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Te encontrás sentado en el patio de tu casa con un calor sofocante de 40 grados. Mientras estudiás las 30 páginas de tu libro de historia para el examen que tenés que rendir al día siguiente, tomás un tereré con abundante remedio refrescante.
De repente, las nubes tapan al sol y unas gruesas gotas de lluvia empiezan a caer; después de oír el desesperado grito de tu mamá con el lema “la ropa”, te levantás y metés a la casa todo lo que encontrás tirado por ahí. Te refugiás bajo un techo y esperás a que pase el mal tiempo.
Una hora después, la lluvia cesa, pero aparece un viento fresco que te pone la piel de gallina. Automáticamente, te olvidás del tereré que estabas tomando porque ahora sentís un antojo intenso de probar café con leche acompañado de unas crujientes medialunas.
El viento se llevó tus ganas de estudiar y lo único que deseás es tirarte a la cama, esconderte bajo las sábanas y disfrutar de los capítulos de tu serie favorita. La rutina que seguís en los días de invierno es válida en ocasiones en las que el clima cambia radicalmente.
Tal vez, estamos tan acostumbrados a vivir con el calor la mayor parte del año que, cuando apenas viene un vientito, la pereza se apodera de nosotros. “Este tiempo estira para dormir” es el comentario que aparece en el mismo momento en que vemos cómo las gotas de lluvia se deslizan por la ventana.
El frío es la excusa perfecta para engordar con comidas dulces y evitar las salidas a fin de quedarse a ver series en casa. Tal vez este sea el mejor plan para un día gris y fresco, pues a causa de los estornudos que te provoca el cambio de clima, va a ser imposible que te relaciones con los demás.
Y vos, ¿ya hiciste la lista de series que podrías ver si hoy cae un viento fresco?
Por Viviana Cáceres (19 años)