Soyuz poner en órbita satélites extranjeros

MOSCÚ. Un cohete ruso Soyuz-2.1b puso en órbita 36 satélites de comunicación de la compañía británica OneWeb, informó Roscosmos, la agencia espacial rusa.Los aparatos lanzados hoy se unirán a la constelación de 110 satélites de OneWeb que giran entorno a la Tierra a una distancia de cerca de 1.200 kilómetros y que tiene como fin ofrecer servicios globales de internet de banda ancha.

Lanzamiento del cohete ruso Soyuz que lleva al espacio a unos 38 satélites extranjeros.
audima

Soyuz despegó del cosmódromo ruso de Vostochny, en el Lejano Oriente, y comenzó a poner en órbita 36 satélites del operador británico Oneweb, que despliega una constelación para proporcionar internet de alta velocidad en todo el mundo.

Anunció la agencia espacial rusa Roskosmos que “el lanzamiento y la separación del bloque superior del tercer piso se llevó a cabo con normalidad”.

“Podemos confirmar que nuestra sexta separación terminó. Más de la mitad de nuestros satélites ya han salido”, informó Oneweb.

En total, serán necesarias un total de nueve separaciones para desplegar a toda la flota.

Oneweb, propiedad del gobierno británico junto con el indio Bharti, prevé un internet mundial operativo a finales de 2022 con 650 satélites en órbita. El lanzamiento anterior de 36 aparatos también tuvo lugar en diciembre de 2020 desde Vostochny.

Según un contrato con el europeo Arianespace confirmado en septiembre pasado, entre diciembre de 2020 y finales de 2022 están previstos 16 lanzamientos de Soyuz para completar la red Oneweb.

Se están llevando a cabo varios proyectos para crear constelaciones que proporcionen una internet global desde el espacio.

El millonario estadounidense Elon Musk, fundador de la compañía espacial SpaceX, puso ya en órbita con este fin un millar de satélites para crear la red Starlink.

El fundador de Amazon, Jeff Bezos, tiene un proyecto similar llamado Kuiper.

El lanzamiento de este jueves se realizó desde el cosmódromo Vostochny, cuya construcción en Rusia ha estado salpicada de escándalos de corrupción y retrasos.

Situada en el Extremo Oriente, cerca de la frontera con China, esta base de lanzamiento está llamada, a largo plazo, a reemplazar la de Baikonur que Moscú alquila a Kazajistán desde la caída de la Unión Soviética en 1991.

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