la diversión y la notoriedad de este evento para crear conciencia sobre la adopción de perros”, destacó Tesconi.
En esta edición del concurso, algunos de los jueces fueron Linda Witong Abrahm, defensora de los derechos humanos, y Gadi Schwartz, corresponsal de NBC News.
El World’s Ugliest Dog de Petaluma es un evento anual que celebra la singularidad y encantos de perros con imperfecciones, mientras promueve la adopción de animales rescatados. Este año, Wild Thang, un pequinés de ocho años, se coronó campeón, y Roma, un pug de catorce años, obtuvo el segundo lugar y el premio del público.