“Si bien algo de estrés sin duda tiene una ventaja evolutiva, cuando esta respuesta de estrés intermitente se vuelve constante día tras día, deja de ser una ventaja y se convierte en una amenaza para su bienestar físico, psicológico y emocional”, afirma la experta en nutrición y alimentación Carolina Sosky.
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Dice la nutricionista personalizada que “el estrés fisiológico puede aumentar la frecuencia cardíaca y la demanda de oxígeno, lo que provoca la constricción de las arterias del corazón y un mayor riesgo de ataque cardíaco. El estrés también afecta la salud mental, la memoria, las capacidades de aprendizaje y los sistemas gastrointestinal e inmunológico”.
“Si no se tratan, los efectos secundarios asociados con el estrés crónico pueden volverse severos, lo que lleva a hábitos de afrontamiento poco saludables, trastornos de salud mental o el desarrollo de otras afecciones crónicas, como enfermedades cardíacas o diabetes.”
Además afirma que “Hay muchas causas diferentes de estrés, y cada persona procesa y responde a sus factores estresantes de manera diferente. La clave es comprender las causas y los desencadenantes del estrés y aprender estrategias para afrontarlo, reducirlo o eliminarlo antes de que se conviertan en un problema”, señala Carolina Sosky y explica sobre algunos de los síntomas, causas y desórdenes gastrointestinales.
Síntomas del estrés
Los signos y síntomas del estrés se expresan de múltiples maneras y afectan al cuerpo, al estado de ánimo y al comportamiento.
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El impacto del estrés en el cuerpo se puede manifestar como:
- Dolores de cabeza.
- Dolor de pecho.
- Fatiga.
- Tensión o dolor muscular.
- Problemas para dormir.
- Disfunción eréctil.
- Dolor abdominal.
Las condiciones físicas que el estrés crónico puede afectar incluyen:
- Enfermedad del corazón.
- Problemas respiratorios, como asma e infecciones respiratorias.
- Diabetes.
- Alta presión.
- Desórdenes gastrointestinales.
- Disfunción sexual.
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- Obesidad.
- Enfermedades autoinmunes.
- Enfermedades autoinmunes
- Sistema inmunológico debilitado.
El estado de ánimo también se puede ver afectado por el estrés y se puede expresar con:
- Irritabilidad.
- Cambios de humor.
- Depresión y tristeza.
- Falta de motivación.
- Falta de concentración.
- Disminución del deseo sexual.
- Inquietud.
- Negatividad.
- Ansiedad.
- Baja autoestima.
- Dificultad para dormir.
- Aumento de infecciones o enfermedades.
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Cuando el estrés afecta a la salud física y mental, puede conducir a comportamientos peligrosos y poco saludables, que incluyen:
- Comer en exceso.
- Comer menos de lo necesario.
- Arrebatos de ira.
- Menos ejercicio físico.
- Aislamiento social.
- Abuso de drogas y alcohol.
- Higiene personal reducida.
- Hábitos compulsivos como morderse las uñas y tocarse la piel.
Algunas formas de enfrentar el estrés:
Se ha demostrado que los ejercicios de respiración, el yoga y la meditación reducen el estrés.
Es importante identificar nuestras fuentes de estrés e intentar reducir o eliminar estos factores desencadenantes.
Algunas de las causas más comunes de estrés incluyen:
- Enfermedad crónica.
- Problemas de pareja.
- Muerte de un ser querido.
- Perder un trabajo.
- Presiones del trabajo, universidad o colegio.
- Problemas financieros.
- Eventos traumáticos.
“Es importante recordar que el estrés es una respuesta altamente individualista a ciertas situaciones y eventos. Lo que es estresante para una persona puede no serlo para otra. La forma en que lo enfrentamos también difiere de persona a persona”, concluye Carolina Sosky.