Carencias históricas de Ñeembucú

La situación de la salud pública en Ñeembucú es crítica y refleja una profunda deuda del Estado con sus habitantes. La falta de infraestructura adecuada, equipos médicos esenciales y personal especializado convierten la atención sanitaria en una odisea para quienes necesitan tratamientos oportunos.

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La ausencia de terapia intensiva neonatal y pediátrica es un problema alarmante, ya que pone en riesgo la vida de los recién nacidos y niños que requieren cuidados críticos. Ante la falta de estos servicios, las familias se ven obligadas a trasladarse de urgencia a Encarnación o Asunción, y muchas veces con desenlaces trágicos, debido a la demora en recibir atención adecuada.

La muerte de un recién nacido el viernes puso en evidencia, una vez más, las carencias del sistema de salud pública en Ñeembucú. La falta de infraestructura y recursos no solo expone a la población a riesgos, sino también deja al descubierto el abandono estatal en la atención médica de los sectores más vulnerables.

A esta deficiencia estructural se suman otros problemas graves, como la escasez de quirófanos, incubadoras y cerviz cunas, lo que limita la capacidad de respuesta del sistema de salud ante emergencias y partos de alto riesgo. Esta realidad, no solo afecta a Pilar, sino que se agrava aún más en los distritos del interior de Ñeembucú, donde la situación es todavía más precaria.

En muchos distritos, los centros de salud apenas cuentan con puestos sanitarios, sin salas de internación y sin equipos para realizar estudios clínicos básicos. Esto significa que los pacientes, incluso aquellos con enfermedades que podrían diagnosticarse y tratarse localmente, deben viajar largas distancias para acceder a un simple análisis de laboratorio o una radiografía. La falta de infraestructura y recursos médicos no solo pone en peligro la salud de la población, sino que también genera un enorme gasto económico para las familias, que deben costear traslados y alojamiento en otras ciudades.

El Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la salud y satisfacer las necesidades de la población, asegurando una atención médica digna y eficiente en todo el territorio. No se puede seguir permitiendo que muertes evitables sigan ocurriendo por la falta de recursos.

Ñeembucú no puede seguir siendo relegado en la distribución de equipamientos y profesionales de la salud. Es urgente que el Gobierno actúe con responsabilidad y tome medidas concretas para fortalecer el sistema sanitario del departamento. La salud no puede ser un privilegio de quienes pueden costear un traslado, sino un derecho garantizado para todos los ciudadanos, sin distinción de su lugar de residencia.

edgar.vazquez@abc.com.py

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