“La inactividad física es el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad mundial. La actividad física moderada con regularidad es una de las maneras más sencillas de mejorar la salud y mantenerse sano”, señala la nutricionista clínica Gianette Trotte.
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“La práctica habitual de actividad tiene el potencial de prevenir y controlar muchas enfermedades (como las cardiovasculares, la diabetes, la obesidad y la osteoporosis), aumentar su capacidad física y mejorar las relaciones interpersonales”, recalca.
Gianette Trotte además manifiesta que ayuda a reducir el estrés y rebajar los niveles pocos saludables de colesterol y de tensión arterial, así como la prevención del riesgo de sufrir algún tipo de cáncer. ”Movete para vivir, todo paso cuenta”.