El senador cartista Hernán David Rivas Román organizó el martes pasado una conferencia de prensa en la sede del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) para “responder” los cuestionamientos sobre las inconsistencias en sus declaraciones juradas de bienes. Sin embargo, el legislador colorado -que renunció a la presidencia, pero sigue como miembro del órgano extrapoder- no aclaró las dudas existentes sobre su significativo crecimiento patrimonial, mientras arrastra reclamos judiciales y embargos por deudas.
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El abogado del legislador, Ricardo Preda, culpó de todos los inconvenientes a una crisis que enfrentó la empresa gerenciada por Rivas. Según el profesional, los principales reclamos comenzaron en 2017 cuando el senador cartista era concejal departamental de Itapúa.
Lo llamativo es que gran parte de las deudas reclamadas no aparece en la DJ de Rivas Román del 2018 cuando asumió como diputado por el departamento de Itapúa. Así al menos se desprende de la documentación inicial y la rectificada hace escasos quince días.
Más sospechoso es que el senador antes de consignar sus deudas, sí declaró que su esposa Elena Escobar, su padre Hernán Ysydro Rivas (actual intendente colorado cartista de Tomás Romero Pereira) y su suegro Juan Gregorio Escobar (exconcejal colorado de Ybycuí) le debían a él plata. Es decir, mientras entidades financieras intentaban cobrar el entonces diputado prestaba dinero a su familia.
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Inicialmente, Rivas Román dijo que la deuda de sus familiares alcanzaba G. 12.265 millones, unos US$ 1,6 millones. Este monto hace 15 días bajó drásticamente a poco más de G. 12 millones que tampoco explicó el origen.
El senador cartista igualmente no respondió cómo hizo para construir ostentosas mansiones y el desfasaje entre sus ingresos y egresos (ver info).