Liberen a Santi

“Es un tema municipal, no es nacional” dijo el Presidente Santiago Peña cuando le consultaron sobre el monumental faltante en la Municipalidad de Asunción, capital de la República del Paraguay. Atónitos, pedimos volver a escuchar por si habíamos oído mal. Y no. Lo dijo tal cual: “Es un tema municipal, no es nacional”.

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Lo tiró como el punto final de una oración en la que él no tiene nada que ver, ni como sujeto, verbo ni complemento. Como si con siete palabras corriera el cerrojo a un tema que no le compete porque pasa en otro país, o en otra galaxia, en algún multiverso. Quizá hicimos mal al esperar otra cosa, al final de cuentas no es poca cosa que el Presidente de la República haya aparecido en la inauguración de una obra municipal atrasada, justo en momentos en que las sospechas se agigantan y las instituciones están remeciéndose con el escándalo asunceno.

Como antecedente, Santiago Peña ya nos había regalado desde el Uruguay sus pensamientos sobre el ahora acusado senador cartista Erico Galeano. Había dicho que la Fiscalía no había encontrado nada sobre él, ostentando no solo una falsedad sino que, en el peor de los casos, desconocimiento.

El presidente de la República no puede hacerse el desentendido. No puede desprenderse de su rol por varios motivos: 1) La Ley de capitalidad 3941 por la cual el gobierno central destina fondos del presupuesto general de gastos de la nación para obras de infraestructura en Asunción. Fondos públicos, impuestos pagados por los ciudadanos de todo el país gobernado por Santiago Peña. 2) Asunción es, finalmente, la capital política donde están asentadas las oficinas del gobierno, que por cierto, arrastra una importante deuda con la Municipalidad capitalina. 3) Si las municipalidades no existen en el diagrama mental presidencial, cómo es que formarán parte del esquema del proyecto HAMBRE CERO. 4) Lo más serio: si una probable malversación de fondos públicos provocara la intervención de la comuna capitalina, el Presidente de la República deberá elegir el interventor. Pero aquí volvemos al génesis, si en sus palabras el millonario faltante no es un problema nacional, es solo municipal, y parece que la Municipalidad de Asunción no forma parte del Paraguay, ¿qué fe podemos tener a los procesos contemplados por la ley?

El escenario donde más se puede comprobar la libertad de ser y pensar de un ser humano es en el espacio de sus palabras: cuando brotan auténticas, firmes e inequívocas. El Presidente no está libre ni siquiera para escupir sus verdaderas opiniones, el Santiago que conocimos no tenía miedo a hablar, el que ahora se revela está cautivo.

mabel@abc.com.py

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