Adornan su argumento con las anécdotas que periódicamente les endilgan a Yami Nal (el dedo medio, aunque cuando lo esgrime Celeste Amarilla está bien), a Chaqueñito Vera (videos porno, aunque cuando Payo caga en los escritorios de los jueces está bien), a Hernán Rivas (título trucho, aunque cuando los “profesores doctores” alardean los suyos está bien).
A pesar de la campañota, que no solamente está enfocada a degradar a la institución que simboliza al sistema democrático sino que busca también desprestigiar el desbloqueo para volver a las listas sábana, este Congreso que elegimos el 30 de abril de 2023 es el mejor que hemos tenido hasta ahora y los que vengan en el futuro serán todavía mejores, si resistimos a los autoritarios que buscan la regresión.
La campañota contra el Congreso y contra el desbloqueo pretende pasar por alto la principal cuestión por la que debe calificarse si un organo representativo es bueno o malo: La de si es representativo o no.
Este es el primer Congreso de la historia paraguaya toda entera, el primero, verdadera y realmente elegido por el pueblo, mediante el desbloqueo, pues antes, con las listas sábana que añoran los autoritarios, el pueblo no elegía, sino que se limitaba a plebiscitar a elegidos entre cuatro paredes por cuatro oligarcones en cada club político.
Ahora el pueblo tiene el poder, por primera vez en la historia paraguaya, de mandar al fondo de las listas a los designados por los oligarcones. Ahora por primera vez en la historia paraguaya, los oligarcones ya no deciden quién entra al Congreso, sino que decide el pueblo.
Esto es lo que odian los “profesores doctores” y los oligarcones: Que perdieron el poder. Fueron cómplices durante 30 años en integrar los anteriores Congresos con calzonudos titulados, buenos para nada, obedientes no deliberantes pero matriculados, y a esas juntas de serviles, abyectos y corruptos quieren presentar como Congresos mejores que el actual, que es el primero elegido por el pueblo.
No le lei a Mario Ferreiro ni una letra sobre la calidad de los Congresos que albergaban a sabaneros como Oscar González Daher, aunque dedicó una larguisima carta a denostar contra el primer Congreso que el pueblo pudo elegir.
Es la vieja y putrefacta casta universitaria la que desarrolla esta campañota, una castita nomás porque no son más de 500, enchufada con las organizaciones no gubernamentales con las que medran y que produjeron, mientras pudieron llegar sin votos a los anteriores Congresos, las peores leyes de entrega de nuestra soberanía y enajenación de la gobernanza de nuestra historia.
La democracia es algo muy distinto al régimen que buscan restablecer estos oligarcones titulados denigrando al Congreso: Es el gobierno de los tenderos, los zapateros, los obreros (Tocqueville), es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo (Lincoln), todo lo cual odian estos sinvergüenzas.