Los verificadores se alían frente al dominio de las tecnológicas armadas con la IA

SARAJEVO. ¿Serán las grandes tecnológicas potenciadas por la inteligencia artificial el nuevo poder establecido? Esta pregunta formulada durante la cumbre mundial de verificadores, celebrada en Sarajevo, ilustra el panorama frente al que los especialistas en la lucha contra la desinformación han renovado su alianza con la voluntad de proteger la democracia.

Un teléfono celular con los íconos de diferentes apps y redes sociales en la pantalla.
Un teléfono celular con los íconos de diferentes apps y redes sociales en la pantalla.Shutterstock

El politólogo estadounidense Steve Levitsky subrayó con este interrogante la incertidumbre acerca de la dimensión que alcanzará el poder de las grandes empresas tecnológicas que desarrollan la IA.

Así lo hizo durante la última sesión de la Global Fact 11, conferencia que ha congregado esta semana en la capital de Bosnia-Herzegovina a 500 expertos de todo el mundo.

Una amenaza a la democracia

Ese dominio inquieta a los verificadores porque temen el impacto que la falta de control sobre las decisiones de dichas empresas puede tener en la creciente cantidad de desinformación que se propaga en las redes sociales y cómo eso afecta a la manipulación y la erosión de la democracia, aspectos sobre los que urgió a actuar la periodista y nobel de la paz Maria Ressa en la jornada inaugural.

La IA supone ya un reto presente por su capacidad para potenciar la propagación de la desinformación, como expone a EFE Angie Holan, la directora de la Red Internacional de la Verificación (IFCN, por sus siglas en inglés), entidad organizadora de la Global Fact.

"El entorno es el más difícil que he visto, pero también tenemos más recursos que nunca", apunta Holan sobre la situación de la lucha contra la desinformación.

En el desafío inmediato que constituye la IA generativa, con la que se pueden crear textos, sonidos o imágenes falsos indistinguibles de la realidad pero también desarrollar herramientas de gran utilidad periodística, la especialista de la Universidad de Harvard Nikita Roy animó a los verificadores a "liderar esta revolución" con el aprovechamiento de la inteligencia artificial para la producción de contenidos éticos y responsables a gran escala.

Tensiones con las plataformas

En todo caso, las demandas de la comunidad de la verificación a las plataformas para que actúen de forma más contundente contra la difusión de contenidos falsos son permanentes y volvieron a manifestarse en la Global Fact de Sarajevo, en sesiones críticas con TikTok, YouTube y, en menor medida, con Meta.

La razón de esta diferencia es que Meta tiene un programa de verificación "estructurado y pactado con la comunidad" de la IFCN, que le permite ser más eficiente que iniciativas puestas en marcha por otras compañías", explica a EFE Lucas Graves, investigador académico de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Las fricciones también se deben a que las relaciones entre los "fact-checkers" y las grandes tecnológicas son complejas.

Las propietarias de las redes sociales pagan a estos medios especializados por verificar contenidos en sus plataformas, en lo que Holan describe como "una compensación adecuada por el trabajo que realizan", sin que ello suponga un obstáculo para que las citadas organizaciones sean exigentes en sus demandas de acciones efectivas contra la desinformación.

"Creo que en la medida en que las plataformas tecnológicas sean sinceras en su deseo de mejorar los ecosistemas de información, la relación puede ser muy positiva y productiva", afirma la directora de la IFCN.

En sentido contrario, añade: "Donde podemos tener problemas es cuando las principales plataformas, por una serie de razones, no quieren abordar con franqueza los daños que puede causar la desinformación o las medidas preventivas que vemos problemáticas".

El impacto de las acusaciones de censura

No obstante, esos importantes vínculos económicos y las dudas sobre su continuidad son un constante motivo de preocupación para los verificadores, como se demuestra en cada una de estas cumbres anuales.

A la mencionada inquietud se ha añadido una nueva amenaza en la Global Fact de Sarajevo, puntualiza Lucas Graves, quien considera que la campaña que acusa a los verificadores de practicar la censura y coartar la libertad de expresión llevada a cabo en varios países, con especial incidencia en Estados Unidos, puede influir negativamente en las decisiones de las plataformas en apoyo de la verificación de contenidos.

Por ese motivo, 130 medios de comunicación de 80 países, entre los que se encuentra EFE Verifica, han suscrito en esta cumbre la Declaración de Sarajevo, que se opone a las citadas acusaciones y reivindica la verificación como “parte de una prensa libre y de un periodismo de alta calidad”.

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